martes, 4 de septiembre de 2018

Oscos-Eo 16 a 19/08/2018

Aquí llega la segunda "andanza veraniega" que puede resultar de vuestro interés. Por razones que no vienen al caso esperamos mucho, demasiado, y el buscar alojamiento unos días antes y en pleno agosto con el sano propósito de "debutar andando" por la zona de los Oscos y conocer la costa cantábrica próxima a estos montes se convirtió en una ardua tarea... Finalmente nos decidimos por un albergue en Pezós, cerca de Grandas de Salime, atraídos sobre todo por los asequibles precios con desayuno y cena y por tratarse de un alojamiento renovado recientemente y con buenas opiniones de sus clientes, a sabiendas, eso sí, de que nos iba a tocar hacer bastantes kilómetros en coche para acercarnos a las zonas que queríamos visitar... La experiencia iba a ser muy gratificante, con muy buen trato y unos desayunos y cenas para enmarcar.

Desde Salamanca salimos con calma las dos familias enroladas en el "proyecto" sobre las 8,30 h.  rumbo a esas tierras donde Asturias y Galicia se funden y confunden. Merece la pena no llegar a Lugo por la autovía y salirse de ésta cerca de Ponte de Neira y seguir por la carretera que conduce a Murias, donde se enlaza con la general que une Lugo con la desembocadura del Eo.

Sábado 16/08. Taramundi-cascada Salgueira-Esquiós-As Veigas-Os Teixois-Taramundi.

En A Pontenova nos desviamos hacia Taramundi, desde donde teníamos previsto hacer la primera de nuestras dos rutas por los Oscos. Vamos a dejar los coches en la aldea de Mazonovo, junto al museo de los Molinos, iniciando el recorrido, conocido como "Ruta del Agua", bien pasadas las 13 h., con idea de comer en las inmediaciones de la cascada da Salgueira y alargar más o menos el recorrido según veamos como evoluciona el tiempo.

El museo tiene muy buena pinta, y deja ver desde fuera varios de sus"ingenios hidráulicos", algunos espectaculares, como una noria o un aliviadero que forma una bonita cascada...



Como tenemos poco tiempo y mucho que ver, dejamos atrás el museo y, animados por el rumor del rio Turía que nos va a acompañar en casi todo nuestro recorrido, nos introducimos en un bonito robledal salpicado de viejos castaños en busca del cruce que nos desvía 1 km. del río para llegar a la Salgueira.




Nos encontramos bajo la cascada sobre las 14 h. y, aunque ésta se muestra menos espectacular de lo que esperábamos, el entorno tiene mucho encanto.


50 minutos después retornamos en busca del río Turiá y nos dirigimos por un tramo parcialmente asfaltado hacia Esquiós, bonita aldea que cuenta con un museo etnográfico interesante.




Seguimos por el PR que pasa enseguida junto a una pequeña fuente donde viven, entre otros bichejos, varios ejemplares de tritón ibérico con los que van a pasar un buen rato nuestros acompañantes más jóvenes.


Sobre las 16,15 h. llegamos a As Veigas, aldea bien restaurada que cuenta con un establecimiento hostelero con mucho predicamento, a juzgar por los coches y las gentes que allí encontramos.





Nos recreamos un buen rato disfrutando del idílico lugar, donde algún día volveremos a probar la fabada, y seguimos camino rumbo a Os Teixois ( tenemos idea de visitar allí una fragua que conserva su mazo movido por la fuerza hidráulica...).

Estamos en el límite entre Asturias y Galicia, y los hórreos nos lo recuerdan...


Los techos de pizarra le dan un toque especial a las aldeas de los Oscos.


Buen sitio para mantener frescas las bebidas...

Según nos alejamos de As Veigas se aprecia mejor el maduro bosque que tapiza el valle donde se encuentra la aldea. En otoño tiene que ofrecer un colorido impresionante.


Las flores de los brezos "en su punto" ;-)

Sobre las 17,30 h. nos encontramos frente a Esquíos, pudiendo apreciarse el inclinado prado que desciende hacia el río Turía, e incluso Taramundi más allá...



