miércoles, 10 de octubre de 2018

Travesía de Béjar a El Barco de Ávila por la sierra 29/09 a 01/10/18.

El amigo Luis me propuso que le enseñara alguna zona guapa de montaña aprovechando que tenía unos días de vacaciones. Yo le propuse un recorrido de cuatro días por la sierra de Béjar y la del Barco, similar, aunque con variantes, al que hicimos hace más de dos decenios el amigo Rafa, la Ulri, Lucía y yo.

Había un problema de peso... ¡el peso!, valga la redundancia..; y es que la idea era llevar con nosotros todo lo necesario para comer y dormir esos días, como en los viejos tiempos... Quizá fuera ése el motivo de que al final no se apuntara nadie más a la "aventura" y, sin duda, fue la causa de varios cambios de planes sobre la marcha que hicieron que dicha aventura se quedara en tres días, centrándose en la sierra de Béjar.

Al ir solos decidimos salir de Béjar el sábado por la mañana, con idea de coger un autobús en el Barco el martes siguiente a las 18,30 que nos permitiría recuperar el coche para volver a Salamanca (por cierto, me sorprendió el precio del trayecto, tan sólo 2,5€).

Sobre las 10 de la mañana dejamos atrás Monte Mario y partimos por el bonito camino que conduce a Candelario, donde llegamos una hora después.

La coqueta iglesia de Montemario con su torre exenta.
La foto es de la tarde del lunes, al rcoger el coche sobre las 19,15 h.






Con la moral aún alta y después de tomar un tentempié en el pueblo partimos hacia el puente de Avellanares siguiendo la solitaria carretera que conduce a la Garganta y dejándola un buen tramo para seguir por un camino paralero muy chulo.


Ya en Avellanares, con las primeras cuestas serias, empiezan los 13 o 14 kg. que portamos cada uno a advertirnos de lo osado de nuestras intenciones, y al dejar la pista para coger "el atajo" que conduce a la cuerda camino de Hoyacuevas comienzan los problemas... Primero un pequeño despiste al llegar junto a la piedra con el mensaje "Cuida la montaña", que no vi al principio, siguiendo unos hitos que llevaban a un collado para subir por el otro lado del valle del Cuerpo de Hombre; y luego los problemas de mi compañero de fatigas, poco acostumbrado a moverse "entre pedruscos" con tantos kilos a la espalda...


No debíamos haber llegado a este rústico puente... y aquí dimos la vuelta...

Esta roca es muy útil para orientarse sobre qué hitos seguir por el atajo...
En nuestro caso debíamos haberla dejado a nuestra derecha...

Ya son más de las 13,30 h. y los tiempos se iban alargando más de lo previsto... Después de liberarle de algo de peso seguimos la ruta esperando llegar a Hoyacuevas para coger agua y comer.

Pasadas las 15 h. nos encontramos junto a la mítica roca partida conocida como el Cascanueces, ya en plena cuerda; está claro que lo tenemos difícil para cumplir el recorrido previsto para hoy que nos debería dejar en el Torreón...  La necesidad de agua hace que me acerque a llenar las botellas a un riachuelo próximo al sendero, y no será hasta pasadas las 16 h. cuando decidamos descansar para comer y reponer fuerzas en Hoyacuevas.



Como si de un encantamiento a lo "Excalibur" se tratara, tampoco
en este caso pudimos encajar la pieza del Cascanueces ;-)


Se ven por ahora muchos grillos de matorral (Lluciopomaresius asturiensis) 



Un lugar de ensueño muy cerquita de Salamanca.

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De nuevo me tocará alejarme de donde nos encontramos para buscar un sitio más propicio donde reponer el líquido elemento (hay muchas vacas aún en la zona).

Valió la pena la búsqueda para dar con este lugar donde coger agua...
y aprovechar para tirar las primeras fotos 100% otoñales...


Al regresar donde me espera mi compañero, a quién las piernas le recuerdan que no está acostumbrado a estos trotes, una empanada de atún y otras delicias van a prepararnos para superar el "escalón" que nos separa de esa otra planicie paradisíaca que es Hoyamoros.

Collalba gris


Será ya cerca de las 18 h. cuando afrontemos dicho escalón, pasando 15 minutos más tarde junto al "cochecito", otra de las curiosas figuras que nos ha dejado la Naturaleza en este laberinto de rocas, al que el nombre le viene al pelo...


Drosera (también conocida por el bonito nombre de "rocío del sol",
planta carnivora fácil de encontrar en las turberas de la zona.




Sobre las 18,45 h. ya estamos en la zona llana de Hoyamoros donde el recién nacido río Cuerpo de Hombre forma unos anchos meandros parecidos a los de Hoyacuevas. Decidimos que por hoy es suficiente (unos 17 kms. recorridos superando un desnivel de unos 1.100  m.).  Además, el sitio es ideal para pasar la noche.




