jueves, 6 de junio de 2019

Málaga y Antequera 17-21 /04/2019

Vamos con la tercera y última entrada de nuestro prolífico en fotos puente de Semana Santa....

Déjabamos esa joya que es Ronda, de la que os hablo en la primera de estas entradas, el miércoles 17 de abril pasado el mediodía, y tras hora y mucho pico llegábamos a Antequera, donde habíamos quedado a comer con nuestros amigos los Paco's, que llegaban de Salamanca entonces. Y en vez de quedar en el centro de esta ciudad de más de 40.000 habitantes que se encuentra casi en el centro neurálgico de Andalucía, lo haremos en el centro de interpretación de los Dólmenes, sito en el extrarradio, con idea de conocer el dólmen de Menga, una de los monumentos megalíticos más impresionantes de la prehistoria europea.

Tras comer tranquilamente a la entrada del Centro al abrigo del fuerte viento que sopla, sacamos las entradas gratuítas y a pie nos desplazamos primero al dolmen de Viera, orientado hacia el amanecer de los equinocios, como sucede en casi la totalidad de estos monumentos funerarios del Calcolítico y la Edad de Bronce. Impresionan las dimensiones de este "sepulcro de corredor" y el tamaño de los ortostatos y las cobijas, de varias toneladas de peso.

Al fondo del dolmen se encuentra la cámara mortuoria, recinto donde se depositaban los fallecidos y sus ajuares.

A unos minutos de allí a pie se encuentra otro dolmen aún más impresionante, el de Menga, con casi 30 metros de longitud, y lajas y cobijas aún mayores que el de Viera. Con más de 3000 años de antigüedad, ambos dolmenes han sido declarados Patrimonio de la Humanidad bajo la denominación Sitio de los dólmenes de Antequera, junto al del Romeral (que visitaremos después), la Peña de los Enamorados, de inquietante perfil, y el próximo Torcal de Antequera.

El dolmen de Menga "mira" hacia la Peña de los Enamorados, con su curioso perfil que recuerda el rostro
de una mujer, y que alberga varios abrigos con pinturas rupestres, como el de Matacabras. 
Cuenta una leyenda que el nombre de la Peña se debe al suicidio de  un cautivo hijo de un rey cristiano y la hija de un monarca musulmán enamorados que,  huídos y perseguidos por el padre de ella acabaron arrojándose al vacío desde los riscos de esta sierra. También dice que el trágico desenlace hizo que empezara un largo período de paz entre ambos reinos.



Supone una gran innovación el empleo de pilastras para sostener las pesadas cobijas del dolmen de Menga.


Os recomiendo, si vais,  pasar unos minutos más en el Centro para ver la recreación audiovisual de la construcción y el uso probable del dolmen de Menga, muy interesante para los profanos y muy bien estructurado, como sucedía con la del hammam de Ronda que visitamos un par de días antes.

En principio teníamos idea de dedicar la mayoría de la tarde al Torcal, pero el mal tiempo y las nieblas bajas sobre la Sierra hacen que lo dejemos para otro día y que nos animemos a ver el dolmen del Romeral, a pocos minutos en coche de donde nos encontramos, antes de visitar el casco antiguo de Antequera.... Vale la pena hacerlo, resultando muy didáctico comparar técnicas constructivas con sus "abuelos" construídos "aproximadamente" un milenio antes.


El llamado tholos de El Romeral cuenta con una falsa bóveda sobre su cámara mortuoria. 

Sobre las 16,30 h. aparcamos cerca del centro de la ciudad y nos dirigimos a la alcazaba, pasando antes junto a la Real colegiata de San Sebastián, de llamativa torre renacentista.


Conforme subimos camino del Arco de los Gigantes, puerta de acceso a la Alcazaba construida en 1585 a modo de arco de triunfo, las vistas hacia el blanco caserío de Antequera impresionan cada vez más, a pesar del gris día que nos acompaña.