Un cuarto de hora más tarde ya nos encontramos en Os Teixois, aldea muy bien restaurada declarada Bien de Interés Cultural; como As Veigas, cuenta con sus 2 hórreos, de "diseño" asturiano uno y gallego el otro, en los que la madera es material de construcción casi exclusivo. También aquí hay un establecimiento hostelero que invita a hacer "parada y fonda", y una bucólica ermita de diseño similar al que veremos repetido en otras zonas de Oscos. Echamos en falta, eso sí, los tejos, seguramente milenarios, que dieron origen al topónimo del lugar.








Al final no visitaremos el museo etnográfico, al tener que esperar media hora y rebelarse los más menudos de nuestros acompañantes, y seguimos camino con alguna dificultad para dar con el atroche que nos lleve de nuevo hacia Esquíos, desde donde volvemos hacia los coches por el mismo camino recorrido por la mañana.




Acabamos la fácil ruta de unos 16 kms. sobre las 19,30 h. y después de una breve visita a Taramundi y sobre las 20 h. partimos hacia el albergue, de donde nos separa aún casi una hora de coche, con paisajes preciosos y alguna que otra jugosa aunque fugaz observación faunística.




Nosotros empezamos en Mazonovo, pero el recorrido que hicimos fue básicamente este mismo.

Domingo 17/08. Sta. Eulalia de Oscos-cascada Seimeira-Busqueimado-Sta. Eulalia de Oscos.

Con las cenas y los desayunos no me voy a explayar, aunque insisto en que nos trataron muy bien en el albergue de Pezós... Al día siguiente nos toca de nuevo hacer una aproximación algo larga hasta Santa Eulalia aunque, como sucederá en casi todos nuestros recorridos motorizados desde y hasta el albergue, algún zorrillo o corzo se dejará ver a nuestro paso.

Ya en Sta. Eulalia pasadas las 11 h. damos una vuelta por el pueblo y nos asesoramos sobre distintas posibilidades para completar el día tras la marcha que tenemos pensado hacer por la mañana.


Pasado el mediodía dejamos aparcados los coches cerca de la aldea de Pumares, desde donde partimos a pie remontando el río Agüeira. Es curioso comprobar que se trata del mismo curso fluvial que pasa por Pesoz, donde nos alojamos y de donde nos ha llevado entre 45´y una hora llegar hasta aquí en coche...

Hay que reconocer y agradecer las labores de recuperación de estas aldeas de los Oscos que nos dejan lugares como éste, donde uno desearía quedarse una larga temporada...


La ruta de hoy va a ser más corta y un poco más durilla por la subida a Busqueimado (salen algo más de 700 m. de desnivel en total...), pero preciosa y llena de alicientes, sobre todo en la zona de bosque que conduce hasta la cascada.





Al poco de salir de Pumares podemos ver un mirlo acuático a placer, y según avanzamos río arriba el bosque va mostrando de cuando en cuando castaños centenarios que en una zona llana donde hay un merendero se multiplican y adquieren portes espectaculares. Por aquí es posible descubrir los restos de varias "corripas", donde se guardaban las castañas después de ser recolectadas. Llevamos ya más de una hora y nos encontramos en el "valle del desterrado", con un cartel que cuenta la triste leyenda que le dio ese nombre...




Sorprende encontrar un despoblado, el de Ancadeira, en medio del bosque.







Poco después llegamos al cruce tras el cual una corta subida nos deja a los pies de la cascada en un entorno aún más espectacular, si cabe que el que ofrecía la cascada del día anterior.








Tras media hora de disfrute en el lugar, con mucho menos tránsito de caminantes que el día anterior, volvemos sobre nuestros pasos y decidimos seguir y acercarnos a comer a Busqueimado... aunque la subidita y el hambre hará estragos en el ánimo de alguno de nosotros y a punto estará de dar al traste con nuestro objetivo...










