Entre Batuecas y la iluminación navideña de La Alberca 28/12/2023.

Reservamos un hueco las pasadas navidades para dar una vuelta por La Alberca y conocer in situ  la decoración navideña con que la localidad serrana había sido agraciada por Ferrero Rocher. Ingenuos de nosotros, pensamos que entre semana habría poca gente...

Como teníamos el día libre, ¡qué mejor complemento que una visitilla a ese enclave privilegiado que son Las Batuecas...! Decidimos unir tan dispares experiencias y, aunque ambas fueron gratificantes, la diurna sin duda se llevó la palma. Apenas vimos gente humana transitando por el valle, pero sí un nutrido grupo de gente caprina que nos alegró la jornada, como comprobaréis más abajo.

Sin prisas, con tiempo incluso para cumplir con algunos "mandados" antes de salir de Salamanca, pasado el mediodía comenzamos la caminata desde el aparcamiento aguas abajo del monasterio, con  la desagradable sorpresa de encontrarnos los puentes de acceso a pie hasta aquél cerrados por su mal estado... a pesar de no llevar mucho tiempo en uso...

Nos encaminamos ya en el valle hacia la zona del Chorro muuuuy despacito, disfrutando de cada rincón que nos vamos encontrando y, cuando ya sólo nos separa el último repecho, decidimos parar a comer junto al arroyo. 

Como se hace pronto de noche y no tenemos gana alguna de correr, descartamos el acercamiento a la cascada y comenzamos desde aquí el retorno.

Nuestro tranquilo paseo de vuelta nos va a permitir disfrutar a tope del vuelo de los buitres y de algunas parejas preparando ya el nido.

Esta pareja llegó a este resalte con ramas en el pico
que procedieron a colocar en él cuidadosamente.

Luego avistamos varios grupos de cabras, uno de los cuáles parece esperarnos junto al sendero y nos ofrecerá imágenes inolvidables de la época de celo en que se encuentran... 

Increíble el equilibrio de esta cabrita comiendo
plácidamente en una pared vertical.

Esta colorida ranita patilarga se encontraba
bajo las aguas de uno de los arroyos que cruzamos.

Llegando al lugar donde nos cruzamos con el rebaño.

Algunos machos jóvenes acompañaban a las hembras y sus
crías, y se notaba que se encuentran en plena época de celo.

Aunque no pude conseguir una foto en que se viera
mejor, esta cabra estaba subida a un árbol

Estos machos jóvenes se dieron unos cuantos testarazos.

La tardía caída de las hojas de los quejigos y la alternancia de
madroños y encinas enriquecen el colorido del valle en esta época.

Al fondo, las Catedrales, un enclave icónico que uno no se cansa de contemplar.

Mensaje dejado probablemente por uno de los monjes del monasterio.

Pasando junto a un alcornoque centenario.

Algunas capillas han sido restauradas recientemente.

Nacido de algún piñón perdido que uno no sabe como pudo llegar allí, aún
aguanta el pino del campanario que hay sobre el portón de acceso al Monasterio.

En el alto del Portillo volvimos a deleitarnos, una vez más con ese "skyline" privilegiado, especialmente cuando se acerca y aleja el atardecer.

La niebla empezaba a adueñarse de nuevo de las tierras bajas del sur.

Y con las últimas luces del día llegamos al aparcamiento junto al Centro de Interpretación ya con una hilera de coches intentando acceder a él.

Coincidiendo con la llegada de la noche iniciamos el paseo programado, con gentes por todos los lados, aunque pasada una hora empieza a reducirse "un poco" el aluvión. 

Cuando llegamos a la plaza mayor no cabía un alfiler...

En nuestro regreso desde el río, al cruzar de
nuevo la plaza ya se podía caminar por ella...

Regresamos a Salamanca con las pilas bien cargadas tras una jornada muy completita. El paseo por Batuecas, para enmarcar.