El origen de la expresión "Que nos salga el sol por Antequera", que  muestra la incertidumbre al tomar una decisión arriesgada, se relaciona con la conquista de la ciudad por las tropas cristianas dirigidas por Fernando I de Aragón en 1410; según la leyenda, ansioso por tomar la ciudad,pronunciaría esas palabras al decidir enviar a sus tropas durante la noche.

Arco de los Gigantes.



El acceso a la Alcazaba y a la otra Real Colegiata, la de Santa María la Mayor, ambas situadas en el punto más alto de la localidad, cierra a las 18 h., y ya son cerca de las 17,30 cuando entramos a la primera... Como nos gusta tomarnos las cosas con calma, dedicamos la media hora a la Alcazaba y dejamos la visita al interior de la Colegiata para mejor ocasión...


Al fondo, la zona del Torcal con nubes bajas...



Real Colegiata de Sta. María la Mayor.

Decidimos bajar de nuevo al centro por calles diferentes a las que usamos para subir, y nos topamos con la Capilla-Tribuna de la Virgen del Socorro, conocida como el Portichuelo, algo diferente y muy curioso...


El "Portichuelo".


Ya cerca de las 19 h. estamos de nuevo en el centro. Tras informarnos de que en breve hay una procesión en la que participan unidades de legionarios, como es costumbre en varias localidades malacitanas, decidimos esperar un poco antes de irnos a coger las llaves del apartamento de Rincón de la Victoria donde vamos a dormir los próximos días.



De regreso a los coches aprovechamos también  para conocer algún monumento más de esta bonita ciudad, aunque dejamos en el tintero visitas que suenan muy bien, como la del coso taurino o el retablo de la Iglesia del Carmen. Muy cerca de Antequera está el desfiladero de los Gaitanes, por donde discurre el recientemente restaurado Caminito del Rey, destino preferente antes de venir, pero que dejamos para mejor ocasión al no tener garantía de buen tiempo y cerrarse frecuentemente cuando las condiciones meteorológicas no acompañan.

Patio del Convento de Ntra. Señora de los Remedios, donde se ubica actualmente el Ayuntamiento.

El día siguiente lo dedicaremos íntegramente a Málaga, y nuestro primer destino va a ser el museo Picasso, destino elegido al conocer la predicción de lloviznas frecuentes que, a la postre, fueron menores de lo esperado. Antes quedaremos con otra familia salmantina que se incorpora al grupo.

Sobre las 14 h. nos encontramos junto al recuperado teatro romano del s. I, oculto por otras edificaciones hasta los años 90 del siglo pasado, después de recorrer algunas de las estrechas calles del centro, atestadas de gente... Pasaremos junto a la emblemática bodega "El Pimpi", cuyo interior me quedaré con las ganas de visitar al no hacerlo en ese momento e impedirlo en los días siguientes nuestro "apretado programa".


Decidimos comer allí mismo y dedicar el resto de la tarde a visitar la Alcazaba y el castillo de Gibralfaro. Una leve llovizna nos acompaña al principio de la visita, pero poco a poco mejora el tiempo, lo que nos va a permitir disfrutar de las amplias vistas de la ciudad y los alrededores.



No entramos al interior de la Catedral de la Encarnación, conocida como "la Manquita" al no haberse acabado una segunda torre, pero obtuvimos vistas privilegiadas de ella y de su entorno durante nuestro trasiego por la Alcazaba y Gibralfaro.









No es la Alhambra, pero la Alcazaba mantiene rincones con mucho encanto.






La visita a la Alcazaba nos llevará casi hora y media, y desde allí subiremos con calma el desnivel hasta el Castillo de Gibralfaro, cuyo nombre significa "monte del faro", recordando la existencia en otros tiempos de un faro fenicio. Sobre las 18 h. entramos en él y tras recorrer con calma durante otra hora y media barbacanas, torres y jardines, bajamos de nuevo a la ciudad, pasando junto al Ayuntamiento, que cuenta con algunos detalles modernistas preciosos.