Ya cerca de Busqueimado se deja ver a lo lejos Taramundi 

Sobre las 14,45 h. nos encontramos en la capilla de San Pedro de Busqueimado, ésta vez si, con dos tejos enormes flanqueando su entrada. Y después de calmar los ánimos dando cuenta de nuestras viandas, decidimos volver sobre nuestros pasos una hora después, llegando a Pumares sobre las 17 h.












Vamos a recorrer con calma la pequeña aldea, donde no encontramos a nadie, recreándonos en lo bien que la complementan las hortensias, que lucen ahora sus mejores galas.



Ratonero común


Un corto trayecto por carretera nos acerca luego a "otro" Mazonovo, reservando plaza para hacer una visita a la fragua "con mazo" que seguramente le dio nombre. Junto a ella hay otro establecimiento de los que proliferan en la zona, centrado en la fabricación y venta de navajas.



Haremos tiempo visitando el pueblo de Ferreira, donde es posible alquilar canoas para recorrer un pequeño tramo fluvial apresado también ideal para darse un buen baño. Pero como la mayoría de los expedicionarios  prefieren darse una merecida siesta, somos sólo tres los que recorremos el bonito pueblín charlando con tres mujeres, que parecen pertenecer a tres generaciones sucesivas, y descendemos hasta la zona de las piraguas, sin visitantes en el fresco día que nos acompaña, que incluso ha dejado caer algunas gotas de lluvia...


Escribano montesino



Prolifera por aquí un peculiar uso de las parras dentro de las poblaciones
sombreando y protegiendo de la lluvia amplias zonas.





Lavanderas comunes y escribano soteño.




Arrendajo común, muy abundante por estas tierras.

Y a las 19,30 h. regresamos a Mazonovo, donde disfrutamos de una demostración de las posibilidades de la fragua y su mazo "hidráulico", completando una jornada para enmarcar con la elaboración de sendos clavos por los más pequeños de nuestros acompañantes ayudados por una herrera de lo más simpática.








Lunes 18/08. Playa de As Catedrais.

Pasado el mediodía (el madrugar no es nuestro fuerte...) nos encontramos aparcando en la playa de Esteiro, dentro del monumento natural "Praia das Catedrais". Como hábilmente habréis deducido, el plan de hoy pasa por visitar el complejo playero de Augas Santas, más conocido por su apelativo catedralicio. Antes de salir de Salamanca habíamos reservado plaza para recorrer por la orilla durante la marea baja la zona que queda acotada en los meses veraniegos, y queríamos pasar la mañana en una playita cercana antes de hacer la visita con la marea baja... (un máximo de 3800 o 4000 plazas diarias y no quedaba ninguna para el finde... y sólo 400 cuando hice la reserva para este lunes... ¡de locos!).

Pero bueno, vamos por partes. La playa de Esteiro, como el complejo que visitaremos por la tarde, queda escondida en marea alta, y cuando llegamos no convence demasiado a nuestros vástagos, pero conforme va bajando ya se van calmando y disfrutándola más.


Algunos de nosotros damos un paseo hacia el Este, acercándonos por los acantilados hasta la playa das Illas, dejándose ver durante el trayecto de vuelta cada vez más arenales.







En primer término, la punta As Chas, que separa la zona con visita concertada
de "nuestra" playa de Esteiro, y al fondo, los arenales de Arealonga.

Paloma bravía. En algunas zonas de los acantilados anidaban varias colonias.

Al regresar donde han quedado los niños nos damos un bañito ya en lo que se ha convertido en una gran playa donde queda una lagunilla muy agradable.



Pequeño lenguado ya con el rostro "deforme" que adquiere según va creciendo.


Después de comer tranquilamente sobre las 16 h. (entre otras cosas una gran y sabrosa tortilla de patata obsequio de nuestros anfitriones del albergue al haber quedado intacta la noche anterior -las raciones son muuy generosas y no hay quien pueda con todo, dicho sea de paso-) nos vamos andando hasta el acceso a la zona de paso estival restringido, comprobando con gran pesar que tampoco se permite el acceso a las zonas altas de los acantilados, desde donde hay vistas espectaculares hacia las playas y las caprichosas formas de los roquedos.