Como la jornada se le ha hecho muy dura a mi compa, poco ducho en estas lides y debutante en el ingrato oficio de cargar grandes pesos en montaña, mañana decidiremos si continuar camino del Torreón, atrochar hacia la bajada del Trampal... o incluso retirarnos si las dolencias van a más y las fuerzas a menos...

Pero este atardecer, esta noche estrellada, este descanso en pleno Paraíso no nos lo va a quitar ya nadie...


Arriba a la drcha. se encuentra el Torreón que roza los 2.400 m. (en algunos mapas se identifica como Calvitero...).




Aún tenemos más de hora y media de luz, y decidimos acercarnos río arriba a la zona de grandes bloques de piedra que hay que superar antes de torcer a la derecha en busca de la canal que nos llevará al día siguiente (en el mejor de los casos) al Torreón.

Precioso este maremagnum rocoso lleno de recovecos, que esconde varios vivacs muy usados por los escaladores que frecuentan las empinadas paredes de los Hermanitos, aunque el mayor y más comodo de ellos está unos cientos de metros más al norte de esta zona.






Cuando las últimas luces del día tiñen de rojo las paredes del Torreón, de la portilla de las Agujas y de la planicie del Calvitero montamos la minitienda en un plis plas y tras saludar a la familia entre dos luces, cenamos unos espaguetis chinos y unas "petris" (arenques en salsa del Lidl muy ricos que han cambiado de nombre pero me gusta seguir llamando así ;-)) que nos vienen de perlas.

Con el zoom se deja ver bien la cumbre del Torreón y el resalte del vértice geodésico.


Aún no son las 22 h. cuando nos "enroscamos" con el amigo Luis pasando algo de frío al haber traído un saco de verano para dormir a 2000 m. de altura...

Las transparentes aguas del Cuerpo de Hombre están llenas de vida, y aún más por la noche,
acecándose a la luz de la linterna renacuajos, tritones, escarabajos acuáticos...

Y al día siguiente los ánimos de Luis se ven reforzados y decidimos enfilar hacia el Torreón. Después de desayunar, afotar el entorno matutino y recoger la tienda partimos sobre las 10 h.


Media hora más tarde dejamos los Hermanitos y su canal atrás (vemos a varios escaladores preparándose para la faena en su base), y ya en la que seguimos tras girar 90 grados, de nuevo encontramos a otras tres personas que han pasado la noche por allí.

El paso por la zona inicial, con grandes bloques de piedra, resulta "muy entretenido".




Los Hermanitos, con la canal que separa a ambos, por la que hay quién baja
esquiando cuando hay buena nieve... ¿verdad, Jose?


Cogemos agua cerca de donde nos cruzamos con ellos y subimos poco a poco camino del Torreón que nos espera con sus 2400 m. Antes de llegar nos cruzamos con varios bejaranos talluditos que bajan corriendo desde allí.






La subida desde Hoyamoros nos ha llevado más de hora y media, y decidimos descansar un rato y disfrutar de las vistas.



Y tras un tentempié mientras charlamos con un montañero placentino que encontramos allí nos dirigimos hacia el paso del Diablo, que superamos a mediodía con más esfuerzo del esperado debido al peso que portamos.

El paso del diablo afotado con el zoom desde el Torreón (no es tan vertical como parece).
Podéis ver la cadena que ayuda a superarlo desde abajo siguiendo por el centro de la imagen.


El trayecto hasta la cumbre de la Ceja, que con sus 2.423 m. de altitud corona la sierra de Béjar, supone todo un placer para los sentidos, con vistas espectaculares mires donde mires...

Hoyo malillo y la laguna de Solana (o del Duque)


La portilla de las agujas con los Hermanitos al fondo.

Y ya cerca del techo de nuestra aventura nos espera una toda una sorpresa pajarera... ¡Ha valido la pena cargar los prismáticos!

La única foto que pude hacer es muy cutre, pero a la vista de ella y de los detalles que le di al amigo Juanjo
sobre lo que pude ver con los prismas éste fue su "cachondo"comentario: "Ja te mueras .... 2º registro histórico
de chorlito carambolo (Eudromias morinellus) para Salamanca ..., 21 años después ...".
Llegando al "techo" de la Sierra.

Aún quedan neveros... Al fondo, ya en sombra, una de las lagunas por las que pasaremos más tarde.
Sobre las 13 h. comenzamos la gran bajada del día, llegando 50 minutos después a las primeras lagunas del Trampal, y media hora más tarde a la presa de la más baja y grande de ellas.

Quizá siguiendo la cuerda de la Ceja, como hicimos antaño, hubiésemos
podido llegar a la zona de praderas sobre Puerto Castilla donde entonces dormimos...


Chovas piquirrojas

Acentor común... éste si que se dejó acercar...





Empezando a superar el escalón que separa las lagunas cimeras de la bajera.



El descenso a partir de aquí resulta ser, con peso, más duro de lo esperado, y tras dos horas de saltar de piedra en piedra, de ésas que le gustan al amigo Luis (modo irónico ;-)) con un pequeño intervalo para dar buena cuenta de parte de nuestras viandas y varios resbalones, uno de los cuáles dejará alguna pequeña "herida de guerra", por fin llegamos a un sendero como Dios manda.




Cuando son las 17 h. entramos en zona más o menos llana tras bajar casi 1300 m. de desnivel. Desde que paramos a comer ya tenemos muy claro que no vamos a dirigirnos a dormir ni a la laguna de la Solana ni al chozo del valle que conduce a la laguna del Barco pues habría que superar en ambos casos 500 m. de desnivel (en el segundo caso hasta llegar a la cuerda del risco del Águila, debiendo descender luego hasta el refugio).

Valorando el tiempo que nos queda y el estado físico del amigo Luis, decidimos acortar la "excursión"  en un día y buscar lugar donde pasar la noche enfilando camino del Barco de Ávila.

Con el cambio de planes ya no tengo tracks bajados que nos faciliten el desplazamiento, y me guiaré por los caminos que aparecen marcados en el mapa del IGN que manejo, con todos los riesgos que ello comporta... Y como suele suceder en estos casos, "la primera... en la frente...". Por los prados de la Aliseda vemos muy cerca la pista asfaltada que conduce a la central del Chorro desde Solana de Ávila... pero nos separa de ella el curso fluvial procedente de la garganta de Solana y toda la vegetación, vallas y tapias que lo rodean.... Al llegar al punto donde éste se enriquece con las aguas de la del Trampal volvemos unos metros sobre nuestros pasos y seguimos un pequeño tramo el canal que une aquella central con la del Zaburdón, llegando a esta última sobre las 18 h. y encontrando una preciosa poza y un lugar ideal para acampar en sus proximidades.



A la drcha. la garganta del Trampal y a la izqda. la de la Solana.

Un cuarto de hora más tarde me daré un buen baño en sus frías aguas antes de montar la tienda y cenar en ese mismo lugar. Un buen postre para la comida de hoy... 14 km. con unos 700 m. de desnivel positivo y 1.300 m. de bajada...



Y el lunes 1 de octubre esperaremos un poco antes de salir a que se seque un poco el rocío mañanero de la tienda y los sacos, y sobre las 10 de la mañana partimos hacia Santiago de Aravalle por un precioso camino herboso que sigue el trazado de un canal rebosante de agua que nace prácticamente en el lugar donde hemos descansado.



Casi como si estuviera dentro del programa, un mirlo acuático va marcándonos el camino, volando canal abajo al acercarnos demasiado y ofreciéndonos un inolvidable espectáculo al posarse varias veces sobre el agua, nadar como si de un azulón se tratara y capturar larvas en rápidos buceos.

Cutre-foto del mirlo acuático...


Una hora después nos encontramos cerca del pueblo. Poco antes el camino se ha separado del canal y, ya convertido en pista, pasa junto a una tenada ovina donde tenemos que andar con cuidado al acercarse varios mastines a quienes no hace mucha gracia nuestra presencia tan cerca de las ovejas. A renglón seguido pasamos una portera con  un cartel en rojo que nos recuerda que hemos pasado por una propiedad privada (... aunque el camino es de todos, digo yo, y no debería prohibirse el paso como se indica en el cartel...).



Desde aquí seguiremos caminos que vienen en el mapa y que nos van llevando hacia el Barco, pasando por algunos rincones bonitos, sobre todo hasta llegar a la "abandonada" venta de las Veguillas poco después del mediodía.

Al fondo, la sierra del Barco.



La pintada lo dice todo...
Tras unos 300 metros siguiendo por un camino que va junto a la carretera que lleva al puerto de Tornavacas, nos separamos de ésta y ya seguimos junto al río Aravalle camino de El Barco.


Pronto llegamos a Retuerta, donde hacemos un alto en el camino para reponer fuerzas, llenamos las cantimploras en la fuente de su plaza principal y charlamos un rato con una señora mayor que nos habla de otros tiempos con muchas dificultades para subsistir, pero en los que por el pueblo corrían los niños y las casas estaban abiertas todo el año...

Retuerta y la sierra de Béjar al fondo, con la cuerda de la Ceja
separando las gargantas de la Solana y del Trampal.

A partir de aquí el camino no será tan bonito, pero aún atravesaremos algunos lugares pintorescos muy atractivos, como la fuente y zona de baño de la Canaleja.




Las lineas rojas y blancas del GR 10 nos llevarán siguiendo el Cordel de Extremadura que viene del puerto de Tornavacas hasta el área recreativa de la Carrera, donde llegamos sobre las 14 h.


Como cabía esperar, el atractivo chiringuito que se encuentra junto a esta zona de baño está cerrado, y decidimos subir hasta el pueblo en busca del bar-restaurante El Calé, con relación calidad-precio muy bien valorada en Internet. La cuesta se hace durilla y me acerco yo solo a buscar el bar que, como no, se encuentra al otro lado del pueblo, cerca de una preciosa iglesia.

Sierra de Gredos



La suerte nos será esquiva, y el homenaje que esperabamos darnos se convierte en una entelequia, al encontrarse cerrado El Calé por haber ido sus dueños, precisamente hoy,  a llevar a Madrid a su hijo y un amigo que estudian allí...

Pero como siempre que ha llovido ha escampado, decidimos volver sobre nuestros pasos al área recreativa, y el camping gas y las "petris" nos permitirán comer en condiciones, y el entorno privilegiado nos obsequiará con un buen baño o una siestecilla a cada uno de nosotros. Por cierto, había una pareja de lugareños comiendo y haciendo uso de las parrillas del lugar que, al pedirles algo más de agua nos espetaron aquello de "Lo siento, venimos con lo justo...". Quién lo dijo merecía una contestación como aquélla del amigo Juanjo: "¡¡Ja te mueras!!"... pero hay que quererse ;-).


Había muchas ranitas como ésta, no más grandes que una uña, en la zona de baño.
Y pasadas las 16,30 h. enfilamos ya el par de kilómetros que nos separan de El Barco, pudiendo ver una tarabilla norteña junto al camino y pasando por el puente viejo que cruza el Aravalle antes de verter sus aguas al Tormes.

Otra cutre-foto, en este caso de una tarabilla norteña en migración.


La más emblemáticas cumbres de Gredos con el zoom a tope...


Tras tres cuartos de hora caminando, nos encontramos cruzando el puente medieval sobre el Tormes en busca de la estación de autobuses donde tenemos que coger el autobús a las 18,30 h. Y como aún es pronto, después de un lapso de tiempo mayor del que esperábamos, de nuevo y por fin nos reencontramos con nuestras amigas las jarras de cerveza con limón... bien fresquitas y acompañadas por un buen pincho de jamón, como debe ser, en el bar La Villa. Yo creo que nos lo merecemos, aunque haya sido el día más suave... (aunque han caído casi 18 kms...).




Tres días inolvidables teniendo que hacer uso del plan B e incluso del plan C lo que, a cambio, nos servirá de excusa para dedicar otros tres días a hacer el resto de lo programado con un programa menos exigente  por la sierra del Barco. ¿Os animáis?

A modo de epílogo de esta peculiar travesía os dejo unas panorámicas hechas con el móvil y una estadística, que yo creo que exagera, y mucho en los datos sobre ganancia y pérdida de altitud...

Hoyacuevas

Hoyamoros

Laguna bajera del Trampal






5 comentarios:

  1. A pesar de los cambios, vaya recorrido que hicisteis, impresionante. Os compensó de sobra cargar con tanto equipaje. Las fotos una pasada. Puedes dedicarte a trabajar en tus ratos libres de guía de montaña. Una suerte llevarte.

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  2. Gracias, Antonio. El GPS... gran invento.., y lo tenemos todos en el móvil. Sólo hace falta una buena aplicación como Orux Maps, bajarse mapas para no depender de los datos y de la cobertura, y una "mieja dedicación", como diría mi abuela...

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  3. No me lo creo Manolo, fíjate, lo había reconocido antes de haber leído el texto (siempre miro primero las fotos). Pensaba - pero bueno, esto es donde fuimos Lucía, Manolo, Rafa y yo hace millares de años :-) !!!!! Me hace muchísima ilusión. Qué guay. Fenomenal. Jejeje
    Para gente que no va a la montaña todas esas fotos parecen muy similares, verdad, PERO NO. Cada marcha es única :-)

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  4. Cada marcha es única, como bien dices Ulri..; pero si además se trata de una travesía de más de un día durmiendo en sitios como Hoyamoros se convierte en algo muy especial que vas a recordar siempre... Según pasábamos por los sitios me acordaba un montón de esa "mítica" travesía que compartimos hace "unos cuantos" añitos...

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  5. Sííí, me acuerdo por ejemplo que vi un mirlo acuático en aquel laguito ahí arriba, nadando como un pato. No sabía el nombre español y te dije "mirlo de agua". Desde aquel día nunca olvidé su nombre. :-)

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