miércoles, 25 de enero de 2023

Benia de Onís, hayedo de la Biescona, lagos de Covadonga 30/10 a 01/11/22

En vez de hacerlo el sábado, como mandan los cánones, salimos para disfrutar del puente de todos los santos en nuestra querida Asturias el domingo. Iba a merecer la pena, y mucho, el desplazamiento, a pesar de contar sólo con tres días y las predicciones meteorológicas no ser muy halagüeñas.

Domingo 30/10/22. Circular desde Benia de Onís.

Hasta bien pasadas las 13 h. no íbamos a poder comenzar a caminar, por lo que optamos para el primer día por una circular de casi 11 kms. desde la capital del concejo de Onís, donde se encontraba nuestro alojamiento.

Empezamos nuestro recorrido subiendo poco a poco los 300 m. de desnivel que nos separan de los 500 m. de altitud del Cuetu Grande, al sur de Benia.








Águila real

Las nubes altas no dejan ver las cumbres del Cornión.


Una vez en el alto, con buenas vistas sobre los valles que nos rodean y el macizo del Cornión, reponemos fuerzas dando cuenta de la comida que llevamos cuando ya son cerca de las 15,30 h.




Boviarriba

De nuevo en ruta, bajamos hasta las casas donde nos cruzamos de subida con unas cuantas vacas, tomando el camino de la izquierda que nos lleva  a Boviarriba.

¡Biiishooo! 😅




El Cuetu Grande, aún con las cicatrices de un incendio.

Subimos desde el pueblo al punto más alto de nuestra ruta, una pradera que ofrece buenas vistas hacia el Cornión, donde una chica nos señala las posibles subidas a pie a los lagos de Covadonga desde estos valles.


Y desde aquí  comenzamos a bajar poco a poco hacia Pandellevandes, y sin entrar en el pueblo, seguimos por un camino cerca de la carretera entre Benia y Cangas hasta completar nuestro círculo ya cerca de las 18,30 h.






Lunes 31/10/22. Mirador del Fitu-hayedo de la Biescona/bufones de Pría.

Los cambios de última hora en las predicciones meteorológicas nos llevaron a cambiar el día que teníamos pensado subir a los lagos y, según desayunábamos, nos decantamos por una marcha de medio día el lunes, buscando una zona de bosque donde poder refugiarnos algo más si se adelantaban las lluvias. Siguiendo el consejo del amigo Carlos, decidimos conocer el curioso e insólito hayedo de la Biescona (el que crece a menor altitud de la Península Ibérica y probablemente de toda Europa, entre los 650 y los 200 m.s.n.m.). Y vamos a optar por dejar un coche en el mirador del Fitu y otro en la zona más baja del bosque, para evitarnos la subida por la carretera, lo que a la postre va a ser todo un acierto.

Las vistas desde El Fitu hacia el macizo occidental de Picos son algo único.

Y lo mismo sucede hacia la costa...

Tras dedicar un buen rato a disfrutar de las impresionantes vistas desde el mirador junto a la carretera, ya cerca del mediodía nos dirigimos a otro algo más alto ya en la ruta hacia el pico Pienzu (1160 m.).

A la izquierda el mirador del Fitu, junto al que han quedado los coches.


En un pequeño refugio del segundo mirador contrasta la belleza de fuera con su interior.


Compartimos dicha ruta, que sigue ofreciendo impresionantes panorámicas sobre las cumbres del macizo occidental de Picos y la costa, hasta la pradera de las cabañas del Bustacu.

Bajo la cuerda que va en busca del Pienzu está el valle por el que más tarde bajaremos.











Praderas donde se encuentran la cabañas del Bustacu.

Una vez en la braña dejamos la transitada subida al pico para mejor ocasión, y tras un tentempié y un paseo por los alrededores comenzamos a bajar la garganta del arroyo de La Toya, encontrándonos enseguida con las primeras hayas.



Al fondo, cumbre del Pienzu

La cruz de la cumbre







Algunas de ellas son de grandes proporciones, destacando por su perímetro y ramaje la centenaria "Fayona".


Una vez en el interior del hayedo, donde también hay otras especies arbóreas pero apenas sotobosque, lo que facilita la marcha a pesar de la pendiente y del frecuente embarramiento del sendero (que nosotros no "sufrimos" por la persistente sequía), se disfruta a tope de la espesura, del suelo cubierto por las hojas que ya empiezan a caer, de la gran cantidad de helechos...











Ya cerca del final del recorrido nos sorprende la lluvia, al principio cayendo de forma tímida.




Decidimos seguir hasta el coche antes de comer, y pasarán ya de las 15,30 h. cuando lleguemos a él. Es entonces cuando la lluvia empieza a caer con más fuerza, justo en el momento en que, antes de subir al mirador del Fitu, desplegamos medios para dar cuenta de nuestros condumios. Se complicará algo la logística y ocasionará alguna que otra protesta de los más menudos de nuestros expedicionarios.



