jueves, 22 de julio de 2021

Alrededor del curso alto del río Cuerpo de Hombre desde el pte. de Avellanares 06/07/21.

Cuando menos resulta chocante el nombre de este afluente del Alagón y, aunque no he podido saber su origen, me ha llamado la atención que ya en época romana su nombre fuera "Hominis Corpus"... según la Wikipedia... Pero más llamativa aún es la belleza que esconde su valle alto, especialmente entre el nacimiento y el puente de Avellanares. Sin duda, ésta es una buena razón para elegir la salida que aquí os cuento. No había estado antes en el Cancho de la Muela,  y tod@s mis conocid@s que sí lo habían hecho me recomendaban hacerlo y disfrutar de las vistas que desde allí se ofrecen. Los "Antonios" con quienes tuve el placer de caminar por la Sierra del Barco un mes antes tenían interés por acercarse a Hoyamoros y el Torreón, y una vez pude disponer del día libre entre semana que ellos tenían pensado hacerlo, decidimos unir sus intereses y los míos. Sus costumbres madrugadoras en esto de salir al campo garantizaban llevar sin sobresaltos la "aventura" a pesar de no conocer el estado de la ruta entre el Cancho de la Muela y la cumbre de Hermanitos...

Salimos muy pronto de Salamanca, siendo al final cinco los integrantes de la "expedición", en un día bastante gris y más lluvioso de lo esperado. La predicción era que cayeran cuatro gotas y dejara de llover a media mañana, y la lluvia intermitente que nos acompañaba al comenzar a andar sobre las 8,20 h. parecía confirmarlas.







Una hora después,  ya pasada la roca con el "graffiti" de inmejorable mensaje que marca la separación entre los senderos que llevan a Hoyacuevas y al Cancho de la Muela, la cosa va a cambiar... Sobre todo al empezar a cerrarse el camino y tener que rozar continuamente escobas y otras plantas, nuestra ropa y nuestras botas empiezan a empaparse, y una vez cruzado el río que vamos a circundar por un bucólico puente en vías de extinción, una lluvia mucho más persistente va a mosquearnos un poco...



El graffiti de inmejorable mensaje del que os hablo...

Puente sobre el Cuerpo de Hombre, cuyas tablas se van perdiendo y que ya no muestra el
aspecto impoluto que tenía cuando lo conocí en 2018 fruto de una confusión de senderos...




Cuando llegamos a la curiosa puerta que permite acceder al Cancho de la Muela, tras dejar atrás los bellos prados de Navamuño, que aún no conocía, ya estamos empapados y con agua en el interior de nuestras botas. La lluvia parece ir a más y sopla un fuerte viento, lo que hace que nos replanteemos la excursión del día. Sin mucho convencimiento, algunos nos asomamos a la cumbre junto a la que estamos, aunque está todo  nublado y no se aprecian los paisajes que nos rodean.

Curioso el sistema de paso por estas porteras con barrotes verticales desplazables...


Pero unos minutos más tarde se produce el milagro en esta cumbre de 1626 m. atrapada por las nubes. Empiezan éstas a despejarse  poco a poco y este cambio, con la aparición de los valles y montañas que nos rodean, nos va a dejar imágenes que difícilmente se borrarán de nuestras memorias...

Más o menos en el centro se distingue el caserío de La Garganta

Hervás y el valle del Ambroz

El cambiante espectáculo que la Madre Naturaleza nos obsequia va a hacer que todos disfrutemos de media hora inolvidable y que nuestros pies mojados dejen de ser una preocupación...

Al fondo, la cicatriz de la autovía y Cabeza Gorda y
sus acólitos bajo una cascada de nubes.



La imagen que desde aquí se ofrece del valle por donde baja el Cuerpo de Hombre
avala el origen glaciar de su modelado. Lo cierto es que ese escalón rocoso que
se precipita desde Hoyacuevas y esa forma de U bien podría confundirse
con un glaciar activo si los tonos marrones fueran algo más azulados...

Poco a poco se deja ver la cuerda y los picos de los Hermanitos
por donde tenemos idea de transitar en unas horas.

