viernes, 9 de julio de 2021

Circular por las lagunas de la Nava y el Barco 03/6/2021.

Hay veces que la Madre Naturaleza te da mucho más de lo que esperas cuando te acercas a disfrutar de ella y éste, sin duda, fue uno de esos días. Uno ya vuelve con las pilas cargadas después de una salida tan completa como ésta, pero cuando además de disfrutarla en inmejorable compañía y sin prisa alguna, te das de bruces sin esperarlo con el excepcional paso de un quebrantahuesos sobre las cumbres en Gredos o con un pollo de águila real en su nido... un día así queda para siempre en tu memoria entre los mejor aprovechados...

Quedamos muy pronto, a las 7 de la mañana, para salir de Salamanca en dirección  a Nava del Barco y, tras algún que otro despiste al pasar por El Barco de Ávila, acercamos el coche hasta el mismo punto desde donde partí tres meses antes con otros tres amigos para hacer la invernal que podéis ver aquí.

Cuando ya casi son las 9 de la mañana, partimos alegremente como si se tratara de un recorrido recurrente y de sobra conocido, vamos, como nuestro camino al curro... Mis dos acompañantes son debutantes de esa joya escondida que es la Sierra del Barco y confían en mis conocimientos de la ruta peeeero, aunque prudente, uno es un poco despistado... Al poco de salir, tras cruzar el puente sobre el río que trae las aguas de las dos gargantas por las que transitaremos durante el día ,San GPS me avisa que no es por esa pista por donde empieza la marcha. Toca volver prácticamente hasta el coche, y me acuerdo al hacerlo del camino adecuado, que se coge unos metros por encima de donde éste está aparcado.





Vamos subiendo tranquilamente con muchas horas de luz por delante y, a pesar de que se trata de una marcha exigente, me entretengo de vez en cuando intentando localizar pájaros por su canto o sus movimientos o recreándome en los pequeños detalles...

Tras casi una hora de caminata ya tenemos a la vista el refugio Navacasera I, y pronto el Navacasera II o refugio Losa.





Al fondo, el refugio Navacasera II o Losa

Escribano montesino

Y poco antes de llegar a este segundo refugio me sorprende el vuelo a baja altura de un águila real.

Águila real



Como sabéis los seguidores de este blogggg y podéis ver aquí, hace unos cuantos años descubrimos por casualidad un nido de la especie en esta misma garganta, y la fugaz aparición que acabo de ver me hace albergar la esperanza de que ese nido pueda estar a pleno rendimiento...

Diez minutos después, habiendo dejado atrás ya el refugio Losa ciclea sobre nosotros un águila de nuevo, en esta ocasión más grande y a juzgar por el plumaje más joven. Es muy posible que sea la madre, pienso...


Y cuando ya puedo ver claramente el nido con los prismas me llevo la inmensa alegría de encontrar un pollo sobre él... No siendo tan "frikis" del pajareo como yo, mis compañeros de escapada flipan un poco conmigo, pero también disfrutan a tope con las "jugosas observaciones" que nos han acompañado hasta este momento.



Y tampoco falta a la cita una especie de lagarto frecuente por estos lares, posiblemente el más vistoso de los que se pueden ver en Europa...


Precioso el colorido del lagarto verdinegro, variando del
turquesa de la cabeza al verde del cuerpo y marrón de la cola...

Una vez cruzado el río sin problema alguno, pasamos junto a esa especie de capilla mariana coronada por una cruz. Aunque muchos visitantes de la garganta piensen que no acaba de encajar del todo con el paisaje que nos rodea, no es ésta razón para romper el cristal que protege la imagen...




Comienza por aquí un bonito tramo de subida que deja ver sugerenes cascadas y pozas que cuando el calor aprieta son parada obligatoria.





Cuando queda un cuarto de hora para el mediodía nos encontramos ya sobre una parte del camino especialmente arreglada con grandes baldosas. Habiendo ganado mucha altura, la típica imagen en U de los valles de origen glaciar como éste en que nos encontramos ya se ofrece nítidamente tras nosotros.

Escribano montesino


Sobre una roca hay unas inscripciones cada vez más perdidas que ya hemos
visto en otras ocasiones. Aún se aprecian bien las formas de varias cruces.



Y justo al llegar a la parte superior de este primer gran escalón llega la segunda observación extraordinaria del día. En la hoya que tenemos delante, antes de llegar a la que ocupa la laguna, un quebrantahuesos levanta el vuelo y se deja contemplar un buen rato, cicleando sobre nosotros. Un buitre leonado parece seguir sus pasos a cierta distancia, y ambos desaparecen tras la cuerda oeste de la garganta.

Quebrantahuesos


De cuando hace años indagué sobre un ejemplar que vimos en el Parque Natural de Redes, que podéis ver en esta entrada, aún guardaba un correo electrónico de una  técnico asturiana de la Asociación para la Conservación del Quebrantahuesos y me puse en contacto con ella días después de la marcha. Os transcribo parte de su respuesta: "...se trata de un ejemplar del proyecto andaluz como puedes ver por la decoloración de las plumas. Probablemente se trate del ejemplar Llopis que se ha estado viendo los pasados días por Monfrague...". Vía internet he visto que nuestro amigo Llopis fue liberado en Granada el año pasado...

En torno al mediodía superamos el pequeño llano por donde hemos tenido el privilegio de ver a este visitante del sur, y en un cuarto de hora superamos el último repecho para llegar a la laguna de la Nava, situada a 1950 m.



Lagartija serrana



Tomamos un pequeño tentempié a su vera disfrutando del color turquesa de sus aguas en el que es de justicia destacar los excepcionales "capones" -higos con nueces- con que nos obsequia uno de mis "antonianos" compañeros.  


