miércoles, 10 de junio de 2015

Batuecas desde arriba 31/05/2015

El último domingo de mayo nos desplazamos hasta el portillo de Batuecas con idea de acercarnos a un enclave sorprendente que solo conocía uno de los asistentes, donde una gran roca llama la atención por su tamaño y verticalidad; alguno ha querido bautizarla con el rimbombante nombre de "el dedo de Dios". Se encuentra en la ladera sur de la Orconera, que con sus 1415 m. es uno de los puntos culminantes de Batuecas. Aunque parece fácilmente accesible desde Herguijuela de la Sierra, nosotros hemos preferido hacerlo desde el portillo para disfrutar de las vistas que ofrece Batuecas desde el camino de acceso, combinando la visita con un recorrido que nos permitirá atravesar canchales y bosquecillos donde alternan especies mediterraneas autóctonas como los alcornoques, madroños, encinas o rebollos con pequeños pinares de repoblación.

El sendero sigue la ladera sin grandes altibajos hasta llegar a un nuevo puerto en la zona conocida como la Halconera. Antes de llegar a él se dejará ver un rebaño de machos monteses que nos vigila desde lejos. Las perspectivas del valle principal y las montañas que lo rodean se amplían y ganan en atractivo.








Ya en el puerto iniciamos un corto descenso por la otra vertiente, tomando un nuevo sendero con hitos que sale a nuestra izqda. poco después de empezar a bajar. Las formas del roquedo que tenemos frente a nosotros  llaman la atención enseguida, pero aún no se adivina lo que vamos a encontrarnos allí... La erosión diferencial ha dejado aisladas varias rocas de gran altura, una de las cuáles destaca especialmente (me recuerdan a las que aparecían en la película UP! junto a las "cataratas del Paraíso"...).








Es ésta una zona de acceso restringido, y hay que tener especial cuidado en esta época de cría por lo que, de acercarse, es recomendable hacerlo en silencio... Impresionante el balcón que tenemos aquí, con las zonas bajas de la Sierra de Francia y entresierras, regadas por el Alagón y sus afluentes, a nuestros pies, y la Sierra de Béjar, ahora practicamente sin nieve, marcando la linea del Horizonte.

Gran cantidad de buitres leonados ciclean a  nuestro alrededor, y también se deja ver varias veces un halcón, como queriendo recordarnos el porqué del topónimo del que antes os he hablado ("la Halconera").

Entre los pajarinches de menor porte que se dejan ver destacaría un par de parejas de roquero solitario que se asoman en las zonas más altas.

Roquero Solitario

Roquero solitario
Después del clásico tentempié de media mañana a la sombra de las encinas volvemos sobre nuestros pasos hasta el puertecillo de antes desde donde destaca la Peña de Francia tras las montañas de Batuecas.


Un corto zig-zag nos lleva a la cuerda, dejándonos ver la zona donde hemos almorzado, sin poderse apreciar desde aquí las caprichosas formas de sus rocas.





Tras superar un nuevo collado empezamos a bajar ya dentro de los valles de Batuecas con vistas cada vez más espectaculares hacia la zona más visitada, pudiendo ver frente a nosotros el Monasterio y la zona de las Catedrales en el valle principal, con el cerro Rongiero, de 1622 m. y el puerto de Monsagro, de 1359 m. coronándolo.




Como el hambre aprieta paramos a comer a media ladera a la sombra de robles, encinas y madroños, alguno de éstos de gran porte.



Tras la comida y posterior descanso seguimos por poco tiempo nuestro descenso, hasta cruzarnos con un camino que manteniendo más o menos la misma altura nos enfilará de nuevo hacia la zona por donde baja la carretera. Tomaremos un cruce a nuestra derecha que nos hará subir en busca de un nuevo sendero paralelo al anterior y repetiremos la operación una vez más, ganando aún más altura, para enlazar con la carretera lo más alto posible, lo que hacemos a la altura de la primera curva de bajada. De nuevo los prismáticos nos dejarán ver algún macho montés más de gran tamaño, y nos sorprenderán las vistas de las fragosas laderas que nos rodean. Ya cerca de la carretera me llaman la atención un par de huecos a modo de grandes cuevas cerca del sendero, fruto de la erosión sobre el roquedo, que esconden una exuberante vegetación en su interior y ¿quien sabe? quizás también nuevos grabados prehistóricos aún por descubrir...












Aguililla calzada




P.D. Si algun@ conocéis los nombres de las plantas que he fotografiado me lo contáis para ponerlos, que se me escapan ;-)

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