Por este valle hemos bajado en varias ocasiones a Hervás, procedentes de
Béjar y tras pasar junto al pueblo de la Garganta. El regreso a la ciudad
textil para recuperar los coches lo hacemos en autobús por la tarde.

Embalse de Gabriel y Galán

Apenas se aprecia desde aquí el alto donde se encuentra la iglesia principal de Hervás.


Con las pilas a tope y el tiempo mejorando, aunque muy poco a poco, bajamos con tiento de la cumbre por el resbaladizo granito y luego seguimos una pista desde el Cancho de la Muela hasta los 1557 m. de altura del puerto de Navamuño.






El zoom de la cámara nos acerca el piornal que tendremos que superar, así
como las cumbres de Hermanitos y el Torreón (a la izqda. de la imagen)

Llanos de Navamuño


Pasan ya tres horas desde que dejamos los coches junto al puente de Avellanares, y de nuevo volvemos a subir por un buen sendero en busca de la cuerda que nos facilite el acceso a las cumbres de la Sierra de Béjar.

Dejando atrás la pista tras pasar una nueva portera "de barrotes" al llegar al puerto.







La cosa va a cambiar al cabo de media hora, cuando lleguemos a la cuerda, donde los piornos serranos han ganado hace tiempo el pulso al pequeño sendero que sin duda debe transcurrir junto a los hitos que seguimos...



Esquivando con cuidado las púas oxidadas de los restos de una alambrada que sigue el cordal y tras algún vano intento de alejarnos de él para superar mejor los tramos donde los piornos más se aprietan, sobre las 13,15 nos juntamos todos sobre él de nuevo. Las vistas en este tramo compensan con creces el mayor esfuerzo que se nos pide, tanto hacia Hoyacuevas y Hoyamoros como hacia el valle del Ambroz.













Los dos últimos en llegar van a usar la pedrera que nos separa de Hoyamoros para bajar allí, quedando en reencontrarse con los que continuamos la ascensión junto a la emblemática roca coronada por un gran hito que viene a ser el faro de este paraíso para escaladores y caminantes. 




Cuando ya son las 13,45 h. nos despedimos de ellos y mis Antonios y yo seguimos la ascensión a buen ritmo. Media hora más tarde ya nos encontramos a más de 2.300 m. coronando una de las dos cumbres de los Hermanitos.




Uno de las mejores cuevas-vivac de Hoyamoros... aunque hace un par de meses
 el enjambre de mosquitos que había en su interior me hizo salir por piernas...



Las dos grandes praderas separadas por el laberinto de rocas de Hoyamoros.
En el vértice superior derecho de la foto, la roca del gran hito donde
nos reencontraríamos por la tarde, ampliada en la siguiente foto.


Meandros activos y abandonados en Hoyamoros.





Aunque ya va siendo hora de comer, los higos con nueces milagrosos que uno de mis "antoninos" acompañantes compartió en La Muela y algún que otro tentempié ingerido durante el recorrido van a permitirnos continuar con fuerza para hacerlo más abajo, cuando nos reencontremos todos de nuevo.

Desde el buzón cumbrero se tiene una buena panorámica sobre
la otra cumbre de los Hermanitos con el Torreón al fondo.


Tras unos minutos en la cumbre y dada la hora, decidimos no acercarnos hasta el Torreón como teníamos previsto, y así tomarnos con calma el descenso a Hoyamoros disfrutando del nacimiento del Cuerpo de Hombre y los bonitos rincones que esconde la bajada.

El Torreón, con casi 2.400 m. de altura es el pico más alto de Extremadura
y en él se unen los límites administrativos de Ávila, Cáceres y Salamanca.

El otro Hermanito...

La canal que se precipita hacia Hoyamoros y separa ambas cumbres "hermanadas".







Superado un primer tramo florido y enriscado junto a las cumbres de los Hermanitos, a poco más de 10 minutos de la cumbre del Torreón, descartamos de nuevo acercarnos a ella y por el mismo sendero entre hitos que seguí dos meses antes con el amigo Paco en una de más completas circulares que se pueden hacer en esta preciosa sierra (que podéis ver a través de este enlace) bajamos en busca de nuestros acompañantes.






