jueves, 25 de agosto de 2022

Santander, Faro del Caballo, Cabarceno 27/02 a 01/03/2022.

Hacía mucho que no íbamos a la capital cántabra, y tuvimos la suerte de poder dedicarle una escapadita a finales de febrero y principios de marzo, buscando un hotelito frente a la playa del Sardinero que nos iba a permitir conocer más y mejor la ciudad y sus alrededores. No podíamos salir de Salamanca antes del domingo a media mañana pero, a pesar de ese handicap, valió... y mucho... la pena...

Y el domingo 27, día de nuestra llegada, tras hacer el check-in y comer algo, decidimos salir andando de nuestro hotel Chiqui (muy recomendable... ideal en temporada baja...) y seguir una ruta que bordea la costa en dirección a Liencres... hasta donde el día nos permitiera (ya casi eran las 17 h. cuando empezamos...) contando que había que dar la vuelta, claro.


Nos acercamos primero hasta el Cabo Menor, con buenas vistas sobre la ensenada de El Sardinero.


A continuación rodeamos la playa de Mataleñas, siguiendo por la costa hasta el faro de Cabo Mayor, por donde los farallones costeros se hacen mayores.



Al fondo a la izqda. la península de la  Magdalena,
con el cabo Menor sobresaliendo más, justo delante.


Isla de Mouro

Desde allí seguimos al puente del Diablo e incluso aceleramos el paso un poco para llegar a la curiosa ermita del Panteón del Inglés, donde la caída de la tarde nos obliga ya a dar la vuelta.




Cormoranes moñudos




Habrá que dedicar todo un día... un año de éstos...para recorrer la ruta completa para revisitar las bucólicas y espectaculares playas de los Covachos y Arnia en la zona de Liencres. Supongo que no habrá problema en regresar en transporte público a la capital si no se dispone de dos coches... y por lo recorrido esta tarde, y lo que conocemos ya, se trata de una opción senderista más que recomendable.

De regreso atrochamos un poco por la zona interior del parque de Cabo Mayor, y ya cerca de las 20 h., con las luces artificiales adueñándose de Santander, estamos de regreso en el hotel tras "patear" cerca de 9 kms. con el Cantábrico y el sonido de sus olas como inmejorables compañeros. 





Y aún nos quedan arrestos para un nuevo paseo nocturno junto a la playa y hasta la zona del Casino para cenar algo...


El lunes 28 nos vamos a acercar hasta Santoña para seguir una bonita ruta "mediterranea" hasta el faro del Caballo... que finalmente decidiremos completar rodeando la "península" de peña Ganzo y pasando junto a la carcel del Dueso y las marismas. Gran idea elegir el lunes para la actividad, muy demandada los fines de semana y en periodos vacacionales... lo que complica especialmente la bajada y subida al faro.

Tras un buen desayuno en una cafetería cerca del Hotel Chiqui, partimos a la villa marinera, comenzando a andar pasadas ya las 11 h. desde las inmediaciones del monumento en honor al santoñés Luis Carrero Blanco...

Antes de salir a desayunar disfrutamos de las vistas que desde
nuestra habitación se nos ofrecen sobre la playa de El Sardinero.


Tras subir unas escaleras y comenzar a disfrutar de preciosas vistas hacia el mar, pronto nos adentramos en un tupido bosque... mediterráneo... que nos va a acompañar durante la mayor parte de nuestro recorrido. 



En ocasiones se abren pequeños claros que nos permiten apreciar mejor las brumas y la costa camino de Euzkadi.




Antes del mediodía el bien señalizado sendero indica la bifurcación hacia el faro, y tras dejar atrás 700 escalones, algunos bastante empinados, llegamos a este enclave privilegiado bajo los farallones del monte Buciero sobre las 12,30 h. Impresionante la obra que llevaron a cabo a mediados del s. XIX los reclusos del cuartel del presidio de Santoña para facilitar el descenso de unos 200 m. de desnivel en una zona abrupta... y también la rehabilitación de sus "herederos" del Dueso en 2013 dentro del proyecto Nacar (naturaleza y cárcel).