Praia de Carricelas, dentro de la zona "restringida".

La playa más visitada de Galicia... Estamos en agosto, y se nota.

A pesar de las multitudes merece la pena, y mucho, recorrer estos arenales en marea baja, aunque sin éllas y en un día nublado o entre dos luces ya tiene que ser la repera...


Colirrojo tizón juvenil y su entorno "lapeño".




La alternancia de colores en los estratos de esquistos, pizarras, cuarcitas, mármoles...
enriquece aún más, si cabe, la belleza de algunos rincones.



Illa de Xangal 



Los "arbotantes" de las Catedrales, algunos con más de 30 m. de altura.











Sobre las 18,30 h. salimos de allí, acercándonos al mirador Fotón, que hace honor a su nombre...

Lavandera común

El otro acceso a As Catedrais, más al oeste.



Los bañistas de la playa de Esteiro asomándose para ver los arcos a ambos lados de allí.
A lfondo a la izquierda la playa das Illas, hacia donde caminamos por la mañana.

Luego seguimos unos por la costa hacia el gran playón que forman los arenales de Molado, Reinante y Arealonga y otros retornan para recuperar los coches.




Y pasadas las 19 h. volvemos al albergue, con tiempo para tomar una sidrina antes de cenar y darnos un paseo por el pueblo después, hablándonos muy bien el alcalde de la próxima aldea de Argul, declarada B.I.C., decidiendo visitarla al día siguiente antes de despedirnos de la zona dándonos un buen bañito en alguna playita.

Martes 19/08.  Argul y Tapia de Casariegos.

Antes de bajar a desayunar, como ya hice el día anterior, prismáticos y cámara en ristre, me doy una vuelta por el pueblo y los alrededores; y si ayer tuve la suerte de ver un camachuelo macho con su espectacular plumaje rojo, hoy en el mismo pueblo, nada más salir, veo una bandada de gorriones gritando mientras vuela despavorida y un azor tras élla que creo que se posa en un árbol próximo. Con sigilo intento dar con él para verlo con los prismas pero mi búsqueda resulta infructuosa, teniendo una nueva fugaz observación cuando huye de allí al pasar yo cerca.

No pude pillar al azor, pero las primeras luces del día también invitaban a hacer fotillos...

Tras desayunar y saldar cuentas en el albergue, pasamos por Argul, tranquila aldea semiabandonada en medio de un paraje de gran belleza donde aún queda mucho por restaurar.


Panera de Argul, con 6 postes.

Panales a la entrada del casco urbano.

Sobre las 11,30 h. partimos de nuevo hacia la ría del Eo, decidiéndonos por Tapia de Casariego como destino playero, lo que hará que el viaje de vuelta sea más cómodo vía Avilés y Oviedo.

Y hora y media después ya nos encontramos sombrilla en mano camino de la playa de Anguileira, donde dejaremos los instalaches. Desde allí daremos sendos paseos los adultos en pareja, como la Benemérita, siguiendo por un bonito paseo el tramo costero que separa esa playa del centro de Tapia, pasando sobre la de Ribeiría, junto a una curiosa piscina marina y por las inmediaciones del puerto, con el faro al fondo.










Al regresar a la Anguleira los peques nos pondrán al tanto de sus "jugosas capturas" que tienen mucho que ver con el topónimo de la playa...



Y ya cerca de las 18 h. recuperamos los coches y regresamos a Salamanca después de unas minivacaciones que han dado mucho de sí y que a algunos de los expedicionarios nos han mostrado zonas que no conocíamos donde ya estamos con ganas de volver...

2 comentarios:

  1. Muy chulas Manolo. Hasta la próxima

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  2. Qué forma de aprovechar el tiempo, vuestros días tienen más de 24 horas. Precioso viaje, espectaculares fotos.

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