jueves, 21 de septiembre de 2017

Norte de Italia (3): Verona y Bolonia.

En este nuevo capítulo de la serie que me permite seguir degustando ese manjar viajero con el que nos hemos obsequiado este verano os voy a hablar de las dos sorpresas de nuestro recorrido.

Elegimos Verona como centro-base del primer tercio del viaje por su situación, próxima a Bérgamo y también de cara a desplazarnos a Venecia, a poco más de 100 kms. y el lago de Garda, a 30 kms. Cuando, procedentes de Bérgamo, llegamos a nuestro apartamento veronés la mañana del 1 de agosto en nuestra flamante "fregoneta" Fiat Qubo tocaba a hacer acopio de víveres.  El sol ya apretaba fuerte y decidimos comer antes de iniciar nuestra visita. Así pues, salimos del apartamento pasadas ya las 14 h., y nuestro primer destino iba a ser un parque renacentista que tenía muy buena pinta: el Jardín Giardini Giusti, que data de 1580 y está considerado como uno de los más hermosos de Italia. No era barata la entrada (8,50€ c/u, menos el más peque, que no pagaba por no tener 12 años), pero incluía una visita al Palazzo anexo y la hora y el calor casi obligaban a pasar... La verdad es que vale mucho la pena, con una zona verde cuidada y otra más salvaje siguiendo los cánones de su época de creación,  la primera de ellas salpicada de una gran cantidad de estatuas mitológicas y otros elementos decorativos castigados por el paso del tiempo y atractivos al mismo tiempo.


Algunos rincones tienen un encanto especial a pesar de la pertinaz sequía, y las zonas más elevadas ofrecen panorámicas privilegiadas sobre Verona...



Es costumbre arraigada entre la adolescencia italiana el "inmortalizar su presencia en lugares "románticos".
Casi erradicada en los monumentos más visitados, aún queda mucho que hacer... en los otros...





Después de una hora por el jardín dudamos pero al final entramos en el Palazzo, construido en la misma época, y la verdad es que nos gustó mucho. Estábamos nosotros solos y recorriendo las enormes salas nos iban sorprendiendo esculturas, pinturas, artesonados, mobiliario... Varias pinturas permitían tener una visión de Verona 5 siglos atrás.., y nos sorprendió ver un agujero de bala en un espejo cuyo origen no nos supo explicar la persona que vendía las entradas, y tampoco he podido encontrar en la Red.




Sobre las 16 horas salimos de allí y nos encaminamos al Teatro Romano. Como la entrada era económica entramos a echarle un vistazo y también lo hicimos con un pequeño museo anejo, donde encontramos algunas piezas muy curiosas.





Las vistas hacia el puente romano sobre el Adigio, y el casco histórico de esta ciudad, patrimonio mundial declarado por la UNESCO, también merecen mucho la pena.


Este puente, como el resto de los de la ciudad, tuvo que ser reconstruído tras la 2ª Guerra Mundial, y comparándolo con el que hemos visto en las pinturas del Palazzo, creo que se ha utilizado el ladrillo para "recomponer" las partes donde no ha sido posible colocar los sillares de piedra originales.


Ya cerca de las 5 de la tarde nos encontramos cruzándolo y pasando bajo su torre de vigilancia camino del centro de la ciudad disfrutando de alguna "jugosa" observación ornitológica...


Garceta grande

Avión roquero. Había varios nidos en la torre de vigilancia.

Pronto llegamos a la catedral y un poco más adelane a la iglesia de Santa Anastasia, con ese curioso sarcófago de Guglielmo de Castellbarco junto a su fachada, y con un interior barroquizante muy llamativo.



El entramado de calles, que aún mantiene la estructura romana, mantiene rincones llenos de encanto, uno de los cuáles, casi al salir del puente, era el de la primera fotografía de la primera entrega.


Y será sobre las 17,44 h. cuando nos sorprenderá la llegada a la Piazza delle Erbe, situada en la zona del antiguo Foro Romano. El león de San Marcos sobre una columna, símbolo de la república veneciana, la Madonna Veronese, estatua romana que corona una fuente, el palazzo del Comune, la Torre dei Lamberti.., desde luego, es ésta una plaza preciosa, a pesar del exceso de tenderetes que cubre una buena parte de ella.




