viernes, 2 de octubre de 2020

La Alberca-Cornisas de Batuecas-Valle de Lera-La Alberca 27/09/2020

Hay destinos que, por más que uno vaya, siempre sorprenden... Las Batuecas es uno de ellos. La búsqueda de nuevos trazados para la exitosa carrera de montaña de los tres valles recuperó no hace mucho tiempo un trazado espectacular a media altura dentro del valle, entre el Portillo y los Puertitos. Aún no lo conocía "in situ" aunque las fotos y las opiniones de los amigos que sí lo habían hecho ponía los dientes largos, y este domingo por fin se me ha logrado. Cuando hace unos años recorrí la ladera norte y otro trazado de la misma carrera de montaña junto al curso fluvial del valle principal ya quedé sorprendido por la gran cantidad de tesoros que por allí se escondían (un par de salidas interesantes para descubrirlos tienen entrada en el blog aquí y aquí). Ahora, una vez más, me descubro ante la belleza de esta zona natural con rincones únicos, diferentes, inolvidables. Espero que siempre prime el respeto por la naturaleza en quienes visiten el valle, y que su lejanía respecto a grandes urbes siga librando a este paraíso salmantino... que ya huele a Extremadura... del turismo masificado, ruidoso y agresivo con el medio ambiente.

Comenzamos a andar sobre las 10,15 h. desde el aparcamiento del Centro de Interpretación de la Alberca, y nada más bajar del coche nos llamó la atención un canto de un pájaro que no lográbamos identificar, y al localizar al emisor, pudimos apreciar con los prismas su pico único, con forma de tijera o tenaza, especializado en extraer piñones...

Piquituerto común

Por el sendero PRSA-10 que nace junto al aparcamiento nos dirigimos entre pinos silvestres hacia el Portillo de Batuecas,  donde llegamos poco antes de las 11 h.



Tras localizar entre los pinos el sendero semioculto que vamos a seguir, unos minutos más tarde se abre ante nosotros el impresionante paisaje que desde este mirador privilegiado ofrecen las Batuecas y las Hurdes extremeñas, con el embalse de Gabriel y Galán al fondo.


En la ladera de enfrente se ve el camino  conocido como
 "El Reventón", que nace en el Portillo y se precipita camino
 del Monasterio de Batuecas. Al hacerlo de vuelta hace honor a su nombre...

El recorrido no va a seguir en algunos tramos un sendero propiamente dicho, pero el escaso trasiego que por él se lleva a cabo es suficiente para seguirlo sin dificultad.


Al fondo la pedrera "de la mariposa", como quedó bautizada en
una de nuestras salidas, pedrera que atraviesa la integral de Batuecas.

Al fondo la portilla del Cid. El desnivel al sur es mucho más acusado, dado
el nivel de base del Tajo, donde van a parar las aguas de Batuecas
y de una porción de la provincia, con el Alagón como río principal.

Estas pedreras de Batuecas de vez en cuando dejan ver fósiles
de huellas de trilobites, conocidos como crucianas.


De vez en cuando toca pasar entre retorcidas encinas cubiertas de musgos que se aferran como pueden a los escasos suelos fértiles que quedan entre los pedragales.











Cerca del mediodía pasamos junto al Pititongo, llamado así por pastores y carboneros, según reza un rústico "cartel indicativo" en su base. Es éste  uno de los puntos más llamativos del recorrido.




Esta foto está hecha con el teléfono que compré el año pasado, y la de abajo con la cámara que uso habitualmente, que ya cumple un decenio... Es increíble cómo avanza la tecnología...


Y un poco más adelante, quedamos "ojipláticos" ante un gran pliegue "de libro" que muestran las cuarcitas junto al camino.




Tras un tentempié cerca del pliegue, seguimos nuestra ruta por las "cornisas" de Batuecas, atravesando pedreras y tramos con más vegetación, hasta enlazar un cuarto de hora después con la cuerda, ya cerca de otro de los puntos emblemáticos de Batuecas, la Peña del Huevo.




En la cuerda ya se deja ver la Peña del Huevo, y se suaviza el desnivel.



Seguimos unos minutos por la otra vertiente junto a la cuerda, rodeando la Peña del Huevo, donde vemos un pequeño grupo que está a punto de culminar su entretenida ascensión, que requiere alguna que otra trepada sin excesiva dificultad.




Bajo la roca se ve una de las cuevas-jaula que se utilizan
para el control de la población de cabras monteses.

Cuando de nuevo entramos en Batuecas ya está parte del grupo de
la Peña del Huevo iniciando su descenso desde la cumbre.



Y sobre las 12,45 h. nos internamos una vez más en Batuecas para seguir el "nuevo" trazado de la carrera de los tres valles a media ladera.

Cada poco tiempo paramos a disfrutar de las vistas que se nos ofrecen. Aquí nos recreamos
 en el cerro Rongiero o Montón de Trigo, cumbre de Batuecas que supera los 1600 m.

Y de nuevo también me quedo absorto ante la maravilla de sendero que estamos recorriendo, que se las apaña como puede para continuar rumbo a los Puertitos en una inclinada ladera sobre la cueva del Pallón.



Arriba a la izqda. el camino por el que venimos...
... y por el que transitaremos en breve, también a la izqda de la foto.













Una hora después atravesamos un tramo de unos 30 o 40 m. donde un corrimiento de tierra se ha llevado el camino.


Seguirán alternándose los canchales con zonas de vegetación autóctona y algún que otro pinar,  siempre con muy buenas vistas hacia el valle y las montañas que lo rodean.





No hemos visto muchas cabras en esta ocasión. Este macho
dejó ver bien su rostro, pero no estuve rápido...




Y ya cerca de las 14 h. llegaremos al "vista point" más espectacular del recorrido, donde el camino aprovecha una cornisa sobre la cuarcita para facilitar el paso en una zona de gran inclinación.



Tenía ganas de tener una foto así... ¡Gracias, Miguelón!

Decidimos aguantar sin parar a comer hasta el chozo de los Puertitos y pocos minutos más tarde salimos de nuevo a la cuerda. 





Por aquí sale a recibirnos entre las nubes, que poco a poco van desapareciendo, la Peña de Francia. 




Cuando paramos a comer cerca del chozo de los Puertitos sobre las 14,30 h. apenas queda rastro de ellas.




Mientras damos cuenta de nuestras viandas al solito, vemos subir desde el fondo del valle otro grupo de personas que poco después descansarán no muy lejos de donde nos encontramos.

Y sobre las 15,40 h. retomamos nuestra ruta, enfilando hacia el valle de Lera tras una pequeña confusión de pista que nos hubiera llevado camino de la Peña.

El collado por donde salimos esta mañana de nuevo
a la cuerda ya muy cerca de los Puertitos.


La excesiva proliferación de pistas afea el paisaje que nos rodea tras dejar Batuecas. 

A pesar del imponente aspecto de este símbolo salmantino que es la Peña de Francia, el tramo vespertino de nuestra ruta no es tan espectacular como el matutino, aunque atravesaremos algunos rincones de gran belleza.



Los frutos de un acebo con un difuminado pico Cervero al fondo. Entre él
y el Codorro (a su derecha) se encuentra el espectacular valle de las
Quilamas, donde debíamos haber ido hoy, descartándolo esta misma mañana.



A la derecha, la sierra de Béjar; esperemos que pronto se vista de blanco...


Los acantilados de la Peña de Francia con su "Pititongo" particular.


Y tras casi tres horas caminando ya por pistas, llegamos de nuevo a los coches tras disfrutar de un día muy agradable en buena compañía.






Un curioso cartel en una casa "portuguesa" al llegar a la Alberca.

Al ver estas flores en una enredadera nos vino a
la cabeza el Coronavirus. ¡Malos tiempos!


 Os dejo una panorámica hecha al iniciar el tramo matutino que nos iba a llevar por uno de los recorridos más espectaculares que se pueden hacer por tierras charras.


Y, como de costumbre, para acabar os dejo un mapa con el recorrido y el perfil de la ruta, así como un enlace al track en wikiloc, cortesía del amigo "Jolupiga". Salu2.








2 comentarios:

  1. Preciosa ruta Manolo llena de encanto. Qué espectaculares imágenes, especialmente la tuya al borde del precipicio....

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    1. Gracias Antonio. Es fácil hacer buenas fotos cuando estás en lugares como las Batuecas, y si además te mueves por un camino de amplias vistas como el que recorrimos por la mañana, con más razón.

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