martes, 4 de octubre de 2016

Oxford 07/07/2016

Como ya sabéis los que habeis tenido el valor de leer la entrada anterior, durante nuestra estancia en Londres hicimos un hueco para visitar la ciudad universitaria de Oxford, visita muy recomendable, dicho sea de paso.


Cuesta poco dinero acercarse desde la estación londinense de Paddington (8 libras los dos adultos y dos niños) y cambias un poco el chip conociendo una pequeña ciudad con un espectacular casco histórico muy manejable a pie. Cuenta con numerosos edificios de interés, destacando una gran profusión de torres y chapiteles, lo que hace que sea conocida como City of dreaming spires (algo así como "ciudad de los chapiteles soñados").

Nos tomamos la mañana con demasiada calma lo que unido a algunos problemillas con la gestión de billetes hizo que hasta cerca de las 14 h. no llegáramos a esta ciudad universitaria, la más antigua del mundo anglófono (desde Paddington se tardan tres cuartos de hora). Nada más cruzar el puente sobre el canal de Oxford empiezan a verse esos edificios de ladrillo y piedra tan típicos de Inglaterra, y también algún chapitel.


Enseguida te percatas de que la bici cuenta con un gran número de adeptos y que vamos poder recrearnos con edificios de gran solera.


Pronto enfilamos por la Broad Street y entramos a conocer The Balliol College, uno de los más antiguos, en activo desde 1263. Y aquí ya nos vamos a encontrar con algunos planteamientos espaciales que se van a repetir en otros, como los grandes patios de cesped salpicados con bancos de madera o la monumentalidad de las capillas y los comedores. Sorprende encontrar en un espacio dedicado a la comida un gran órgano y numerosos cuadros de celebridades que pasaron por aquí, y también encontrarlo todo preparado para su utilización en la próxima comida...



Serán muchos los detalles escultóricos que encontremos en distintos edificios haciendo referencia al carácter académico de la ciudad.



Siguiendo por la Broad Street llegamos enseguida al Trinity College y a otros bellos edificios como el Sheldonian Theatre o la Radcliffe Camera.






The Bodleian Library, que cuenta con la mayor biblioteca universitaria del Reino Unido esconde en su interior The Divinity School, accesible con visitas guiadas que no haremos por contar con poco tiempo para conocer la ciudad. Pero justo frente a la puerta de acceso a la visita guiada se nos ofrece "de gratis" la llamada "Torre de los 5 órdenes", un buen modelo para iniciar a los estudiantes la arquitectura clásica, al superponerse en los distintos pisos el uso de columnas de orden toscano, dórico, jónico, corintio y compuesto... bueno, con algunas libertades añadidas...



Muy cerca de allí se encuentra The University Church of St. Mary the Virgin, donde nos sorprende encontrar a varios jóvenes haciendo sus primeros pinitos con diferentes instrumentos de música clásica.




Como ya son más de las 15 h. y hay un restaurante-autoservicio en ese mismo edificio que cuenta con una atractiva terraza, hacemos una paradiña para cargar combustible con el impresionante edificio circular de la Radcliffe Camera frente a nosotros.


Enfilamos luego la High Street, arteria principal de la ciudad, subiendo a la Carfax Tower, una de las torres más antiguas que se mantienen en pie.




Desde allí se ofrecen unas espectaculares vistas sobre Oxford. Y nos quedaremos con las ganas de cenar o comer en esa terracita aérea que aparece ante nosotros nada más llegar al mirador, pero no hay tiempo para todo...





Y cuando ya son las 16,45 h. decidimos pasar de nuevo por taquilla para conocer uno de los espacios que no debe perderse un visitante de la ciudad, el Christ Church College y la Christ Church Cathedral.

Nada más atravesar la gran puerta-torre diseñada por Christopher Wren uno empieza a sentirse seducido por los edificios que inspiraron a los autores de Alicia en el País de las Maravillas o Harry Potter.

En esa misma torre se encuentra The Great Tom, el reloj cuyas campanas replican 101 veces cada día a las 21 h. en recuerdo de sus primeros estudiantes (eran 100, más uno añadido en el s. XVII) y avisando a la ciudad del cese de las actividades.




Este College es uno de los más grandes, y el más aristocrático; quizás por eso los vigilantes que nos encontramos lucen ese bombín que a mí, combinado con el serio gesto de alguno de ellos me recuerda más bien a la Naranja Mecánica...















Durante el recorrido por el interior de la catedral me sorprende encontrar una desteñida Union Jack ya sin color azul, con referencias a distintas batallas de la Primera Guerra Mundial, donde se aprecia bien ese solapamiento alternativo de los símbolos de Escocia e Irlanda en cada sección de las aspas para no herir susceptibilidades.


Y otra sorpresa con la que nos encontramos al visitar unas escaleras bien conocidas por aparecer en varias escenas de la serie de Harry Potter es el "grafitti" sobre una puerta que, según una leyenda, fue hecho en el s. XVII por los estudiantes hartos ya de comer piel de patata tras ser recomendado su consumo en cada comida por el médico del College convencido de su eficacia para protegerse de la Peste Negra. Sí se trata en realidad de una protesta estudiantil, pero muy posterior, contra el primer ministro Sir Robert Peel a mediados del s. XIX.


Después de la visita damos una vuelta por la ciudad en busca de otros edificios singulares, pasando junto a The University College o The Magdalen College, finalizando nuestro recorrido turístico en el Jardín Botánico, que no nos defrauda, con unos bonitos jardines e invernaderos junto al río Cherwell, donde se alquilan barcas.








Y sobre las 19,30 h. tomamos rumbo de nuevo a la estación después de 6 horas en esta bonita ciudad. Por contar con poco tiempo, hemos dejado en el tintero algunas alternativas que sonaban muy bien, como acercarnos a The Headington Shark, la casa que tiene un tiburón esculpido colándose desde su tejado, subir a la torre de St. Mary the Virgin o conocer el Oxford University Museum of Natural History... ¡Otra vez será! ;-)




1 comentario:

  1. Maravilloso reportaje, me has permitido recordar la visita a esa ciudad ya hace un montón de años, ciudad que te atrapa por el ambiente estudiantil que tiene en un entorno único. Thank you Manolo y enhorabuena por permitirnos viajar contigo.

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