Dejamos la visita de la contigua Piazza dei Signori para más tarde, dirigiéndonos a la llamada Casa de Giulietta. Situada en un palacete del s. XII algo desvencijado, con un balcón añadido varios siglos después para enriquecer la leyenda, sorprende encontrar tantísima gente en su acceso, por un pasillo cubierto completamente lleno de tarjetitas, post-its pegados con chicles etc., que hacen de él un monumento "kitsch" en pleno auge. Tiene mucho que agradecer la ciudad a Shakespeare, que nunca estuvo aquí, pero contribuyó mucho a crear ese halo romántico de Verona..; y también algo Salamanca, aunque solo sea por las escenas rodadas el año pasado en una costosa superproducción estadounidense ambientada en la Verona de los Capuletto... Una pena que la serie no haya gozado de más tirón en su primera temporada...



Y por una cuidada calle partimos hacia la inmensa Piazza Bra, que empequeñece a la mismísima Arena de Verona, que se encuentra en ella. Anfiteatro Romano con capacidad para unas 30000 personas, tras un gran terremoto a principios del s. XII se convirtió en cantera y, una vez restaurado, hoy en día ofrece espectáculos musicales , especialmente operísticos, de primer nivel, como pudimos comprobar al ver la decoración de uno de ellos, aún sin instalar, ocupando una parte importante de la plaza.






Tras un tentempié y unos buenos tragos de agua hidratante (...benditas fuentes veronesas de agua fresca...) enfilamos hacia el castello Scaligero, que encontramos cerrando ya su acceso. Pero damos una vuelta y descubrimos el precioso puente almenado del mismo nombre, también conocido como puente de Castelvecchio. Data del siglo XIV, en pleno apogeo de la ciudad bajo la señoría de los Scaligeri por delegación del emperador del sacro imperio romano germánico, antes del dominio veneciano que comenzará a principios del s. XV.




El persistente calor, a pesar de la proximidad del atardecer, ya hace mella y mis acompañantes deciden dar ya la vuelta y volver a la Piazza delle Erbe a las 19,45 h. concediéndome una horita para acercarme a un monumento algo más alejado que no me quería perder, la Basílica de San Zenón. Me hubiera gustado también contemplar las pinturas de Paolo Veronese en San Giorgio in Braida, pero todo no se puede...

Cornejas cenicientas


El exterior de la Basílica impresiona primero por sus dimensiones, sobre todo pensando que se trata de una obra románica (el campanario mide 72 m.). La alternancia ornamental de toba y ladrillos,"copiada" en muchos monumentos posteriormente también sorprende, pero a mí lo que más me llamó la atención fue el porche de la portada principal, con los dos leones, símbolos de la fe y la justicia, bajo dos grandes columnas,  y unos relieves de gran calidad dentro y alrededor de dicho porche (los del tímpano aún dejan ver parte de su pintura original).



Curiosa la representación del nacimiento de Eva de la costilla de Adán...


El regreso hacia el centro me resultaría muy ameno, encontrando algunos monumentos de época romana como el Arco dei Gavi, reconstruido en 1932 mucho después de ser demolido por las tropas napoleónicas, o la Porta dei Borsari.





La Piazza delle Erbe resulta mucho más atractiva entre dos luces, con los toldos bajados y sin tanta gente...

La "romana" Madonna Veronese presidiendo la plaza...

Ahora sí que nos acercamos hasta la tercera de las plazas "top" de Verona, la dei Signori, donde destaca la torre Lamberti, de 84 m. de altura, y los palacios que la circundan, así como la estatua de Dante.



Nos acercamos también a contemplar los impresionantes monumentos funerarios del s. XIV conocidos como Arche Scaligere, algo afeados por la presencia de algunas grúas en las proximidades.


Y de nuevo en la Piazza dei Signori el broche final a la visita de esta bella ciudad lo ponen una soprano y un tenor (con cierto parecido a Pavarotti, no solo físico... que también...) contratados para animar la terraza de un restaurante. Con unas interpretaciones magistrales de piezas muy conocidas hacen que nos quedemos un buen rato más antes de volver a casa...




