martes, 28 de septiembre de 2021

Parque regional de Calblanque, Cartagena... y otras gratas sorpresas 08-15/08/21

Vamos con el segundo viaje veraniego, llevado a cabo en temporada alta y con el Mediterráneo como destino.... No es ésta una combinación que me atraiga por la gran cantidad de gente que puedes encontrar, pero teníamos que estar el día 8 en Gandía y había que aprovechar nuevamente la coyuntura y buscar alguna alternativa acorde con nuestros gustos cerca de allí. Y vaya si la encontramos... ¡inolvidables los días pasados en Cartagena y sus alrededores, especialmente en Calblanque!

A pesar de que Gandía nos recibe con lluvias intermitentes y los cielos encapotados disfrutamos por la tarde del domingo 8 de agosto de un buen paseo hasta el final de su larga playa. Al caer la tarde poco a poco los cielos se van abriendo y podemos cenar muy a gusto en una terraza junto al puerto.






Al día siguiente decidimos visitar alguna calita a mitad de camino hacia Cartagena, eligiendo la cala Coveta Fumá, en el Campello.

En la cala no se retiran las algas de posidonia, lo que hace que no esté muy concurrida.


Tras un agradable paseo a pie desde la cala continuamos nuestro viaje hasta Cartagena, donde pernoctaremos los seis días siguientes.



Tras dejar los bártulos en el hotel Alfonso XIII, en pleno centro, salimos a cenar a un restaurante indio y nos damos otro buen paseo, esta vez nocturno, por el centro del casco histórico cartagenero.

Cartagena sorprende con algunos edificios modernistas impresionantes.

Esta escultura estuvo hace algún tiempo en la plaza mayor de Salamanca.

El ayuntamiento se encuentra en un edificio impresionante.

Por la mañana, tras desayunar en uno de los muchos bares-restaurantes cercanos al hotel partimos hacia el aparcamiento de Los Belones, desde donde salen los autobuses que permiten acceder a las playas del parque regional de Calblanque sin tanto impacto medioambiental como hace años. Una vez allí, nos decantamos por uno de los dos recorridos posibles, a 3€ por persona, que nos deja junto a la paradisíaca playa del mismo nombre.


Tras un paseíto hasta las cercanas salinas del Rasall, vuelvo con Lucía para disfrutar de un buen día de temperatura, aunque con el cielo algo nuboso y el mar un poco revuelto... Y como hay bandera amarilla en el único enclave con vigilancia de socorristas de las playas del parque, optamos por seguir el sendero costero hacia el cabo de Palos; las restricciones del Parque impiden seguir otra ruta pedestre hasta las playas de más al sur.


Los autobuses de acceso a las playas con su slogan "ecologista": 4:40



Las doradas playas de Calblanque con el Monte de las Cenizas
y el Cabezo de la Fuente al fondo, ambos por encima de 300 m.


Cala de los Dentoles

El camino que lleva desde la última playa hacia Cabo de Palos,
 que se distingue bien por su emblemático faro al fondo.

Cuando intento guardar la ruta que en poco más de 2 kms. nos va a llevar hasta muy cerca de Cala Reona, en las afueras de Cabo de Palos, me percato de que el gps no funciona bien por estos lares. No sé bien el motivo, quizá militar... o no..., pero se cambia la hora de los móviles y fallan las ubicaciones envíadas por los satélites.

En cualquier caso, seguir la ruta a pie hacia Cala Reona es una auténtica delicia...




Sobre las 15.15 h. estamos de regreso para comer y darnos un buen baño en la playa de Calblanque.

Palmito, la única  palmera autóctona de la península...

... y sus dátiles no comestibles...

Tras despoblarse de turistas aparecen en la playa
algunas gaviotas de Audouin en busca de restos de alimentos.

Nos quedaremos hasta el último autobús, sobre las 19 h. si mal no recuerdo, y luego iremos en coche hasta Cabo de Palos, acercándonos antes a "conocer" más de cerca el chiringuito de Cala Reona que hemos visto hace unas horas desde las alturas, desde donde vemos algún que otro rayo caer sobre el mar. Cenaremos por allí, regresando a nuestro hotel cartagenero ya cerca del día siguiente.

Cala Reona. Al fondo el inicio del camino hacia Calblanque

Aunque la foto es mala, la comparto por la curiosidad
de ver la hilera de edificios iluminados de la Manga.

Y nos gusta tanto la zona, que al día siguiente decidimos volver para coger la otra linea de autobús que, por el mismo módico precio, te acerca a la otra zona de playas. Plantaremos la sombrilla en la espectacular playa Larga y nos daremos unos buenos baños.


Ya por la tarde de nuevo optaremos por un buen paseo para conocer todas las playas de este tramo.





El alejamiento de la de Negrete y de playa Parreño hace que el nudismo prevalezca entre sus visitantes.



Tras acercarnos a éstas volvemos por nuestros pasos y  seguimos desde Playa Larga hasta la playa de Las Cañas y algo más allá.





A lo lejos ya se puede ver el puesto de vigilancia de los socorristas en Calblanque, donde estuvimos ayer.



Y de nuevo en el coche, decidimos volver de nuevo a Cabo de Palos para recorrer el pueblo tranquilamente a pie a última hora de la tarde. 

Nos va a encantar, especialmente el pequeño paseo sobre el mar y las vistas desde el Faro, a pesar de la calima que hace que la puesta del sol se produzca antes de esconderse en el mar...






La posibilidad de acercarse uno a pie desde Cala Reona por la llamada senda geominera y el gran atractivo del parque regional va a hacer que cambiemos nuestros planes para estos días y dejemos la visita a Murcia o un mejor conocimiento de Cartagena para otra ocasión, optando para el día siguiente por una nueva visita a Calblanque...


