viernes, 24 de agosto de 2018

Finde con mar y montaña en Asturias: Las Xanas y Verdicio-Cabo Peñas. 28 y 29/07/18.

Aunque el verano no ha sido prolífico en salidas, de nuevo tengo algunas andanzas de interés que compartir con vosotr@s. La primera de ellas es esta escapadita que nos marcamos Lucía y yo hace ya casi un mes, la cual nos cargó las pilas a tope y recomiendo a todo el mundo.

Con nuestra habitación reservada en Oviedo para la noche del sábado, en principio solo teníamos claro que el sábado lo íbamos a dedicar a repetir un recorrido que nos encanta: subir por el desfiladero de las Xanas hasta Pedroveya, darnos un homenaje con las míticas viandas que ofrece Casa Generosa, y bajar de nuevo disfrutando del paisaje y ayudando a la digestión.., por el mismo camino o por una alternativa que convierte la ruta en circular.

Con cierto parecido con la garganta del Cares y un nombre mágico que nos habla de hadas del bosque de la mitología astur, esta corta ruta que remonta el arroyo de la Boya combina un espectacular tramo junto a un cortado cada vez más aéreo, con otro boscoso, diferente pero no menos "guapo" (como dirían nuestros amigos asturianos), que es donde se deben esconder las xanas...

Llegamos desde Salamanca poco antes del mediodía, y con una suave temperatura y un chirimiri que casi se agradecía empezamos a caminar desde un aparcamiento del Molín de las Xanas, próximo a Villanueva, en busca del camino que sube hacia Pedroveya por el desfiladero...; cual sería nuestra sorpresa cuando caminantes más madrugadores que nosotros nos informaron que, debido a varios desprendimientos, el camino estaba cortado... Decidimos tomar el sendero marcado alternativo que también se dirige a Pedroveya por el paraje de Valdolayés y la aldea de Dosango, cima "Coppi" del recorrido.

Tras una hora subiendo envueltos por la niebla, por Valdolayés nos topamos en mitad del camino con un caballo muerto y comido parcialmente por los buitres leonados que andan cerca de allí.




Veinte minutos después nos encontramos atravesando Dosango, que ofrece buenas vistas (hoy no tanto) sobre Pedroveya y la ermita de San Antonio. Precisamente cuando nos encontramos contemplando esos parajes se acerca volando hacia nosotros un alimoche que cambia su recorrido al percatarse de nuestra presencia, no dándome tiempo a "afotarle" en condiciones...






Una corto paseo de 10 o 15 minutos cuesta abajo nos deja junto a los hórreos detrás de los que se esconde el restaurante donde tenemos idea de comer.


Reservamos para comer a las 15,30 h. y decidimos continuar hacia las Xanas en busca del tramo boscoso, informándonos también de que los desprendimientos están en la parte baja del desfiladero y hay gente que incluso ha hecho el recorrido esquivándolos.

Subimos a la ermita, y tras recrearnos un rato en las vistas junto al gran tejo que allí se encuentra, iniciamos la bajada, primero atravesando el gran prado desde donde ya se deja ver parte del cortado, y luego por el bosque mágico del que os hablé antes. 





Nos cruzamos con alguna familia que sigue el mismo trayecto y que, como nosotros, decide continuar un rato, a pesar de los anuncios de desprendimientos que encontramos.





Como hemos acelerado algo el paso al tener que regresar a comer, pasadas las 14,30 h. ya nos encontramos al inicio del desfiladero, siguiendo por él unos 15 minutos y retornando una vez llegados al tramo más espectacular, que ya conocíamos.








Nos recreamos menos de lo que quisiéramos en el tramo de bosque, sobre todo al pasar junto a algunos rincones que invitan a quedarse un buen rato en ellos... 










A las 15,30 ya estamos en la ermita y 10 minutos después bajo el hórreo donde vamos a disfrutar un buen rato con la fabada, sopa de marisco, guisos de "cabritu" y ternera, arroz con leche y tarta "de la abuela", todo ello bien regado con vino y gaseosa. Mmmm, riquísimo todo, con raciones más que abundantes y precio no tan barato como en otras ocasiones pero con una relación calidad-precio más que ventajosa (creo que 18€ c/u).