Buenas vistas durante la subida y desde el castillo hacia el vistoso coso neomudéjar de la Malagueta.

Y también hacia el Este...

...o en sentido contrario...

Nos gustó la plaza de la Merced desde las alturas, donde nos acercaríamos al día siguiente.


Pinzón común

Verderón común

Relieves en el Ayuntamiento.

Enfilamos desde aquí  hacia el centro, quizá con demasiada premura, por el Paseo del Parque, que invita más bien al paso tranquilo. Las prisas hacen que apenas nos percatemos de la variedad de especies vegetales que aquí se encuentran procedentes de los cinco continentes. Sobre las  19,45 h. ya nos encontramos en la c/ del Marqués de Larios para ver, si se puede, el paso de las procesiones (está todo abarrotado de gente, y la proliferación de tribunas en las calles tampoco ayuda...).

Para ver a los cofrades así había que estar cruzando un paso cebra... y con un buen zoom...

Languidece la tarde entre lluvias intermitentes que siembran las dudas sobre las salidas de las procesiones. Aprovechamos entonces para cenar algo, y logramos ver algunos pasos espectaculares; acostumbran en Málaga a portarlos sin capuchones una gran cantidad de cofrades, cargando sobre sus hombros unas enormes y llamativas estructuras, muchas de las cuáles deben ser montadas fuera de las capillas e iglesias donde se guardan las imágenes...


Al final vemos hasta a los legionarios pasando al son del "Novio de la Muerte", llegando a Rincón de la Victoria algo más tarde de lo esperado.

El "arranque" del día siguiente se va a resentir, y no será hasta cerca del mediodía cuando continuemos con nuestro deambular por Málaga. Aún así, el comienzo promete,  con un relajado paseo por la Malagueta y el descubrimiento de esa joya culinaria que debería ser declarada Bien de Interés Cultural, que son los espetos...



Espeto sobre las típicas barcas con arena y brasas laterales... ¡Una delicia!



También proliferan las invasoras cotorras argentinas por aquí.

Sobre las 13 h. ya nos encontramos atravesando una de las zonas que más me han gustado de esta gran ciudad (la sexta en población de España con más de medio millón de habitantes... y quinta área metropolitana...); estamos pasando por el meollo de donde se llevó a cabo en 1998 una gran y muy acertada remodelación urbana del Puerto y su entorno. Dejamos una visita más relajada para la tarde, y decidimos ir a comer a la plaza de la Merced atravesando algunas de las calles más vistosas del centro histórico, no tan grande como la población de Málaga puede augurar.


Pergola junto al palmeral de las Sorpresas.

El mercado de Atarazanas guarda cierto parecido con el Central de Salamanca.




El renovado Café de Chinitas merece una parada para ver los recuerdos del antiguo y del paso por él de gente conocida .




Sobre las 14,30 h. estamos ya en la plaza, donde daremos cuenta de nuestras viandas y descansaremos más de hora y media, antes de retornar hacia la zona del puerto atrochando por un túnel habilitado para facilitar el tráfico de vehículos y personas.



El cubo multicolor del Centro Pompidou destaca en la zona remodelada, pero a mi lo que más me gusta es esa especie de plaza cubierta y semiabierta hacia el mar que acoge multitud de obras de arte a cuál más original...


El privilegiado clima malagueño hace que proliferen plantas ornamentales tropicales...





Parece ser que la actual ubicación de tanta obra de arte peligra por un posible cambio de dedicación de este amplio espacio..; a mí la verdad es que me ha gustado mucho lo que hay y cómo se encuentra, accesible para todo el mundo...

De qué sirven las máscaras...

... sino para ocultar lo que realmente somos...







Como se encuentra en Málaga una exposición multimedia itinerante sobre Van Gogh de la que tenemos muy buenas referencias, después de la visita a la zona del puerto y un pequeño recorrido de los más menudos de los nuestros en "segway", nos acercamos cerca de las 18 h. a pillar entradas para casi todos, optando un par de los miembros de la expedición por pasar de exposiciones y quedarse paseando y descansando junto al mar.