En primer plano el desagüe de la laguna

Y continuamos subiendo hacia el Corral del Diablo, dejando atrás bellas estampas de la laguna y reencontrándonos con las hoy esquivas cabras monteses (o montesas... se puede decir de ambos modos...).

Acentor común








Cerca de la cumbre del Corral del Diablo voy a poder observar fugazmente con los prismas un precioso roquero rojo...; una pena no darme tiempo para afotarle, hacía años que no lo veía...  Al ganar altura los paisajes son aún más impresionantes, si cabe.

Laguna y garganta de la Nava






Lagartija serrana con colorido bien distinto a la que habéis visto antes...

Y ya en la cumbre de 2.366 m.,cuando ya son las 14 h., de nuevo vamos a ver a nuestro amigo Llopis moviéndose entre la zona de cumbres del Barco y la garganta de Caballeros.

Decidimos aguantar hasta llegar a la laguna del Barco antes de hacer la comida fuerte del día, pero aguantamos en ella casi media hora disfrutando del panorama que se ofrece a nuestro alrededor e intentando ubicar las cumbres y gargantas sobre los mapas que desplegamos...


No se ven bien las cumbres de Gredos, ocultas por las nubes y la calima.



Al fondo, la sierra de Béjar.

Cuerda cumbrera del Barco.

Iniciamos el descenso pensando que en menos de una hora estaríamos junto a  la laguna del Barco, situada a 1790 m.,  la más baja de las dos que visitamos hoy.

Otra lagartija serrana con colorido distinto...

Muchas pequeñas plantas adaptadas a las duras condiciones
de este territorio muestran sus mejores galas en esta época.

Muy cerca de la cumbre ya hay manantiales que nos
ofrecen un agua fresca y limpia, ideal para saciar la sed.



Craso error, pues se ralentiza un poco seguir el 
camino de bajada cuando los piornos y las escobas adquieren más protagonismo, a pesar de los hitos y san GPS... Aunque los grandes prados río abajo donde se inicia la garganta del Barco o de Galín Gómez se dejan ver ya pasada media hora, nos llevará una hora y veinte minutos la bajada.








Y tras echar un vistazo al refugio "nuevo" de la laguna, que encontramos en muy buenas condiciones para la pernocta, sobre las 16 h. empezamos a dar buena cuenta de nuestras viandas a orillas de la laguna. 




Y casi una hora después, cuando nos preparamos para partir, y justo tras comentar que no hemos visto un alma desde que dejamos atrás el coche,  vemos surgir junto a las ruinas del refugio antiguo una imagen que ya casi forma parte del pasado por esta zona. Un nutrido grupo de jóvenes, la mayoría adolescentes, con más material mochilero que el necesario para una ruta de un día, se aproximan a la laguna.



Charlaremos con sus guías y con algunos de ellos y nos dicen que vienen de la zona de Plasencia a pasar unos días en la sierra como actividad escolar de fin de curso programada hace tiempo, y que tienen idea de subir hasta la laguna cuadrada a dormir hoy. Da gusto ver gente joven en la sierra, la verdad.

Pasadas las 17 h. ya nos encontramos surcando los grandes prados que comienzan en el desagüe de la laguna. Es este enclave uno de los más recurrentes cuando uno se acuerda de la sierra del Barco, ofreciendo una imagen característica de tierras más norteñas. Ralentizamos nuestro descenso para disfrutar durante casi media hora de las bellas panorámicas que ofrece esta llanura en medio de la montaña,  antes de que los meandros den paso a aguas más saltarinas y un gran escalón nos presente un nuevo paisaje no menos espectacular.









Al pasar junto al refugio de Anselmo, punto donde se separa el camino más habitual por el que se accede a la laguna (que viene de la zona de Puerto Castilla o Gil García) del que nosotros seguiremos garganta abajo nos encontramos con un caminante que viene a dormir en él o más arriba. Nos advierte que el camino que vamos a seguir desde aquí hace mucho que no se limpia y hay que conocerlo, circunstancia que comprobaremos más tarde, cuando la vegetación adquiera más protagonismo.

Como me gustan estas amigas serranas que corretean
por todos lados en un soleado día como el que nos acompaña.




Cerca ya de las 18 h. se muestra impresionante la cascada de la Garganta de la Vera que nuestros oídos ya han barruntado desde antes incluso de llegar al refugio.






A partir de aquí conviene estar atento a los hitos y al GPS, especialmente cuando la ruta se acerca al río y hay más vegetación.


Muchos serbales de cazadores en flor por aquí.
Pasar por aquí en otoño ha de ser espectacular.






Tras casi dos horas de tránsito sin sendero propiamente dicho, llegamos a una portera a partir de la cual un buen camino nos lleva en 20 minutos de nuevo a los coches, primero bordeando un pinar y luego entre rebollos. Una ruta montañera y un día para enmarcar, sin duda. Sus casi 25 kms. con casi 1200 m. de desnivel se llevan mejor empezando a andar tan pronto y con todo un día de junio por delante.







Y para finalizar os dejo mapa, perfil y enlace a la página de wikiloc del amigo Jolupiga, que nos ha permitido disfrutar de un día inolvidable. Os recomiendo también pasaros por este enlace al blog de uno de mis acompañantes de hoy, donde comparte fotos e impresiones de la jornada con una prosa que ya me gustaría a mí tener... ;-)








4 comentarios:

  1. Muy jugosas observaciones. Al nido de águila ya lo tenías fichado

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    1. A mitad de mañana estaba flipao... Pensaba que con la racha que llevábamos por la tarde nos pasaría por delante algún lince descarriado o algo así... jjj

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  2. Qué bien has descrito y fotografiado ese día tan espectacular que compartimos en la montaña.

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