Dejamos el coche aparcado junto a Cala Reona y pasamos la mañana allí, recorriendo a nado la playa y la costa hasta cerca del Faro; la ausencia de viento y el día soleado ayudan... 


Y sobre las 14 h., pertrechados de sombrilla y silla partimos a pie por la senda hacia Calblanque, quedándonos en Cala Magre. 

Sorprende la gran profundidad de los pozos que se encuentran junto al camino,
seguramente sin uso tras dejarse de cultivar las tierras de los alrededores.

Huellas del pasado minero de la zona.




En la zona se sigue un programa de recuperación de la tortuga boba.

Nido de golondrina daúrica en el interior de un bunker junto al camino.


Pasaremos una tarde inolvidable, combinando baños con un nuevo paseo junto al mar hasta Punta Blanca y las salinas.


Por la tarde se juntan a dormir en las salinas cientos de gaviotas.
En la foto se distinguen también un par de garzas reales.

De regreso vamos a quedarnos hasta pasadas las 20 h. ya sin gente en este paraíso.

Parecía que se disponían a hacer "botellón", pero desaparecieron
estas gentes y la potente música que les acompañaba con el último bus. 


La playa de los Dentoles es la más cercana a Cabo de Palos, y seguía
 con un buen grupo de gente al retirarnos nosotros. Si ampliáis la foto
 se puede apreciar que "jugaban al boxeo" con guantes profesionales...


Y pasadas las 21 h., ya de nuevo en Cala Reona, sacamos las sillas y nos sentamos junto al mar disfrutando de la mejor noche del año para ver las Perseidas... Y aún va a ser mejor la cosa, cuando en el chiringuito empecemos a escuchar las versiones de clásicos del pop y el rock en inglés y en español interpretadas por Arancha García, una cantante local, acompañada tan sólo por una guitarra acústica magistralmente manejada por su compañero en el espectáculo.

El viernes 13 cambiamos de tercio y por la mañana nos acercamos al Bien de Interés Cultural "los Castillitos", en lo alto de unos grandes farallones entre Cartagena y Mazagón. 

Deste este campamento militar se defendía la bahía de Cartagena y sus alrededores.






Collalba negra.

Asesorándome un poco sobre las posibilidades de la zona, he visto que muy cerca hay una escondida cala que tiene muy buena pinta, y sobre las 13 h., con "la caló" en pleno apogeo, partimos a pie en su busca por un sendero "montañero" y con la sombrilla en ristre... como tiene que ser... 😅







No va a defraudar ni mucho menos Cala Cerrada, a resguardo del oleaje como pocas... A pesar de tratarse de una cala de roca y piedras, el fondo marino es espectacular, y al no haber mucha arena y estar tan protegida de corrientes, se aprecia nítidamente el fondo, aunque éste supere los 20 m.



Tirando de cronómetro por el apretado programa del día, vamos a disfrutar a tope del par de horas que estemos en el interior de esta gran pecera, viendo multitud de variados peces, estrellas de mar, erizos... y hasta una morena...

Sobre las 16 h. nos toca volver al coche siguiendo el par de kilómetros... cuesta arriba... que de él nos separan... y con 300 m. de desnivel... Pero no queda otro remedio porque a las 18,30 h. hemos quedado en Cartagena para una visita guiada a los enclaves más señalados de la ciudad...

El regreso a pie se hará algo durillo, por el calor y por la pérdida de contacto entre nosotros durante un breve lapso de tiempo, pero una vez en el coche conseguiremos volver al hotel con el tiempo justo para darnos una duchita y llegar a tiempo a la visita concertada.

El paseo vespertino por Cartagena nos resultará muy agradable, dejando como es lógico mucho por ver y visitar aunque... siempre hay que dejar algo para la vuelta...

Orificios en el Ayuntamiento causados por la metralla y los disparos
tras el alzamiento del 36.

"El arte es una mentira que nos hace darnos cuenta de la realidad"

Clon de un conocido edificio modernista barcelonés.

Teatro romano.

Ya de noche nos acercaremos al puerto pesquero a cenar en el Club Naútico... Muy bien, la verdad. Y luego último regreso a nuestro hotel preparandonos ya para la operación "recogida de vástagos y retorno".

Y el sábado partimos por la mañana a recoger a David y por la tarde seguimos hasta un precioso apartamento de amplias vistas que hemos reservado cerca de Cala Fustera, pequeña playa que ya conocimos hace unos añitos y nos gustó mucho. Tras hacer el check-in nos vamos a la cala, que encontramos sin problemas de aforo al llegar con la tarde muy avanzada, y una vez allí, un buen bañito y unos buenos paseos para hacer hambre y marcarnos un buen homenaje en el chiringuito...

Vistas del peñón de Ifach y Calpe desde al lado del apartamento.



Chicharra.




El domingo intentaremos darnos otro baño en la cala antes de seguir hacia Gandía, pero en esta ocasión el aforo covid nos lo va a impedir. Decidimos seguir hacia Gandía para recoger a Lucía, y dadas las fechas en que nos encontramos optamos por pasar la mañana en una playa poco concurrida. Nos decidimos por la "otra" playa gandiense, la de Venecia, al otro lado del río Serpis.

Descansaremos allí hasta después de comer, reuniéndonos toda la familia después y continuando camino de Salamanca.

Lamentablemente, pasado Madrid nos encontraremos con las grandes humaredas provocadas por el mayor incendio de las tierras abulenses desde hace muchos años... 😢