jueves, 29 de mayo de 2014

Herguijuela-Cepeda-Monforte-Mogarraz-Herguijuela 25/05/2014.

El domingo nos decidimos por una de esas bonitas marchas entre pueblos que solemos hacer por la Sierra de Francia, preferentemente en otoño o primavera. Dejamos los coches junto a la carretera que lleva de la Alberca a Sotoserrano, en el cruce de entrada al pueblo de Herguijuela de la Sierra. Esto nos permitió enlazar con el sendero balizado que lleva a Cepeda, al principio siguiendo un sombrío camino entre madroños de buen porte. Este bosque adquiere un aspecto fantasmagórico que recuerda a la laurisilva canaria.


En Cepeda nos vimos gratamente sorprendidos por el estado del olmo de su plaza Mayor que, a pesar de las graves heridas por sus batallas contra la grafiosis, sigue engalanando este lugar emblemático de la localidad serrana.


Camino de Monforte las nubes parecían contradecir los halagüeños pronósticos del tiempo para ese día, pero la cosa no fue a más. Pronto nos dejamos seducir por el rojo pasional que ya lucen muchos de los cerezos de la zona, no pudiendo resistirnos a hacer algunas fotos... entre otras cosas...


La mariposa que apareció por allí (Argynnis niobe) parece que no es muy común, según me cuenta el amigo Juanjo.



Sobre las fotogénicas flores de los zumillos (thapsia villosa) había muchos insectos; os dejo un par de fotos con un escarabajo (heliotaurus ruficollis) que suele frecuentarlas y con un par de abejas (apis mellifera). He visto por internet que la corteza de la raiz de esta planta se utiliza en Salamanca para reparar las grietas de las pezuñas de las caballerías y que las raices en general, que al ser cortadas desprenden un látex blanco (¿de ahí lo de zumillo?), son tóxicas y utilizadas en algunas zonas para impregnar las aguas y pescar fácilmente los peces que quedan atolondrados.




También os dejo un primer plano de una lagartija colilarga (Psammodromus algirus), tan diferente de las lagartijas serranas de la semana pasada, y una mosca verde sobre una margarita.




Paramos a comer en la fuente que hay junto al puente que atraviesa el río ya cerca de Monforte comprobando los que no traíamos bocatas que habían quedado los cubiertos en casa; a pesar de ello, las tapas de los "tupper" evitaron el tener que usar los dedos en exceso...

Allí disfrutaron los niños dándole un poco la vara a los tritones ibéricos y la rana patilarga que se dejaron ver.  Me sorprendió la diferencia entre los tritones adultos y sus larvas, con exobranquias junto al cuello, extremidades aún no funcionales y un aspecto gelatinoso al sacarlas del agua. En pleno reportaje fotográfico apareció un ácaro rojo que también pude "cazar". En una de las fotos de los urodelos se puede ver un gran mordisco en su costado izquierdo, seguramente fruto de una aproximación excesiva a una larva de libélula o a un escorpión de agua.




 






Cerca de Monforte pudimos recrearnos observando una araña cangrejo de gran tamaño que parecía hacer guardia frnte a los restos de algunas de sus víctimas. Esta especie influye en la polinización de las flores. Aunque parezca increíble, las flores son beneficiadas por la presencia de esta araña que se alimenta de polinizadores, porque les obliga a moverse mucho de flor a flor, en vez de enrollarse en unas pocas.



Bonitos carteles rústicos nos ayudaron a seguir nuestro camino hacia Madroñal, camino que en algunos tramos la vegetación ya invade en exceso.






Poco antes de salir del bosque mixto de pinares y rebollos pude fotografiar a una mosca escorpión. Debe tratarse de una hembra, pues la punta de su abdomen carece de la pinza característica que recuerda a la cola de un escorpión y propia de los machos. En un artículo de la revista "Muy Interesante" he leído este curioso comentario sobre estos bichitos:

"Algo interesada, la hembra de la mosca escorpión espera pacientemente a que un macho le lleve un insecto recién capturado; el que consiga el mejor, el más grande y nutritivo, será quien ella elija para ser el padre de sus crías. Pero no es fácil cazar uno que sea de su entera satisfacción. Los machos suelen robarlo de la tela de una araña, que lo aprisiona con la urdimbre. Si el insecto que regala a la hembra no es comestible, el macho es rechazado.

Las hembras de este insecto de bosques húmedos son muy exigentes y sólo aceptan al 10% de los pretendientes; es decir, aquellos que llevan presas en condiciones, con unas dimensiones y peso aceptables. Por eso, muchos se quedan sin pareja, se impacientan y copulan con la hembra tomándola por la fuerza".


Antes de llegar a Madroñal se puede disfrutar de una buena panorámica de Cepeda con la sierra de Béjar al fondo. Ya en Madroñal paramos a descansar en esa plaza tan curiosa con fuente-campanario y, tras pasar por la cárcel, enfilamos entre cerezos hacia Herguijuela, con tiempo aún de hacer alguna fotillo a las ranas comunes que abundan en los pozos de las huertas.










Y antes de despedirme quiero agradecer la colaboración del amigo Juanjo, cuyos comentarios sobre las distintas especies vistas durante el recorrido reflejo aquí, pues no cabe duda que enriquecen el texto e imágenes que os presento. Saludines.

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