lunes, 27 de junio de 2022

Escapada a La Coruña 29-31/01/22.

Aunque el desfase temporal va "in crescendo" aquí va una nueva entradita con una inolvidable visita de finde invernal a una ciudad preciosa que bien merece no una sino frecuentes visitas.  

Salimos de Salamanca sin prisas, como de costumbre, el sábado 29, y tras un viaje que no se nos hizo demasiado pesado, sobre las 12,30 h. estábamos ya aparcando cerca de la torre de Hércules. 

Damos un buen paseo junto al mar por la zona verde al norte de la península donde se ubica el centro de la ciudad.  


Tarabilla común macho.


Buitrón

Estornino pinto

El faro de la torre de Hércules

Tarabilla hembra


Tras el check-in en el hotel subimos a la habitación donde nos vamos alojar las dos noches siguientes. Las vistas sobre la ensenada de Orzán son impresionantes.


Y tras dar buena cuenta de las provisiones que traíamos... y de una buena siesta,... salimos pasadas las 18,30 h. para pasear por la ciudad. Y el comienzo del paseo no puede ser mejor, disfrutando de las playas urbanas del Orzán y de Riazor bajo un cielo enrojecido tras el atardecer.

Las vistas desde la habitación mejoran, si cabe, al atardecer.







La noche poco a poco se va a hacer la dueña de la ciudad viéndonos aún pasear junto al mar. 



Como estamos en invierno aún es pronto para cenar, y decidimos seguir paseando por el centro de la ciudad, con una ubicación excepcional entre la zona de playas y la del puerto, que se ubica ya en la ría.


Sobre las 20 h. nos sorprende la vista nocturna de esa maravilla arquitectónica que es la plaza de María Pita. 


Empieza a salir el cansancio del viaje y los buenos paseos que nos hemos dado y, tras pasar otra plaza por el centro de la península en la que nos encontramos, vemos grandes colas esperando turno para pedir comida asiática. Comprobando calidad-precio de lo que allí se ofrece optamos por llevar algo para cenar a esa pedazo de habitación que nos espera para pasar la noche, y por un precio muy ajustadito cenaremos de miedo con la playa frente a nosotros y el calorcito acompañándonos...

El domingo 30 nos levantamos prontito... y éstas son las vistas que encontramos desde los ventanales de nuestra habitación sobre las 8,15 h.:


Decidimos hacer un primer acercamiento a la zona del puerto y desayunar por el centro. Y va a ser un auténtico placer pasear por A Mariña, una de las zonas más emblemáticas de Coruña  con las primeras luces del día y sin apenas gente... 

Las galerías de los edificios de A  Mariña forman uno
de los mayores conjuntos acristalados del mundo.







Y otro placer será el desayuno en una panadería-confitería espectacular, donde "repostamos" por un precio mucho más ajustado que el ofertado en el hotel. 

Al fondo se aprecia una de las entradas a la plaza de María Pita.

Sobre las 10,30 h. estamos de nuevo en  la plaza de María Pita, con un aspecto diferente del que nos ofreció la noche del sábado...


Y de nuevo junto al puerto, entramos en la zona verde protegida que más o menos ocupa la tercera parte de la península que alberga el casco antiguo, dejando la zona urbanizada atrás tras cruzar la playa de San Amaro.






Playa de San Amaro

Desde allí, siempre junto a la costa, iremos en busca de ese icono protegido por la Unesco que es la torre de Hércules, de origen romano. Pero lo haremos con mucha calma, disfrutando de todo lo que vamos encontrando en nuestro camino, la amplitud del mar, la naturaleza, las intervenciones artísticas...

... y también de las cómodas tumbonas que aprovechan el desnivel del terreno...






Garceta común






Tarabilla común



Estornino negro

Sobre las 13 h. nos encontramos junto a la Caracola, otra intervención artística que se ha convertido en otro icono de la ciudad, y desde allí enlazamos ya con la zona donde estuvimos el día anterior, subiendo hasta el alto donde se encuentra la torre.

La caracola






Cuando ya son cerca de las 14 h. decidimos encaminarnos hacia el hotel, parando a comer en un restaurante cerca del museo del Domus donde nos atienden muy bien... y  saboreamos también en una gran pantalla el triunfo de Nadal en el U.S. Open que supone su 21 grand slam...




Regresamos después al hotel para reposar un par de horitas antes del paseo vespertino... Y éste lo comenzaremos repitiendo más o menos el paseo del día anterior camino de Riazor, y las últimas luces del día las encontramos un poco más allá de donde llegamos entonces, junto al obelisco del Milenio, de 46 m. de altura.

Desde el obelisco, que podéis ver más arriba, en las fotos del atardecer del día anterior,
también hay vistas espectaculares hacia la torre de Hércules y su entorno.


A pesar de la hora y de que el regreso va a ser largo, aún nos quedan arrestos para subir al monte de San Pedro, llegando arriba aún con luz para disfrutar de sus vistas diurnas... y un poco más tarde de las nocturnas.


Las baterías que defendían la ciudad nos recuerdan a las de
"los Castillitos" que vimos cerca de Cartagena el verano pasado.




Sobre las 19,30 h. iniciamos el retorno al centro desde donde se ubica el "futurista" teleférico-ascensor que se encuentra cerrado temporalmente.





Una hora después estamos ya paseando por la zona centro donde aún nos sorprenden algunos edificios como éste:


Y el lunes 31, tras un nuevo paseo, esta vez comenzando sobre la arena de la playa, nos acercamos a desayunar a la misma panadería-confitería del día anterior.



Regresamos luego al hotel, y al mediodía dejamos la ciudad acercándonos a Betanzos. La verdad es que esperábamos más del casco histórico y el entorno de la villa aunque descubrimos algunos rincones con bastante encanto y alguna "jugosa observación".



La iglesia de Sta. María tiene dos entradas preciosas.

Al lado de la iglesia, la fuente donde las "selleiras" o aguadoras
recogían agua potable hasta hace no tanto...



Zampullín chico


Aunque intentamos degustar su famosa tortilla y alguna cosita más, no damos con un buen sitio y decidimos continuar nuestro viaje hasta Astorga para separarlo en dos tramos más cortos. Llegamos allí pasadas las 15,30 h. y tomamos unos pinchos  cerca de su bonita plaza mayor porticada antes de acercarnos al espectacular Palacio Episcopal, obra de Gaudí.





Y antes de regresar al coche para volver a Salamanca, seguimos nuestro paseo, que acabamos junto a la no menos espectacular catedral maragata sobre las 17,45 h., ya cerca del atardecer. 



Salu2 a tod@s y que seais muy felices...