Desde aquí el recorrido de vuelta lo hacemos de nuevo vía Dosangos, y también de nuevo nos encontramos con los buitres y su "despensa caballil" a mitad de recorrido, llegando al coche pasadas las 18,30 h. después de caminar tan solo hora y media desde Pedroveya. En total han sido unos 15 kms. recorridos con un desnivel acumulado de 775 m. por un camino fácil donde tan solo hay que controlar un poco los tramos del desfiladero si se va con niños o gente con mucho vértigo.



Dosangos y sus prados vistos desde Pedroveya






Vamos luego camino de Oviedo, a tan solo media hora de allí, donde daremos también un buen paseo vespertino y nocturno por el casco histórico, por la zona de tapas y por la renovada zona sidrera de la Gascona, saludando también de paso a nuestros admirados Woody y Mafalda...

Y al día siguiente, en un día soleado sin un calor excesivo decidimos acercarnos al mar, optando por la zona del Cabo de Peñas. Decidimos acercarnos en coche a las playas de Verdicio, desde donde haremos otro recorrido con una distancia similar a la ruta de ayer, aunque en este caso con tan solo 223 m. de subida acumulados.

De nuevo nos lo tomamos con calma y hasta bien pasado el mediodía no iniciamos la marcha, acercándonos en primer lugar al promontorio que separa las playas de la Carniciega y Tenrero, con buenas vistas sobre ambas, y continuando por la orilla de esta última hacia un nuevo promontorio más elevado. Muy cerca de allí se está celebrando una especie de feria con distintas actividades relacionadas con el mundo perruno, sorprendiendo encontrar tantos cánidos por la zona.





El sendero se arrima a los acantilados, dejando al descubierto pequeñas playas de difícil acceso muy atractivas que alternan con zona de roquedo.




Vistas privilegiadas las que tienen estas vacas desde su "lugar de residencia".

Tras una hora de paseo el camino se afea un poco al alejarse de la costa para acercarse a Ferriru (Ferrero), pasando junto a una panera muy peculiar y una casa rural de vistas privilegiadas que es una "maravilla" (literalmente, pues así se hace llamar...).



Casa Maravilla
El camino sigue paralelo a la costa pero alejado de ella y demasiado cerca de la carretera, existiendo variantes difíciles de seguir a la vista de los tojos que los han colonizado... Pero después de uno o dos kms. de nuevo va en busca de la costa en suave subida, llegando enseguida a un vértice geodésico en medio de un campo de brezos en flor con buenas vistas sobre el entorno (está indicado en el mapa con una banderita amarilla).


Por aquí empieza el tramo más espectacular del recorrido, siguiendo junto a unos farallones de cerca de 100 m. de altitud sobre el mar camino del faro del cabo de Peñas. Sorprende no encontrar apenas gente por aquí a pesar de encontrarnos a pocos minutos andando desde el cabo... 














Sobre las 15 h. damos cuenta de nuestras viandas y de alguna cosilla más que compramos en el restaurante y tras recorrer los alrededores del cabo un rato iniciamos el camino de vuelta una hora después.

Cernícalo vulgar

Me llamó la atención este cartel con los cetáceos que pueden verse
desde estas privilegiadas atalayas...



Vistas hacia el otro lado de la costa más allá del
cabo de Peñas, camino de Luanco...




La idea era pegarnos un buen baño antes de volver a Salamanca, aunque la mar anda picadilla...









Pero la bandeja roja nos recibe al llegar sobre las 17,30 h. de nuevo a Playa Tenrero, y por allí nadie osa pasar más allá de donde llega el agua al tobillo... Impresionante la resaca, la verdad. Probablemente hubiera sido también un buen día para conocer los bufones de Pría, por ejemplo...

Esta piscinita formada en la desembocadura del arroyo de Escobeo
estaba muy demandada, a la vista del estado de la Mar...


Tarabilla.

Aún así, la siestecilla y un remoje integral sin dejar que el mar nos lleve para adentro se logrará por fin...

Resumiendo, otro recorrido muy factible e interesante que completa un finde para enmarcar en esa tierra asturiana que tanto nos gusta...