Con el verano ya llamando a la puerta teníamos ganas de volver al norte y nos decidimos por repetir alojamiento en la Posada la Torre de Serdio, donde nos hacía mucha ilusión volver después de tanto tiempo, y recordar los buenos momentos que por la zona vivimos con los niños pequeños.
A pesar de no madrugar, antes de mediodía ya estábamos en San Vicente de la Barquera el domingo 9 tras un cómodo y tranquilo viaje desde Salamanca. De camino decidimos dar un paseo hacia los más de 3 kms. de playa que separan la de Merón de la de Gerra.
Tras aparcar junto a la estación de autobuses nos entretenemos un buen rato cruzando los 500 m. del puente de las Mazas y junto a la playa del Puntal.
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Puente de la Mazas |
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Garza real |
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Espátulas |
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Espátula y garceta común |
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Las nubes impiden ver Picos de Europa, pero las vistas hacia San Vicente son también espectaculares |
Nos acercamos al espigón junto a la playa del Rosal, desde donde se ofrecen buenas vistas de las playonas y de San Vicente y su ría, bajando después a la arena enfilando hacia Gerra siempre a la orilla del Cantábrico.
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El pequeño astillero de San Vicente se ve muy bien desde la punta del espigón |
Tras unas dos horas de paseo decidimos buscar un restaurante para comer junto a la playa y vía Tripadvisor optamos por el Campomar, ya cerca del puente de las Mazas. Muy buen menú, muy buena relación calidad-precio y unos cachopos espectaculares que estaban comiendo los de al lado y miramos con sana envidieja, pero que decidimos dejar para otra vez.
Nos acercamos luego a Serdio a descansar un rato tras reencontrarnos y recordar buenos ratos con Marta y Puchi, tanto allí como en Salamanca.
Y a última hora de la tarde decidimos bajar a dar una vuelta por San Vicente acercándonos desde las orillas de la ría hasta el castillo y la Colegiata.
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El interminable puente de las Mazas ofrece un panorama bien distinto con la marea alta |
Al día siguiente decidimos acercarnos a la playa de Vidiago, que no conocemos, e ir desde allí hasta los bufones de Arenillas siguiendo el camino de Santiago que por allí transcurre. Pasamos un par de horitas muy agradables rodeados de preciosas vistas hacia el mar y hacia la imponente sierra del Cuera, con sus cumbres de más de 1300 m. tan sólo a 8 kms. del mar en linea recta.
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La abeja del fondo quiso acercarse al primer plano mientras hacía fotos a la mariposa, como veis en la siguiente instantánea. |
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Peti cantarín |
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Reyezuelo listado |
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Ya cerca de los bufones se deja ver el mirador de la Boriza, que regala grandes panorámicas sobre las playas de Andrín y de la Ballota, con la isla del mismo nombre destacando a la derecha. |
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En Las Arenillas hay algunos "jous" espectaculares donde llegan las aguas marinas.
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Sorprende el paisaje que nos rodea y, aunque los bufones no despiden agua como cuando hay fuertes marejadas, también lo hace el inquietante sonido del mar al acercarse uno a algunas grietas... |
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Difícil caminar sobre los lapiaces... aunque estas cabras no sean de la misma opinión. |
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Hay que andar con cuidado en algunos sitios... |
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Hembra de tarabilla común |
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Su marido... |
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Peregrinos |
Antes de volver al coche decidimos subir a un restaurante junto al camping de Vidiago por donde se adivinan senderos que también ofrecen muy buenas vistas.
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En marea baja la playa aumenta considerablemente, ofreciento un bonito paseo rodeando el promontorio donde se encuentra el restaurante del camping. |
Y tras otra horita más optamos por acercarnos a comer a otro de nuestros sitios favoritos de la zona, la playa de la Franca. Lo hacemos en el restaurante Los Emilios, en primera linea de playa, y después descansamos un buen rato en ésta, antes de iniciar el retorno a Salamanca sobre las 17,30 h. con las pilas bien cargaditas...
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Comparando ésta con la foto similar que tenéis más arriba podéis ver el gran espacio arenoso que oculta la marea baja. |
Y al llegar a Salamanca aún saco fuerzas para acercarme a ver sobre las 23 h. un curioso espectáculo de drones organizado por el Ayuntamiento en La Aldehuela, del que os dejo aquí un botón... nunca mejor dicho...: