viernes, 20 de febrero de 2015

Integral de Quilamas "por dentro". 29/01/2015.

Nos quedaba un día libre perteneciente a 2014 y debíamos disfrutarlo antes de finales de enero, con lo que el amigo José Ángel y yo decidimos escaparnos "al monte" con su encantadora perrita llamada Duna, que a pesar de ir atada no daría ni un ladrido de protesta durante todo el recorrido. Como era día de escuela, tras dejar a los peques a las 9 de la mañana, quedamos para acercarnos a Valero con idea de rodear el valle lo más alto posible, pero por dentro, opción mucho más atractiva que hacerlo utilizando las pistas que bordean este espacio protegido. José Ángel ya lo había hecho hacía tiempo y dudaba del estado de algunos tramos, por lo que íbamos mentalizados de posibles enriscamientos, aunque con la garantía de llevar la ruta en GPS.

Tras dejar el coche cerca del puente de Valero nos dirigimos a un sendero que parte de una cerrada curva de la carretera que baja desde San Miguel de Valero. Cuando son las 10,30 h. es allí donde dejaremos de ver gente hasta nuestro regreso por el camino de la Paya, tras ocho horas y media, con cerca de 35 km. andados y unos 1500 m. de desnivel acumulado.




Pronto empiezan las sorpresas que me tiene preparadas José Ángel al llegar la primera bifurcación del camino y no saber muy bien que alternativa coger. Nos decidimos por tomar la de la izqda. y pronto nos tocará hacer de "jabalíes" para enlazar con el sendero que se encamina hacia el Hueco (quizá sea el de la drcha. que no cogimos...). Nos espera la grata sorpresa de encontrarlo desbrozado, seguramente por motivos cinegéticos, en los tramos donde antes casi se perdía...



Hacia el mediodía nos encontramos en la cuerda, con buenas vistas hacia la Sierra de Béjar (no demasiado buenas en el nublado día de hoy y con el sol casi de frente a estas horas), San Miguel y Valero. Siguiendo la premisa de buscar senderos que no se salgan del valle, seguiremos a media ladera, sin acercarnos al Hueco ni al pico Cervero. Pasamos junto a un cartel divulgativo en la zona de Castildecabras sobre las 12.45 h. y seguimos en compañía de numerosos buitres, muchos de ellos negros, en un tramo con vistas espectaculares hacia el valle hasta llegar a la zona conocida como Pocilgas de la Novata, donde quedan algunos restos de tapiados y alguna construcción. Aquí el camino empieza a complicarse y nos toca luchar con jaras y escobas durante un buen tramo.










Volvemos a encontrar el camino más o menos limpio en un canchal sobre las 14 h. y éste nos conduce hasta uno de los puntos más altos de la travesía, superando los 1300 m. (Valero queda a unos 580 m.). Nos encontramos en una collada en la que se encuentra un horno de cal restaurado. Decidimos no parar a comer aún y seguimos por una pista que va cerca de la cuerda pero por la otra ladera, paralela a la que desde la Bastida se dirige al encuentro de la que desde Navarredonda va a Linares. La zona, en umbría, parmanece aún blanca en muchos tramos por las nevadas caídas la semana anterior.



Pronto volvemos a entrar en nuestro valle por Peña Venero y comemos cerca de una fuente sin bajar hasta ella para ahorrar tiempo. Sobre las 15.30 h. reanudamos la marcha y entre nieblas un bonito sendero nos lleva bajo las peñas de la Bolanca, que esconden la enigmática cueva de la Mora, hasta una zona más bien llana por donde se accede a Quilamas desde la Bastida.





Tomamos nuevamente una pista con poco desnivel que nos facilitará mucho el camino hacia la zona del Castillo, dejando a nuestra izqda. muy cerca la Bastida y Cilleros de la Bastida. Se nos cruza en el camino una bonita oruga a la que no auguramos buen futuro... Y es justo al alcanzar los 1300 m. cuando dejamos la pista (que nos llevaría a San Miguel del Robledo pasando junto al Codorro) para acercarnos a una pequeña caseta forestal, bajar unos 100 m. de desnivel y subir unos 150 hasta las inmediaciones del Castillo.






Ya son cerca de de las 17.30 h. y todavía nos queda un buen tramo, con lo que rápidamente buscamos con la ayuda del GPS las veredas que nos bajen camino de Valero y enfilamos la bajada justo cuando la proliferación de nubes bajas empieza a hacer más fotogénico el paisaje.







Nos daremos más prisa en este último tramo buscando encontrar la noche lo más cerca posible del pueblo. Entre dos luces llegamos al camino que viene desde el arroyo de la Palla, justo en el momento que empieza a llover de forma más persistente. Tras un resbalón que me dejará un buen moratón en un costado, llegamos a Valero pasadas las 7 de la tarde, encontrando repleto el bar donde tomaremos unos merecidos refrigerios. El pueblo está en fiestas y eso se nota. Tras comprar un buen tarro de miel de encina nos despedimos de estas bellas y agrestes tierras de Quilamas.


3 comentarios:

  1. Muy bonitos itinerarios. La forma de describir o narrar la excursion más que aceptable. Solamente un pero, no se menciona que: Cervero, la cueva de la Quilama, el horno de cal y varios paísajes corresponden al municipio de Navarredonda de la Rinconada.
    Atentamente,
    Un calero

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  2. Creo recordar que el Cervero está en la divisoria entre Navarredonda y Valero. La ubicación municipal de los otros dos lugares emblemáticos la ignoraba, sinceramente. Se agradece el comentario. Un saludo.

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