Y después de acercarnos a Venecia y el lago di Garda, optaremos por reservar una noche en Bolonia. La idea era pasar el día 4 aquí, pero como nos gustó tanto Venecia, desde Verona volvemos allí, yendo a dormir a Bolonia (a 130 kms. de Venecia). La mañana del día 5 visitaremos la conocida como "ciudad roja" (por el color de sus edificios... y por la orientación política predominante de la mayoría de sus gentes desde finales del s. XIX...). La capital de la Emilia-Romagna, que vio nacer a la primera universidad europea, donde estudiaron personajes célebres (Antonio de Nebrija, muy vinculado a Salamanca, fue uno de ellos), también se conoce como "Bolonia, la docta".

Iniciamos nuestro recorrido por el centro sobre las 11 h. después de llegar en tren desde el apartamento a la estación de Bologna centrale, de infausto recuerdo (un atentado en 1980 ocasionó aquí 85 muertos y más de 200 heridos).

Enseguida se ve uno sorprendido por la gran cantidad de soportales con que cuentan las principales vías de la ciudad (37 kms. de pórticos en el casco antiguo, y más de 50 kms. en toda la ciudad, con el pórtico de S. Luca, el más largo del mundo con sus 3.500 m., al frente).


Por la Via dell'Indipendenza nos acercamos al centro entrando, de camino en la Catedral de San Pedro. Y pasadas las 11,30 h. estamos en la oficina de Turismo de la Piazza Maggiore, sacando un par de entradas para subir en media hora a la torre Asinelli para David y para mí. Como el tiempo apremia, quedamos con las féminas una hora más tarde y nosotros dos vamos en busca de la torre más alta de la ciudad, del s. XII y con nada menos que 98 m.de altura.


Situada junto a la torre Garisenda, del s. XI, presenta una pequeña inclinación de más de 1º, muy inferior a la de su vecina, que tuvo que ver disminuída su altura de 60 a 48 m. y no se visita (la inclinación de la de Garisenda es superior a la de la torre de Pisa). Su altura casi dobla la máxima altura permitida en la época para estas torres, símbolo de poder de las familias que las hacían y efectivo método defensivo disuasorio, sobre todo intramuros. Hay quién habla de unas 180 torres construídas entre los s. XI y XIII en la ciudad.., de las que aún quedan 20. Todo un desafío en una zona proclive a los terremotos...



La que vamos a poder coronar seguramente tuvo también una función de vigilancia sobre los alrededores; en días claros se alcanza a ver Verona o los Dolomitas... Nosotros no tendremos tanta suerte, pero después de subir los 498 peldaños las vistas sobre la ciudad y alrededores van a ser impresionantes.



A las 12,30 ya estamos todos juntos de nuevo, y nos vamos a la Plaza Mayor para entrar en la basílica de San Petronio, la quinta iglesia más grande del mundo, prácticamente acabada entre los s. XV y XVI, con un revestimiento de mármol parado bruscamente por falta de financiación que, de estar terminado cambiaría su aspecto exterior radicalmente.



Aquí fue coronado Emperador Carlos V por el mismísimo Papa en 1530, y en su interior se encuentra un curioso agujero por el que penetra la luz del sol en su cénit y dependiendo de la época señala la fecha en la linea meridiana más larga del mundo, con 66,8 m., contruída por Cassini en1655.


Tras un tentempié partimos en busca de una fuente como las muchas encontradas en Verona o Venecia, que aquí se echan mucho de menos en plena hora de calor, y de camino nos topamos con nuevas avenidas con grandes soportales, que no dejan de sorprendernos.

Después de comer en la trattoria La Mela, cerca de la la Piazza Maggiore, volvemos a ella en busca de otro de los secretos que esconde la ciudad roja, el "arco de los susurros". En los pórticos del Palazzo del Podestá, uno de los muchos que rodean la plaza hay una zona donde el techo abovedado provoca que al hablar de cara a la pared en una de las dos esquinas sobre las que se encuentran las estatuas de San Doménico y San Petronio se oiga  perfectamente en la esquina contraria. Es realmente curioso experimentarlo, y parece ser que así confesaban los sacerdotes a los leprosos. Una de las esquinas podéis verla en la sexta fotografía del "adivina, adivinanza" de la  primera entrega.

