viernes, 4 de diciembre de 2015

Circular en Quilamas esquivando cacerías... 29/11/15

El pasado domingo se cumplián diez meses desde la última vez que estuve en Quilamas, día aquél en que el amigo José Ángel y yo rodeamos el valle con una travesía circular muy disfrutona que podéis ver aquí.

La casualidad hizo que repitiera en la misma zona, saliendo nuevamente de Valero en dirección al Hueco, pero con la idea de hacer una travesía nueva más llevadera en compañía de los amigos Paco y Luis.

Sobre las 9,30 h. ya estamos subiendo una empinada calle de Valero donde un naranjo nos recuerda la suavidad del clima en esta zona del sur de Salamanca.


Poco después, tras cruzar la carretera que nos ha traído desde San Miguel de Valero, me encuentro haciendo una foto a mis compañeros justo en el mismo lugar donde hice la primera a José Ángel y su podenco hace meses. Como podéis comprobar, a diferencia de entonces, hoy disfrutamos de un día soleado con muy buena visibilidad.


Esto nos deja disfrutar mejor de las impresionantes vistas que ofrece el valle a nuestra izquierda, donde llama la atención esa sustitución progresiva de los huertos y árboles humanizados de Valero por un tupido manto natural típicamente mediterráneo conforme nos alejamos de allí. Predominan en él las jaras y escobas sobre las encinas, seguramente fruto de la degradación al producirse en la zona muchos incendios.


En esta ocasión es Luis quien dirige el cotarro, GPS en mano, en un primer tramo que pretende llevarnos hasta el Hueco, acercándonos luego por la pista que viene desde San Miguel a Castildecabras. La idea es enlazar allí con un camino que recuerda Paco de bajada a Valero.


Pronto nos desviamos del camino que seguí con José Ángel (en el cruce que indico en el mapa que adjunto al final de este relato), tomando el de la derecha. Las brumosas vistas hacia la Sierra de Béjar y hacia el otro lado del valle, que se va abriendo en busca del Álagón, nos van recargando las pilas poco a poco.


Con el teleobjetivo a tope la Sierra de Gredos parece estar al lado.


En un par de horas estamos en el Hueco, en el cruce de caminos donde un poco antes hemos visto un grupo de excursionistas que venían de la Honfría. Aquí la pista transcurre por la misma cuerda, lo que hace que los encinares de Quilamas se encuentren con los robledales de la cara norte, acompañados éstos por algunos acebales (de los más meridionales de Europa) y amplios prados donde las moruchas pastan a placer.


Seguimos por la pista el itinerario previsto y enseguida nos encontramos con el grupo que habíamos visto antes, que se ha dado la vuelta, lo que nos da mala espina... Por esta privilegiada zona desde los puntos de vista paisajístico y faunístico tienen una especial querencia los cazadores, y tememos toparnos con una cacería...

Como podéis comprobar a la vista de la fotografía, nuestros peores augurios se cumplen y, "animados" por una ráfaga de disparos a modo de cohetes de bienvenida decidimos volver al cruce y bajar a la Honfría con idea de subir al Cervero y decidir allí lo que haremos por la tarde.


La llegada al amplio prado donde se encuentra la fuente del Campo ofrece muy buenas vistas sobre el pico Cervero, con su cruz y su refugio-castillo coronando los 1465 m. de altitud que tiene.


En la fuente nos encontramos con  un grupo de chavales jóvenes (circunstancia ésta cada vez menos frecuente durante nuestros paseos por el campo...). Nos cuentan que han parado un rato para ver tritones y luego tienen idea de subir al pico. Se les ha unido un perro que parece extraviado de la cacería.

Como ya son las 13 h. decidimos tomar un tentempie en la zona de acampada que hay en las proximidades. Me acerco después a ver en qué estado se encuentra el refugio que hay aquí. Compruebo que se encuentra en bastante buen estado al haber sido arreglado recientemente el techo, aunque la puerta carece de picaporte. Al entrar dentro me vienen a la memoria recuerdos de otros tiempos, cuando éramos como los chavales que acabamos de dejar atrás, encendiendo la chimenea para calentarnos en invierno, aprovechando para asar unas patatas o unas castañas, o echando unas risas jugando al "Gestos". Alguna noche incluso nos quedamos a dormir aquí...


Decidimos no subir hasta la cumbre del Cervero y continuar por la pista que se dirige hacia Navarredonda hasta el punto donde un cartel nos indica la proximidad de los restos de un antiguo horno de cal, de nuevo en la cuerda de Quilamas. Un poco antes la buena visibiliidad nos va a permitir distinguir claramente el repetidor del Hospital de los Montalvos y Salamanca por detrás de Linares y unas colinas que destacan en pleno Campo Charro.




