jueves, 6 de agosto de 2020

Disfrutando de nuevo en la Sierra de Béjar 21/06 y 05/07/2020

Nuestra primera salida montañera tras el confinamiento sería a la cercana Sierra de Béjar, y nos iba a dar muchas alegrías, como podéis comprobar en las fotos y la descripción... hasta el punto de optar por volver a ella un par de semanas más tarde.

Circular desde el Travieso, por Hoyamoros. 21/06/2020

Salimos sin prisas de Salamanca y ya pasaban de las 11 de la mañana cuando empezamos a andar entre escobas.

A la derecha se deja ver parte del aparcamiento y en la parte superior Candelario y Béjar.

Pronto iban a dejarse ver jugosas observaciones pajareras, llegando a su culmen tras media hora de ascenso, al llegar al límite donde las escobas aún seguían floridas y poder disfrutar a placer de varios pechiazules.

Acentor común, seguramente el pájaro más abundante por estos lares.

Pechiazul



Tras disfrutar un cuarto de hora de las idas y venidas del padre para alimentar a su vástago, seguimos nuestro camino, entre escobas floridas en un día excepcionalmente claro para la época, dejándose ver Salamanca en lontananza.





Los ramilletes de flores de las escobas resultan espectaculares vistos de cerca.

Cerca de las 12,30 h., tras refrescarnos en la Goterita comienza el disfrute con las mariposas que pueblan la cuerda del Calvitero y alguna esporádica aparición de lagartijas serranas, algunas de ellas luciendo un colorido espectacular.

Sierra de Gredos.

Sierra del Barco.

Cumbre del Calvitero.



Cuando ya se dejan ver las lagunas del Trampal, sabedor de que algunos amigos se han decidido por acercarse allí antes de subir a la Ceja (techo de la provincia que aún cuenta con algunos buenos neveros), echo un vistazo y con los prismas consigo distinguirlos transitando aún por ellas.

La Ceja. En las siguientes fotos se acerca la cumbre con el zoom.



Lagunas del Trampal.

Pina y cía. transitando por la segunda laguna.

Lagartija serrana que ha perdido la cola tras algún percance...

Nosotros seguimos nuestra tranquila ruta camino de Hoyamoros, surcando campos de escobas floridas y disfrutando de una agradable temperatura.




Pollo volandero de alondra común.

La silueta de los Hermanitos es como un mojón enorme que te ayuda a llegar a
 Hoyamoros sin dificultad en un día claro por estos parajes suavemente inclinados.


Encontramos más agua de la que esperábamos en las turberas y arroyos que vamos encontrando.



Cerca de las 14,30 h., tras pasar por la cueva-refugio antesala de Hoyamoros, nos aposentamos junto al serperteante curso del río Cuerpo de Hombre para dar cuenta de nuestras viandas y dormitar un rato a continuación en este entorno privilegiado. Ya estuvimos por aquí el otoño pasado los cuatro componentes de la marcha, y nos había dejado muy buen sabor de boca. Podéis ver fotos y descripción aquí. No os dejo el mapa con la ruta ni la dirección para bajar el track, pues podéis hacerlo también pulsando el enlace,  (la ruta es prácticamete la misma... aunque entonces subimos a la Ceja...).

La roca partida donde se encuentra la cueva-refugio.

Escaladores en los Hermanitos.

Nunca me ha gustado el nombre de ranúnculos para estas flores tan bonitas que cubren en
 primavera nuestras charcas y cursos fluviales de aguas tranquilas, pero así es como se llaman...


No logramos volver a ver al escurridizo desmán en esta ocasión, pero ya se ha dejado ver el pechiazul... y aún lo hará alguna otra especie no muy frecuente...

Sobre las 16,30 h., tras dar un pequeño paseo por este laberinto de enormes rocas y verdes prados rodeando al serpenteante y bucólico curso del naciente río Cuerpo de Hombre,  iniciamos el retorno por el camino de los escaladores, deteniéndonos de nuevo en algunos charcos y turberas para ver algunos de sus curiosos habitantes...






Me encanta buscar las droseras en las turberas que por aquí abundan. En la planta de la
derecha se pueden ver al trasluz varios insectos atrapados.

Aquí se aprecia por qué estas plantas son conocidas también como "rocío del sol" (las gotitas de mucílago pegajoso esperando insectos incautos...). Su propio nombre científico procede del
griego δρόσος [drosos], que también significa "rocío".


Al fondo, el embalse de Gabriel y Galán.

De nuevo la limpia atmósfera nos dejará ver Salamanca, y otros enclaves más lejanos como la portuguesa Serra da Estrela.

Salamanca, abusando del zoom de la cámara...



Al fondo, la portuguesa Sierra de la Estrella cuyas montañas más altas casi rozan los 2000 m.

Tras bajar las Cañadillas y refrigerarnos en los arroyos que nacen por allí, seguimos descendiendo hasta llegar al cruce de senderos donde en alguna ocasión nos hemos enriscado. Tras localizarlo sin dificultad, entre grandes escobas seguimos camino del Travieso.


Por las Cañadillas no se dejó ver en esta ocasión ninguno de los
roqueros rojos que visitan frecuentemente la zona en verano...


Y va a ser cerca de nuestra meta, pasadas las 18,30 h. cuando se van a dejar ver varios escribanos hortelanos bastante confiados, lo que me permitirá recrearme un buen rato y hacerles a ellos y a algún "primo cercano" varias fotos decentillas antes de llegar al Travieso cerca de las 19,30 h.

Escribano hortelano.



Este hortelano tenía en el pico un suculento grillo de matorral que miraba con
envidia su primo unos metros más allá...


El primo en cuestión era un escribano montesino, a quién siempre delata su llamativo antifaz.

También vimos pasar este pájaro de grandes dimensiones según llegábamos al coche...

Circular desde el Travieso, por las lagunas del Trampal. 05/07/2020

Pues como os decía al principio, el buen sabor de boca que nos quedó en junio hará que de nuevo volvamos a nuestra querida Sierra de Béjar, y en esta ocasión el aumento de las temperaturas  nos llevará a buscar destino para comer y quizá darnos un bañito junto a las lagunas del Trampal.

Salimos del Travieso cerca de las 11 h. y pronto se van a dejar ver de nuevo los escribanos hortelanos, cuyo curioso canto nos tuvo en vilo hace un par de semanas preguntándonos quíen era su autor, pero ahora los delata.

Escribano hortelano cantando

La ruta es muy parecida a la que hicimos entonces pero, como siempre sucede en nuestras salidas, el paisaje y los habitantes que se dejan ver van a variar. Serán ya pocas las escobas que luzcan sus penachos de flores, aunque a cambio, encontraremos algunas vegetaciones ralas, más tardías en su florecimiento, en todo su esplendor.

Las flores de una planta aislada de escaramujo cerca de la plataforma tenían muchos polinizadores rondándolas...




Vimos durante la subida muchos grillos de matorral, que parecían concentrarse en las escobas donde encontrábamos esa especie de "salivas" que podéis ver en la foto. Desconozco si tiene que ver con las puestas, aunque los individuos que veíamos eran en su mayoría hembras, a quienes delata ese apéndice ovopositor que casi dobla su tamaño...

Esta hembra tenía una coloración distinta... ¿Se trata de otra especie?

Es relativamente frecuente encontrarse motoristas trialeros por la zona
(nunca me casaron demasiado con estos sitios, la verdad...).
Nuestros jóvenes acompañantes con el embalse de Navamuño al fondo.



También se dejarán ver muchas mariposas en la cuerda del Calvitero... entre otros acompañantes...



Juvenil de collalba gris.


Pollo volandero de pechiazul. A juzgar por dónde se dejó ver, es posible
 que se trate del mismo a quién vimos alimentar por su padre quince días antes.