Una pena encontrarnos la plaza llena de sillas con motivo de alguna actividad nocturna ¿programa de cine de verano?, y peor aún el encontrarnos la fuente de Neptuno tapada en plena restauración. Tenía yo ganas de ver la estatua que Juan de Bolonia presentó para adornar la Signoría florentina y acabó aquí; también hay una leyenda relacionada con el tamaño de los "atributos" del dios del Mar, y unas figuras femeninas en posiciones demasiado explícitas para la época... En fin, para otra vez. Para más "inri", cuando vayamos en busca del otro Neptuno en Florencia, curiosamente nos pasará lo mismo.., es lo que tienen las restauraciones, que no avisan...




Desde la plaza mayor nos acercaremos al Archiginnasio, palacio donde en los s. XVI y XVII  se encontraba la sede de la universidad. El teatro anatómico, sala con una mesa de mármol donde se diseccionaban los cuerpos para las clases de anatomía, es impresionante, forrado de madera y con varias estatuas del mismo material donde destacan los llamados "despellejados" o el Apolo de su techo.




Como ya nos sucediera en Verona, el calor hará que me separe una horita del grueso de la expedición para conocer otro par de lugares "imperdibles" algo más alejados.



Me acercaré primero a la Basílica de Sto. Domingo, donde descansan los restos de Sto. Domingo de Guzmán, nacido en Caleruega, a unos 30 kms. de mi Lerma... Y el motivo principal va a ser poder ver allí el Arca donde áquellos se encuentran, con relieves de Nicola Pisano y varias estatuas de un joven Miguel Ángel, entre otros...



Y luego me acercaré a la plaza de Sto. Estéfano para ver la iglesia del mismo nombre, también conocida como "las siete iglesias", aunque en la actualidad tan solo se distingan cuatro de ellas.


Antes de entrar doy una vuelta y hago algunas fotillos por la plaza, porticada... ¡cómo no! Ya en Salamanca me enteraré que los medallones que fotografié (al llamarme la atención la calidad de los bustos en ellos representados, y la belleza del conjunto, que me recordaba a Salamanca...) tenían que ver con otro de los llamados secretos de Bolonia. Según la leyenda vivía en la plaza una poderosa familia no muy bien avenida. Los rostros de los miembros de dicha familia son los que aparecen esculpidos en terracota, y uno de ellos representa al mismísimo diablo...


Y ya en la iglesia, o en las iglesias, me sorprenden los retazos de arte que hablan de las invasiones bárbaras y el prerrománico. También a posteriori me enteraré que en una de las "iglesias" se haya una reproducción datada en el s. V del  Sto. Sepulcro de Jerusalem...





Sobre las 16,30 h. me reencuentro con la familia junto a "las dos torres" y regresamos a la estación en busca de ese pedazo Fiat Qube que nos llevará a Florencia, a tan sólo 90 kms. de aquí; pero antes hacemos una parada en otro de los "secretos" publicitados en los mapas turísticos que nos facilitaron por la mañana, un ventanuco llamado la Finestrella desde donde se ve el Canalle delle Moline, uno de los pocos "supervivientes" de la también llamada picola Venezia. Y es que gran parte de la pujanza de Bolonia en época medieval y renacentista venía dada por la facilidad para el transporte de mercancías que suponía una gran red de canales... que fueron quedando soterrados poco a poco. 




Hé aquí la foto "trampa" que con el nº 9 incluí en la  primera entrega de este monográfico italiano... Las otras fotos de Bolonia eran la 8, de la torre Asinelli y unos soportales, la 11, donde se aprecian esos "retazos de arte que hablan de las invasiones bárbaras" que menciono más arriba, y la 12, donde podéis contemplar (a la derecha) al mismísimo diablo con sus barbas de chivo y cuernos... Arrivederci!, ¡nos vemos en la Toscana!

2 comentarios:

  1. Veo yo que además de incluir en tus reportajes alguna foto de pajarinches también coges alguna guapa pajara al lado de los monumentos ¿eh pillin?.
    Como siempre me pones los dientes largos con tus viajes. Impaciencite de tus próximas entregas... un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Espléndido y documentado reportaje de tu escapada italiana.Una delicia leer y contemplar tus maravillosas fotos. Gracias por compartir tus viajes.

    ResponderEliminar