domingo, 10 de mayo de 2020

Circular por la "desconocida" Sierra de la Calería 01/03/2020.

Es curioso cómo un día de lluvia, en el que sales tarde en función de las predicciones y, a priori, casi con la seguridad de un pronto regreso para comer a casa porque "nos va a caer la mundial" se convierte sin esperarlo en un gran goce para los sentidos... Muchas veces vivimos algo así en aquellas "míticas" salidas con el G.U.M. de la Universidad de Salamanca cuando móviles, GPS, predicciones meteorológicas etc... o no existían, o no tenían nada que ver con lo que tenemos hoy en día. Justo en el primer día del fatídico mes en el que "el bicho", que ya estaba entre nosotros, nos confinaría a todos, iba a tener la fortuna de vivir un día así en compañía de los amigos Pina y Chuchi.

Pertrechados de unos amplios paraguas salimos rumbo a Navarredonda de la Rinconada para caminar un poco hasta que el tiempo nos dejara, si bien provistos también de comida y demás por si el estado de la atmósfera mejoraba... Y lo hacemos más tarde de lo habitual, comenzando a andar desde un merendero junto a una charca justo antes de llegar al pueblo, cuando ya casi son las 10 h.



Como teníamos previsto, hemos enlazado con una ruta marcada gracias a un loable proyecto de voluntariado juvenil, fruto de la colaboración de la Diputación y la Universidad de Salamanca, con la colaboración de los ayuntamientos de Linares de Riofrío, Escurial de la Sierra, Navarredonda, y La Rinconada.

Como era de esperar, 20 minutos después de nuestra salida los paraguas ya están sobre nuestras cabezas.

Nuestro inicio va a ser un poco titubeante, y cambiaremos el recorrido... El total de la circular de la denominada "Sierra de la Calería", con unos 32 kms., quizá sea algo excesivo para una jornada en plan tranquilo, pero el diseño del proyecto tiene el acierto de permitir combinar atroches y sumar otros ramales que aumentan los alicientes e invitan a dedicar varias jornadas para sacar el máximo partido. Ello permite disfrutar con calma de lo mucho que se nos ofrece en los bien diseñados paneles que se pueden encontrar a la entrada de cada pueblo implicado en el proyecto. Y todo ello caminando sin esfuerzo, o disfrutando de la bici por pistas rodeadas de bosques donde la encina poco a poco cede su trono al rebollo...




Cuando la lluvia empieza a apretar, llegamos a Escurial de la Sierra, donde una vez más nos sorprenden esas originales bicis coloreadas que embellecen el pueblo. El primero de los grandes paneles indicadores de nuestra ruta, como los otros que encontraremos, cuenta con un muy buen mapa que permite diseñar el recorrido elegido por el caminante, añadiendo alternativas muy bien pensadas, como el acceso a "El Hueco", a varios de los hornos de cal que dan nombre a la sierra (y recuerdan la importancia que tuvo por aquí el oficio de calero), a las cumbres del Cervero o de la Corona, atalayas con vistas privilegiadas, a zonas con fósiles, a restos de castros o a minas abandonadas, a la enigmática cueva de la Mora... También cuenta con información sobre bienes patrimoniales del pueblo y su entorno, molinos, festividades etc... Un trabajo muy bien hecho, ¡Sí señor! Dicho sea de paso, muy recomendable comer en cualquiera de los dos restaurantes de esta localidad... doy fe de ello.





A la salida del pueblo, la Madre Naturaleza parece alentarnos para que continuemos, bajando la intensidad de la lluvia y dejándonos un bonito arcoíris sobre Escurial.




Una hora después, cuando entramos en el rebollar, la niebla pasa a ser la protagonista, dotando de un encanto especial al bosque.

Antes de fundirnos con ella, podemos disfrutar brevemente de las vistas hacia el Norte.






Ya cerca de las 13 h. llegamos a los amplios prados que rodean a un refugio que nos trae gratos recuerdos de otras visitas, casi siempre llegando desde Linares y con idea de subir al pico Cervero y disfrutar de sus vistas privilegiadas sobre el Campo Charro, sobre la sierra de Béjar, o sobre el valle de Quilamas que se hunde a sus pies en busca del Alagón y el Tajo.





Comeremos en su interior, y media hora después seguiremos nuestra ruta. En un cuarto de hora ya estamos en el cruce que indica la subida a la cumbre, descartándolo por los bancos de niebla que nos acompañan.



En medio del camino encontramos algunos restos de
heces con muchos pelos de jabalí, posiblemente de lobo.

En algunas zonas se dejan ver ya los bulbos florecidos de los narcisos.



Sobre las 14,10 h. nos desviamos levemente para visitar el primer horno de cal marcado en el mapa que vimos en Escurial. De nuevo un panel interpretativo ayuda a comprender mejor lo que tenemos ante nosotros. Me percato también de que se trata del mismo horno que visité hace unos años compartiendo una integral invernal alrededor del mágico valle de las Quilamas con el amigo José Ángel, que podéis encontrar en este enlace.



Quince minutos más tarde llegamos a una mina abandonada de piritas, lugar con cierto aspecto fantasmagórico en el día de hoy, donde no había estado nunca. Observando con atención entre los montones de piedras aún se pueden encontrar algunos de esos pequeños cubos perfectos en que cristaliza ese mineral.




Tras un cuarto de hora seguimos nuestra ruta, pasando junto a una bucólica "casa de camineros" sobre las 15 h.




Escribano soteño

Media hora después nos desviamos ligeramente para ver un segundo horno de cal, desde cuyo entorno se va a dejar ver la Peña de Francia al retirarse las nubes que han estado "tapándola" hasta ahora.

Este mastín nos ladró con cierta pereza cuando pasamos
cerca de las vacas que veis en la foto de abajo.


Aún no se dejaba ver la Peña de Francia...

Al fondo, el precioso valle de las Quilamas.

Quilamas, con algunas casas de Valero dejándose ver al fondo.

En este horno de cal se deja ver muy bien el hueco por el que se
introducía el brezo que servía de combustible.

Cuando ya nos vamos, se deja ver el pico más alto de la Sierra de Francia...



Al retormar nuestra circular el viento se ha llevado nubes y nieblas, y una atmósfera limpia permite disfrutar aún más de las vistas de la gran dehesa que casi de forma continua expande sus verdes de prados, robles y encinas hasta las proximidades de Salamanca.


Nuestro amigo mastín, despidiendo a los intrusos.



Aunque Navarredonda es ya el pueblo más próximo a nosotros, seguimos la circular, llegando a las 16,10 h. al cruce que permite elegir seguir a la Bastida o a la Rinconada. Optamos por el segundo destino, y comenzamos a bajar al pueblo, descartando acercarnos al pico de Corona, de 1378m., con los restos de un castro en sus inmediaciones,  y a la zona de fósiles que se encuentra a 3 km. de donde nos encontramos. Habrá que hacerlo en otra ocasión... Por allí se ha encontrado un fósil de trilobites que algunos consideran el más antiguo del mundo...




No fue de los mejores días para ver pájaros, aunque algunos se dejaron ver, destacando un gran buitre negro
que remontó el vuelo desde el prado al vernos llegar. Sólo pude hacerle esta cutrefoto a su ala izquierda ;-)

Me gusta intentar reconocer pueblos o zonas con los prismas y abusar luego del zoom
de la cámara. En esta ocasión distinguimos bastante bien La Fuente de San Esteban.

Tejeda y Segoyuela, con los restos de su castillo del s. XV, con una corta y curiosa
historia de enfrentamientos entre su señor y la jurisdicción salmantina que podéis ver en la wikipedia...


Aunque Salamanca queda oculta tras los montes, se aprecia bien desde aquí la silueta del "pirulí" de los Montalvos.

Vamos descendiendo e internándonos de nuevo en el bosque, y diez minutos después pasamos por el paraje conocido como "Las Fuentes", con un bonito manantial del que surge un regato que aguas abajo abastecía a la presa de un molino harinero del que hoy sólo quedan sus ruinas.




La pista principal sigue camino de La Bastida, y nosotros descendemos por el camino de la derecha hacia Rinconada.


Las Fuentes del Regato.


Media hora nos separa de la Rinconada, donde nos topamos con otro gran cartel que nos permite conocer mejor el patrimonio de este pequeño y bonito pueblo, sito a menos distancia de la habitual de sus vecinos El Tejado y Navarredonda...

Restos del molino próximo a Las Fuentes.


Llegando a Rinconada, con Tejeda y Segoyuela al fondo.

Otra perspectiva de Tejeda y Segoyuela, rodeada de amplias dehesas.

El cartel indicador que encontramos al llegar a La Rinconada tuvo tiempos mejores.
A mí me gusta su aspecto y, de colocar uno nuevo, me gustaría que se mantuviera éste.
Una curiosidad, a los naturales de aquí se les llama rinconadienses... o caleros...

Curiosa decoración en una de las ventanas de la Iglesia, quizás recuperada de un templo anterior.

Cuando ya son más de las 17 h. la ausencia de nubes bajas nos dejan ver los bosques por los que hemos transitado, con el Cervero y su "castillo" destacando sobre ellos.

Los cada vez más abundantes rabilargos también nos saludaron por aquí.

El pico Cervero, techo de la comarca con sus 1465 m. de altitud sobre el nivel del mar.


Llegamos a Navarredonda cerca de las 17,30 h. y a los coches diez minutos más tarde, encontrando en un pequeño parque junto a la charca nuevos carteles interpretativos no relacionados con el proyecto de voluntariado, pero también muy interesantes sobre la fauna de estos espacios acuáticos y su comportamiento como ecosistemas casi independientes...


Bando de pájaros compuesto por verderones y jilgueros.

Portada de casa nobiliaria con los típicos bolos esféricos de tiempos de los Reyes Católicos...

Uno de los carteles en el parque frente a la charca de Navarredonda.

Os dejo para acabar mapa y perfil de nuestra ruta de unos 26 kms., y enlace a la página de wikiloc donde podéis bajaros el track que tiene subido el amigo Pina. También una foto de uno de los mapas de los paneles, que facilitan hacer ésta y otras rutas por esta bonita zona de Salamanca. Un saludo y mucha fuerza para superar la que tenemos encima...


Mapa de los paneles, con la ruta marcada con sus variantes y enlaces
para accedes a otros lugares de gran interés.

5 comentarios:

  1. Vaya despedida que hiciste antes de llegar el bicho. Me ha encantado,tienes activo el blog,libre de coronavirus.

    ResponderEliminar
  2. Eso espero... Aún me queda una última salida que hicimos por los Arribes, que prepararé esta semana... Algunos de los limones y naranjas que nos regalaron cuando transitábamos cerca de la Barca de Vilvestre nos los comimos ya confinados...

    ResponderEliminar
  3. ¡Qué bonitas las fotos! Ya queda menos para poder volver a salir y descubrir nuevos paisajes :)

    ResponderEliminar
  4. Este "curso" no nos ha cuadrado compartir una marchita, María, pero eso lo arreglamos en cuanto vuelvas a Salamanca...

    ResponderEliminar