martes, 18 de diciembre de 2018

Circular Castaños centenarios de Casas del Castañar, subiendo al risco Villavieja 25/11/18

De nuevo os cuento, y propongo, una ruta otoñal muy atractiva, propuesta del amigo Pina. Nos llevó más lejos que de costumbre para ser de un día, pero el recorrido y el día nos regaló tanto que, de regreso a Salamanca, ninguno de los participantes nos acordamos ya de lo que tardamos en llegar...

Este arcoiris lo vimos desde el coche cerca de Guijuelo, si mal no rcuerdo...

No comenzamos a caminar hasta bien pasadas las 10,30 h., pero el tiempo se parecía bastante al de la semana anterior y prometía. Y también lo hacían los alrededores de Casas del Castañar, a pesar de las nubes y la niebla, con sus cerezos y sus vistas sobre  la sierra de San Bernabé, por la que íbamos a movernos (por la tarde disfrutaríamos también de las vistas sobre el valle del Jerte, espectaculares, al abrir un poco más el día...).


Rabilargo, curioso córvido de hábitos gregarios que tan solo habita en la Península Ibérica y el Este asiático...;
muchos piensan que llegó a una de ambas zonas con el trasiego mercantil del Renacimiento entre ellas.




Al fondo, la vecina localidad de Cabrero.

Empezamos con una parsimonia mucho mayor de la habitual disfrutando a cada paso, eso sí, de la "sinfonía" de colores otoñales que se nos iba ofreciendo (perdonad la metáfora... es para que se rían un rato los que saben de qué va el tema...).





Sobre las 11 h. ya entramos en el bosque, castañar casi puro al principio, donde conforme avancemos en altura los rebollos pasarán a ser los dueños del lugar.



Y enseguida vamos a toparnos con los primeros ejemplares varias veces centenarios. Se trata de los castaños de Escondelobo o Condelobo, de los mayores de España y con una edad de unos 700 años, según reza un panel junto a uno de ellos.



Algo empinado en este primer tramo, el camino que seguimos pasar a convertirse en un bonito sendero que apenas se distingue en algún momento por la cantidad de hojas caídas.




Conforme avanzamos, alternamos los tramos de sendero con los de pistas junto a las que encontramos nuevos pies de castaños enormes, destacando especialmente estos ejemplares con forma de "mano abierta".


El "apartado" de las setas va a dar también mucho juego, especialmente a los amantes de la fotografía.





Y por si fuera poco, el encuentro con zonas de niebla más densa aumenta la espectacularidad de un bosque que en ningún momento carece de ella...


Cada vez más escondidos entre el robledal, siguen apareciendo castaños sorprendentes por su tamaño y longevidad.




Al llegar a los llamados castaños de la Fuente de las Escobanchas, cerca ya de las 12,30 h., y leer uno de los paneles que encontramos, nos enteramos de que hasta el s. VIII esta sierra se caracterizaba por su continua masa de castaños, bosque que fue desapareciendo paulatinamente a partir del s. XVIII por la "tinta", enfermedad causada por un hongo.  Y por este motivo, paulatinamente también, la sierra fue colonizada por el rebollo donde no lo hizo por el cultivo del cerezo.







El ascenso de las nubes hace que empecemos a disfrutar ya de las vistas del valle del Jerte, destacando la presencia del pueblo de El Torno, en la otra ladera del mismo.




Siguiendo las indicaciones del GPS atravesaremos una zona cultivada con cerezos y una nueva cuestecilla nos meterá de nuevo en una densa niebla que nos va a acompañar durante un buen rato, dotando de un encanto añadido al bosque.



Este boletus continuará la marcha con nosotros...


















Ya son casi las 15 h. cuando llegamos a la llamada "era de San Bernabé", lugar ideal donde parar a comer. Las vistas desde aquí son inmejorables, especialmente hacia la parte final del valle, con Plasencia y su pantano, y hacia el risco Villavieja. Dada la hora no pensábamos acercarnos a su cumbre, pero el atractivo aspecto y la ausencia de niebla por allí  nos hará cambiar de idea durante el ágape.




Y aquí empieza la segunda parte del día, con el resto del recorrido hecho a buen paso (empezamos a caminar de nuevo sobre las 16 h.), lo que nos permitirá incluso recrearnos un buen rato en el risco...


De camino hacia allí pronto saldremos de la pista para seguir por el interior del robledal hasta llegar a un claro, tras media hora de caminata, que permite ver una zona nueva de cultivos en terraza que a  algunos de nosotros nos recuerda el aspecto de los arrozales de las montañas del oriente asiático...





Un cuarto de hora después ya estamos todos en el risco. Toca parar un ratillo para empaparnos bien con las vistas, espectaculares también hacia el sur, donde las grandes dehesas mandan.






Como ya son casi las 17 h. cuando dejamos el risco, retornamos con brío a la pradera donde comimos y retomamos allí la circular de regreso al pueblo.







Una lluvia intermitente nos ha acompañado durante parte del día, pero sobre las ahora ya empieza a caer de forma continua y, conforme nos acercamos al final de nuestro recorrido, el valle empieza a dejarse ver cada vez más, con sus zonas bajas libres de niebla.











Pasadas las 17,45 h. nos encontramos en un bonito parque junto a las Casas del Castañar, justo en el momento en que empieza a llover ya con fuerza y la luz del día va desapareciendo...




Completamos así un recorrido de más de 20 kms. sin grandes desniveles y carente de dificultad, disfrutado en buena compañía, y  con suerte en el aspecto meteorológico, que parecía no prometer nada bueno pero finalmente nos ha regalado una jornada para enmarcar.

Os dejo un par de panorámicas, y un enlace al track que podéis encontrar aquí.


A la derecha el pantano de Plasencia con la ciudad a continuación, y
a la izquierda la dehesa, que no se deja ver hasta llegar al risco Villavieja.