Plano del cómodo recorrido de poco más de 8,5 kms.

Ya en el mirador, uno de los coches volverá con el grueso del pelotón al hotel y el amigo Paco y yo nos acercaremos antes a los bufones de Pría.

No logramos ver estos espectaculares "géiseres" que necesitan fuertes oleajes y pleamar para mostrarse pero al acercarnos a las grietas no deja de impresionar el ruido que sale de ellas. Un paseo por la zona nos dejará también otras bonitas imágenes para el recuerdo.

Uno de los "casoplones" junto a los que pasamos al caminar desde el aparcamiento a la costa.









Miércoles 01/11/22. Por los lagos de Covadonga.

Y el último día lo dedicaremos a hacer una marchita por los lagos de Covadonga antes de volver a casa, aprovechando las buenas predicciones meteorológicas y previa reserva de sendos billetes de autobús para subir a ellos desde Covadonga.


Comenzamos a andar ya cerca de las 11,30 h., y con un cielo inmaculado que no hemos visto los días anteriores nos acercamos en primer lugar al mirador del príncipe de Asturias, desde donde se aprecian los valles próximos a Benia o las cumbres del Sueve, por donde anduvimos los días previos.

La cruz delata a la cumbre del Pienzu...

y si abusas de zoom ya no se albergan dudas.

Llanos de Comeya, donde se encuentra la majada de la Rondiella.
Siguiendo hacia el norte se encuentra Benia de Onis,
antes de llegar a la siguiente cuerda que precede al mar.

Hacia el sur las pistas y carretera, con Peña Santa de Castilla al fondo.

Luego visitaremos las minas abandonadas de Buferrera, que se han puesto en valor dejando parte de las infraestructuras férreas, vagonetas, túneles...




La llegada al lago Ercina rodeado de amplias praderas con la cumbre de Peña Santa de Castilla al fondo y en todo lo alto impresiona a cualquiera.


Asturcón

Bordeándolo por una de sus orillas, superamos un pequeño "puertecillo" que nos deja en la idílica braña de las Reblagas, donde toca reponer fuerzas con un pequeño tentempié.

El lago La Ercina no supera los 3 m. de profundidad.




Luego nos acercamos al Bricial, conocido como "tercer lago de Covadonga"... bueno, mejor dicho, a la vaguada donde aparece dicho lago cuando las condiciones meteorológicas son las apropiadas (aportes de agua tras el deshielo o fuertes lluvias que saturan la gran capacidad filtradora de la depresión donde "se esconde"). Con la sequía de este año no queda rastro, ni se intuye la cascada del río Resecu que vierte sus aguas, cuando las lleva, sobre dicha depresión.



Macho de lagartija serrana (iberolacerta monticola).

Hembra de la misma especie.

El Bricial.

Mucho más otoñales que las de la Biescona, como es lógico por la altura, por aquí ya se dejan ver las primeras hayas del bosque Palomberu, cuya visita a fondo debemos dejar para mejor ocasión.








Bajamos poco a poco a la vega de Enol, que afea en parte la pista desde la que se separa el camino al refugio de Vegaredonda, y giramos en busca del lago más grande de la zona, acercándonos antes a la ermita del Buen Pastor.

Ermita del Buen Pastor.

Por momentos impresiona y abruma tanta belleza natural a nuestro alrededor, con pequeños toques de humanización que conjugan perfectamente con ella, como el humo que sale de algunas de sus cabañas o las cabezas de ganado que se encuentran en sus prados.


Refugio de la Vega de Enol, también conocido como Casa de Pastores.

Vistas "a través" de la ermita.


Dejando a nuestra izquierda el refugio de la vega de Enol y alguna espectacular fuente, llegamos al lago del mismo nombre, buscando un lugar al abrigo de los fríos vientos que nos acompañan, que encontraremos tras atravesar la braña de los Acebos.

Lago de Enol, que llega a tener una profundidad de 30 m.


Braña de los acebos



Toca comer, descansar y disfrutar de las vistas antes de cerrar el círculo de una accesible ruta de poco más de 6,5 kms. recomendable para todo tipo de andarines.




Tras 3,40 h. de disfrute nos toca esperar un buen rato haciendo cola a la espera de que nos recoja algún autobús para bajar a Covadonga, aprovechando yo para "afotar" algún que otro alado residente de la zona.

Bisbita alpino

Petirrojo


Chova piquigualda

Nosotros hicimos el recorrido largo que aparece aquí, de poco más de
 6,5 kms. Aunque traíamos el track bajado de wikiloc, encontramos este 
panel junto a la parada del autobús con poca pero precisa información.

Bajando en el bus, aún queda tiempo para hacer alguna fotillo de los impresionantes paisajes que nos acompañan.





Ya en Covadonga visitamos el monasterio y sus alrededores, que esconden alguna que otra sorpresa que pone la guinda a un gran día y a un gran puente.






Cascada del río Reinazo

Cuervo