Vale la pena pagar por ver la exposición, espectacular en su planteamiento con proyecciones de la obra artística del pintor holandés hacia todos los lados, y una "banda sonora original" con retazos de música clásica de primera...



Nos gusta tanto que, conscientes de que es posible verla varias veces sin pasar por taquilla de nuevo, buscamos sitio donde poder repantigarnos mejor y disfrutamos de un segundo visionado, mucho más relajado...

Esto hará que no salgamos de allí hasta bien pasadas las 19,30 h., juntándonos de nuevo todos en la playita que hay cerca de la Farola, otro de los atractivos de la zona.



Y desde aquí decidimos seguir junto al mar en dirección a la Malagueta cuando ya empieza a declinar el día, pasando junto a algún espectacular hotel y disfrutando de un bonito atardecer...





Nuestro objetivo es un chiringuito que nos han recomendado para cenar, donde daremos buena cuenta de varios espetos y otras delicias marinas a un precio más que razonable, mientras una espectacular luna llena va tomando posesión del cielo... Una buena forma de despedirnos de Málaga, sin duda.


Pero la mañana del domingo 21, aún nos dejará disfrutar a los Paco's y a nosotros (los Chele's optarán por otro destino más costero) de una zona que el mal tiempo evitó que visitáramos hace unos días, el Torcal de Antequera.

Nos toca dejar los coches en un aparcamiento antes de acceder a la zona protegida, y acceder a la misma en uno de los autobuses que continuamente suben y bajan hacia y desde el centro de recepción. No dispondremos de mucho tiempo, al empezar a caminar sobre las 12,30 h., pero lo aprovecharemos bien.

Siguiendo la denominada Ruta Amarilla en un día bastante gris podremos conocer bastante bien la zona. Los senderos embarrados por las lluvias caídas complicarán algo el paseo e incluso provocarán alguna caída, pero la belleza de esta zona karstificada se va a imponer sobre todo, ofreciendo paisajes impresionantes y dejándonos ganas de volver de nuevo...













Comemos antes de finalizar el recorrido, y ya junto al Centro de Recepción, sobre las 15,30 h. decidimos acercarnos al "Tornillo", declarado Monumento Natural, tras hacerlo a un mirador con amplias vistas sobre Villanueva de la Concepción y la costa (que las condiciones meteorológicas hoy no dejan apreciar).




Cruce entre la circular de la senda amarilla y el "atroche" de la verde, que podéis ver en el plano de más arriba.


Una pareja conseguía perspectivas diferentes con la cámara de su dron...


Cerca del final del recorrido me desvié subiendo a la derecha, en busca de
nuevas perspectivas hacia el camino y el Centro de Visitantes.




En los trípticos se habla de distintos puntos en el camino donde pueden verse fósiles, sobre todo amonites como éste.
Tan solo Paco pudo hacerlo (la foto es suya), y fue más o menos donde se encuentra la gente de la imagen anterior.



El "tornillo" del Torcal.




Pasadas las 16 h. recuperamos de nuevo los coches tras un pequeño despiste que a punto está de hacerme tener que esperar al bus siguiente para bajar al aparcamiento. Y justo antes de montarnos en los coches vemos un par de jóvenes ejemplares de capra hispánica cerca de allí. Por cierto, nos sorprendió ver otra cabra de la misma especie el día anterior cerca de los acantilados de Maro.


Sin duda, la visita al Torcal ha sido una buena forma de despedirse de este trocito de la piel de toro que aún no conocíamos. Sobre las 16,30 h. partimos ya rumbo a Salamanca mientras nuestros acompañantes, aún "de vacances"  esperan reunirse de nuevo con Chele y familia para visitar Ronda. ¡Hasta otra!

Pasaremos junto a Antequera de nuevo, por una zona que ofrece una bonita
panorámica de la ciudad con la sempiterna Peña de los Enamorados al fondo...