Aún hay otros 100 escalones que permiten bajar a ras del mar en una zona privilegiada para el buceo, pero ni es el mejor momento ni está permitido, según advierte un cartel al llegar al faro, seguramente por lo revuelto de la mar y por la época.


Tras disfrutar un rato del entorno y alguna jugosa observación (un par de halcones, entre otras aves, nos deleitarán con sus vuelos sobre los acantilados) afrontamos con ánimo la subida de los 700 escalones... e incluso ascenderemos algo más hasta un escondido y vertiginoso mirador colgado sobre el faro.












Decidimos no retornar por donde hemos venido y completar el círculo acercándonos primero al faro de la punta del Pescador, y luego a la punta del Águila, que ofrece unas vistas privilegiadas sobre la playa de Berría.




Al llegar a la carretera que desde Dueso lleva al faro del Pescador tras salir del "túnel" del
sendero que atraviesa el monte mediterráneo se ofrecen de nuevo impesionantes vistas de la costa.



Y siguiendo la solitaria carretera de nuevo entramos en un "túnel"
de vegetación, en este caso más amplio y luminoso por el tamaño de la vía...




Pocos camposantos deben tener vistas como el que ofrece el de Santoña...

Desde allí tomamos dirección sur para retornar a Santoña tras pasar junto al penal del Dueso y cerca del fuerte de Napoleón (o del Mazo).




Las grandes chimeneas que resaltan sobre algunos sólidos edificios por la zona parecen hablar de un cambio de uso tras pasar el tiempo donde su posición estratégica la reservaba a usos militares.



Sobre las 15,30 completamos la marcha tras haber reservado previamente la comida en la Sidrería del Asón. Todos repusimos fuerzas con los manjares que allí nos ofrecieron, especialmente el amigo David, que dio buena cuenta de un pedazo de cachopo de padre y muy señor mío...

El puntal de Laredo

Tras bajar de los fuertes que defendían Santoña finalizamos
la marcha recorriendo de nuevo el paseo marítimo.




Y pasadas las 17 h., de regreso al coche vemos salir varios pesqueros del puerto a faenar.





Y ya por la tarde, de nuevo en Santander, paseíto por el Sardinero... y más allá... viendo cómo poco a poco el color púrpura se adueña de cielo y mar.









El martes 29 tenemos decidido visitar Cabárceno, donde estuvimos ya hace algunos años y que le encanta al más joven de nuestro equipo... Pero antes nos levantamos a las 7,30 h. para disfrutar desde nuestra habitación de los cambios de color de cielo y mar inmediatamente antes Y después de la salida del sol...





De este efecto que produce el sol antes de su salida al
reflejarse en las nubes no me había percatado nunca...



En otro paseo matinal por la misma zona donde estuvimos por la tarde-noche de ayer la marea, los cielos cambiantes y la hora del día nos regalarán un aspecto muy diferente del espectacular entorno en el que nos encontramos.





Sobre las 11 partimos a Cabárceno, donde no vamos a encontrar mucha gente, lo que es de agradecer. Como novedad subimos a los teleféricos que cruzan todas las intalaciones y permiten ver el zoo desde arriba.






Mono de Gibraltar




Por la ubicación dónde los vimos no me quedó claro si éste y otros corzos como
él se habían colado o formaban parte del apartado dedicado a la fauna autóctona. 



Algunas especies libres también se dejan ver en estos abiertos espacios,
como estos cormoranes grandes o las garcillas bueyeras de la siguiente foto.




Los oportunistas cuervos aprovechan la coyuntura...


El paisaje "oxidado" da un toque especial a la zona.


Lince boreal




Pico picapinos

Lobo ibérico





Este águila real no formaba  parte del espectáculo de rapaces...



Hipopótamo pigmeo

Pinzón común

Prímulas, de las primeras flores que se dejan ver... incluso antes de la primavera.








Y sobre las 18 h. de la tarde dejamos tierras cántabras para regresar a Salamanca tras unos días disfrutados a tope junto al mar...

Os dejo por último un mapa con el recorrido a pie de unos 12 kms. que hicimos el lunes desde Santoña. Muy recomendable, especialmente el tramo de bajada... y subida... hasta y desde el Faro del Caballo...