Lagartija serrana



En esta ocasión sí haremos un alto en el camino en el Calvitero antes de seguir hasta el collado que conduce a las lagunas del Trampal.




El Travieso, Candelario y Béjar vistos desde el Calvitero.


El florecimiento de las numerosas pequeñas plantas alpinas, que para protegerse mejor de las
inclemencias del tiempo se apiñan  y buscan acomodo entre las piedras en estas zonas
 azotadas por los vientos, da un toque de color y puebla de mariposas la zona.

Aún quedaban escobas luciendo sus mejores galas...


Añadir leyenda

Comparando esta panorámica con las fotos de la anterior marcha, podéis comprobar la cantidad de
 nieve que se fue en dos semanas  de la Ceja. También se aprecia el sendero por el que bajamos
 a las lagunas desde el collado que veis a la derecha. Las lagunas, al otro lado de la foto.

Pararemos a comer pasadas las 14,15 h. junto a la primera laguna, aunque yo me acerco antes a echar un vistazo a la segunda.



Al fondo el collado, visto desde el primer "escalón" que en su día también tuvo su laguna...






Pollo volandero de acentor común.



Y según comemos, los más menudos de nosotros se fijarán en que algunas hierbas secas se mueven misteriosamente, comprobando que se trata de orugas de una especie de polilla que no he podido identificar que protegen su blando cuerpo en ellas, como si de una concha protectora se tratara.


Esta lagartija serrana que encontramos junto a la orilla de la laguna donde comimos
lucía unos colorido espectacular.


En esta y en la siguiente foto, la hierba-concha y su inquilino...


Tras la comida Camy y yo nos acercaremos a ver la bajera desde el collado y pasaremos también junto a la segunda...





Pasadas las 16 h., retornamos hacia el collado y desde allí atrochamos hasta encontrarnos con el camino de los escaladores.






Casi llegando al collado vimos un par de planeadores aprovechando las térmicas de la zona...



Voy a encontrarme de nuevo con Ana, una amiga con quién he compartido un par de San Silvestres Salmantinas corriendo disfrazado, muy cerca de donde, curiosamente, ya nos vimos un par de semanas antes. Me da cierta envidieja al comentarme que sus compañeros y ella han estado durmiendo en Hoyamoros...





Esta vez nos tomaremos con más calma lo que queda de camino, atentos a esas fugaces apariciones de la fauna de montaña que alegran aún más, si cabe, nuestro paso por estos paisajes; ello hará que nos percatemos del paso de un águila real, de las llamadas y los vuelos de un chochín con el pico lleno de insectos para alimentar a una cría ya volandera, o del cruce con una hembra de lagarto verdinegro entre las escobas...

Un buen rato disfrutamos de las llamadas y las idas y venidas de este chochín con insectos para su peque...

Hito y pardillo común.


Por aquí también había orugas con sus "conchas".





La hembra de lagarto verdinegro que se me cruzó por el sendero...

Esta mariposa tenía querencia por la mano de Lucía...

No será hasta pasadas las 20 h. cuando recuperemos el coche tras pasar otro día montañero para enmarcar, con bañito y temperatura agradable mientras Salamanca capital empieza a sufrir el "caloret" de los "dos meses de infierno" veraniegos.




Ya cerca de la plataforma había muchos cernícalos vulgares poniéndose las botas,
supongo que a base de grillos de matorral,  uno de sus platos preferidos.


No adjunto mapa, perfil y enlace al track de la ruta por su similitud con los que subí en la entrada de la marcha de otoño de que os hablo más arriba; si os interesa, podéis encontrarlos en el enlace para acceder a la misma que, para facilitar la labor, repito aquí.

Y ya en casa se dejará ver una espectacular luna un par de horas después, que de nuevo me hará sacar la cámara.., como también sucederá dos días después para intentar pillar al cometa Neowise antes del amanecer...



Cuando hice esta foto, casi a las 6 de la mañana, cruzó un satélite artificial por debajo
 del cometa, lo que se tradujo en esa linea blanca que refleja los 15" de exposición.


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