Son ya cerca de las 2 de la tarde cuando llegamos al horno, que recuerdo bien al haber pasado por allí con Jose Ángel. Como no oimos tiros por la zona decidimos acercarnos a unos árboles donde Luis y Manolo vieron un nido de buitre negro y, si la cosa sigue tranquila, continuar por Quilamas camino de Valero. Vamos a tomar el mismo sendero que traje la otra vez, justo en la zona más enriscada que encontramos entonces...



Pronto nos topamos con varios puestos numerados que han abandonado los cazadores hace poco. El GPS nos va a ayudar, y mucho, camino de la zona conocida como "las Pocilgas de la Novata". Al cruzar pedreras se intuye bien el camino, pero desaparece entre las jaras y escobas al salir de éllas.






Se deja ver por aquí una víbora, no pudiendo afotarla al ocultarse entre las rocas.Una gran cantidad de buitres ciclean sobre nosotros, algunos de ellos negros.  No localizaremos el nido, pero esas miradas que nos echa algún buitre negro desde arriba quizá indique que no anda lejos...



Sobre las 3 de la tarde nos encontramos en los restos de lo que suponemos que eran las pocilgas de que habla el topónimo, desde donde el sendero se va haciendo más visible. Poco después vemos los últimos cazadores transitando por donde pasaremos nosotros más tarde. No se dan mucha prisa a pesar del ruido de cláxones desde la pista reclamando su presencia para irse a comer.



Un cuarto de hora más tarde cruzamos el arroyo que formará aguas abajo un profundo cañón, y decidimos comer en un alto en sus proximidades, permaneciendo allí hasta las 16 h.



Alguna florecilla resiste aún a pesar de la proximidad del invierno...


Seguimos ahora por un sendero bien trazado, dejando atrás una auténtica montaña en medio de Quilamas cuyos riscos son muy demandados por las rapaces.




Nos topamos pronto con el cadáver de una hembra de jabalí que han dejado los cazadores en medio del camino.



Las atractivas formas de la "montaña de Quilamas" me empujan a tirar varias fotos conforme nos alejamos de élla.



En un cruce de senderos dejamos el que se dirige a la pista y tomamos el que creemos que puede ir hacia Valero, pero al llegar poco más tarde a la cuerda que nos separa de otro valle el sendero no se aprecia claramente, con lo que nos damos la vuelta en busca de la pista. Ahora los buitres se dejan ver posados sobre los riscos de la cuerda junto a la que hemos transitado por la mañana, pudiendo distinguir un águila real entre ellos, a la que no le quitan el ojo, por cierto.

Buitres leonados y águila real
Buitre negro y buitre leonado

Sobre las 16,45 h., a cinco minutos de la pista, vemos un nuevo cadáver de jabalí junto al camino. ¿Volverán a por él con mulas para llevarselos? ¿Los habrán dejado para que se los coman los buitres?

En la pista nos recibe un letrero que nos habla de la naturaleza, historia y leyendas ligados a Castildecabras. Unos minutos más tarde vemos a nuestra izquierda el sendero por el que llegamos José Ángel y yo hace meses, aunque decidimos no bajar por allí.


Continuamos camino del punto donde encontramos esta mañana la señal de peligro por cacería. La tarde va languideciendo y las últimas luces del día enriquecen las vistas y mejoran las fotos. Los volúmenes de las sierras de Béjar y Gredos se dejan ver mucho mejor ahora.






Al llegar al punto donde nos dimos la vuelta por la mañana decidimos buscar el sendero de bajada a Valero que creía recordar Paco... pero no lo vemos claro. La decisión de seguir por la pista para regresar por el sendero que nos trajo a ella desde Valero seguramente nos libre de un enriscamiento nocturno.

Lo que si nos traerá la búsqueda del sendero alternativo es la llegada a un alto próximo a la pista desde donde se obtienen inmejorables panorámicas a nuestro alrededor.




Poco antes de llegar al alto hemos visto acercarse por la pista un todoterreno utilizando el claxon en exceso seguramente en busca de los perros perdidos durante la cacería, con varios de los cuáles nos hemos cruzado a lo largo del día. Alguno incluso llevaba transmisor y antena que, probablemente, no debía funcionar.

Dejamos el alto cuando ya son las 6 y la pista unos veinte minutos después, en un punto con una buena referencia, al cruzar un reguero bajo ella, parte del cual sale de una tubería de plástico a la izquierda. Por el sendero que nace a la derecha de la pista iniciamos el vertiginoso descenso que nos dejará en Valero hora y cuarto más tarde. Este último tramo de la ruta se antojará algo más complicado de seguir al caer la noche en algún que otro punto donde el camino parece perderse, pero apenas nos tocará rectificar gracias a San GPS. Y contamos además con un extra que culmina un día memorable que nos ha llevado a recorrer unos 26 km. con un desnivel acumulado de más de 1300 m. en una de las zonas más bonitas de Salamanca...: difícil de olvidar el cielo estrellado que nos acompaña en el descenso...






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