Orquidea

Sobre las 15,30 h. llegamos a ese icono de Hoyamoros del que os hablo más arriba, la gran piedra bajo la cual nos esperan desde hace tan sólo unos minutos nuestros compañeros, que ya han comido..



Seguimos los cinco un poco más abajo, y un cuarto de hora después ya estamos comiendo (los tres que aún no lo hemos hecho) mientras nos contamos las peripecias de unos y otros. Y lo hacemos en uno de mis rincones favoritos,  junto al paso de piedras sobre el río donde comienza el curioso laberinto de piedras entre dos zonas de prados del que os he hablado antes.

Cumbres de Hermanitos con la canal entre ellas.




La lluvia vuelve a visitarnos, aunque aguantamos media hora antes de continuar nuestra ruta. La retomamos atravesando el "laberinto de rocas" tras cruzar el río de piedra en piedra, y tras acompañar a éste sobre la segunda zona de prados de Hoyamoros vamos a ver bajo nosotros los meandros de Hoyacuevas, de los que nos separa un gran escalón de grandes piedras fácil de superar siguiendo los hitos.








Media hora más tarde, ya muy cerca de Hoyacuevas, pasamos junto a esa curiosa piedra conocida como "el cochecito".

Un hito facilita la localización del escondido refugio de Hoyacuevas, que se
encuentra sobre el valle, ya casi en la cuerda que conduce a los Hermanitos.


Drosera rotundifolia, también llamada rocío de sol... aunque
en esta ocasión apenas encontramos esas gotitas pegajosas que
atrapan a los insectos con que estas plantas completan su dieta...


Hoyacuevas, donde siguen subiendo las vacas a pastar en verano.

El cochecito

Poco a poco las nieblas y nubes se van disipando cuando dejamos Hoyacuevas en busca de la cuerda que nos baje de nuevo a la dehesa de Candelario a través de un sendero entre piornos (aún practicable, pero más cerrado que la última vez que transité por estos lares).






En la cuerda nos recibe un manto de flores amarillas que nos acompaña un buen tramo del camino.






Llegando al "cascanueces".

Pasadas las 18 h. y tras hacernos la "típica" foto en la roca partida conocida como "el cascanueces"... sin lograr recolocar el trozo partido... 😅 llegamos al punto donde nuestra trocha  se cruza con la pista que baja a la dehesa de Candelario, decidiendo dos de nosotros hacer un gran zig-zag por ella y evitar el entretenido tramo de saltos entre piedra y piedra que seguimos los otros tres.





Sobre las 19,15 h., con los Antonios por delante, y tras superar con el resto de la expedición un último tramo donde hay que prestar atención a los hitos, nos encontramos ya en la pista que nos llevará de nuevo a los coches. Unos minutos después dejamos atrás la generosa fuente con pilón que llenó varias cantimploras esta mañana.




Y ya cerca de las 20 h., con el tiempo justo para llegar a ver la semifinal de la Eurocopa donde la lotería de los penaltis hará que nos quedemos a las puertas de la final, recuperamos los coches junto a la puerta que aún custodia un cartel "vintage" anti-incendios con la silueta de un coche de otros tiempos... Que no lo quiten, por favor...



Y para finalizar os dejo un mapa de esta ruta que nos ha dejado muy buenas sensaciones a pesar de la dureza del tránsito entre piornos en uno de sus tramos. Con tantas horas de luz esa dureza no lo es tanto... y la repetiremos, eso fijo...

Una bonita marcha de poco más de 18 kms., no recomendable para debutantes,
dado su desnivel de unos 1200 m. y las dificultades para seguirla en algunos
tramos, pero factible para cualquiera acostumbrado a caminar por el monte.

P.D. Acabo de leer el relato que nos ha regalado Antonio Castaño, uno de los participantes de la "aventura", en su blog, y da gusto leerlo... Paso a dejaros aquí el enlace.